Villes

Hondarribia (version de 2003)

Estrecha relación con Navarra. Pese al traspaso de una corona a otra, lazos económicos seculares siguieron configurando a la zona ondarribitarra como un apéndice del reino de Navarra al que las guerras castellano-navarras no ocasionaban más que perjuicios. Por eso, aprovechando las treguas con Castilla, el concejo de Fuenterrabía firmó en 1245 un convenio con el rey Teobaldo I por el que se comprometía a proteger a los navarros y sus bienes:

"Nos el prebost, los jurados, et todo el conceyllo de Fontarrabia: facemos á saber á quantos estas letras veyrán, que Nos á bona fe recebimos en nuestra comienda, et en nostra defension, por el tiempo que la tregoa de los reyes durare, á los homes et las femas et todas las cosas del regno de Navarra, cuanto nuestro poder se estiende, eyllos pagando en nostra villa las costumnes que hi pagar se deben. Nin debemos recebir en nostra villa, ni en poder de illa, nuil mal feitor, ni roberia que hi faga, si non fuere por mandamiento de nuestro seinor el rey de Castella, ó daqueil que terrá la villa por honor."

La catedral de Pamplona siguió poseyendo una serie de bustalizas junto a Fuenterrabía entre los siglos XIII-XV. Asimismo las poseía San Miguel in Excelsis según documento de 1371 y 1374.

La devolución de Hondarribia a Navarra (1256). El 1 de enero de 1256, tras un encuentro de los reyes de Castilla y Navarra en Vitoria, Alfonso X "El Sabio" devuelve a Teobaldo II de Navarra (1253-1270) las villas de San Sebastián y Fuenterrabía con todas sus rentas de mar y de tierra. La devolución se efectúa "de mi en amor en toda su vida", es decir, de por vida, y ello se constata porque en 1280 Alfonso se hallaba en el lugar cuando Felipe "El Atrevido" intenta sitiar la población siendo desbaratados sus planes por el hondarribitarra Machin de Arsu.

Nuevas exenciones. Alfonso el Sabio, por privilegio librado en San Sebastián el 28 de diciembre de 1280, con el fin de que Fuenterrabía se poblase mejor, la eximió de todo pecho y pedido para siempre, salvo los diezmos de la mar. Su hijo el rey Sancho IV despachó otro en Madrid el 1 ° de diciembre de 1290, mandando que los mercaderes que viniesen al puerto de Fuenterrabía, o fuesen de éste con mercaderías a Navarra, anduviesen salvos y seguros, pagando los derechos acostumbrados en tiempo de su abuelo y el diezmo de las mercaderías que extrajesen o introdujesen, no siendo de las vedadas.