Villes

Hondarribia (version de 2003)

Sitio de 1719, Berwick. También fue asediada la plaza de Fuenterrabía en el mes de mayo de 1719 por el ejército francés mandado por el Duque de Berwick. Abierta su brecha en junio, se rindió el 16 del mismo mes, sin que el rey D. Felipe V hubiese podido socorrerla. El sitio, que duró un mes, acabó con una capitulación que permitió salir a los hondarribitarras a tambor batiente.

Nuevo intento navarrista (1743- 1757). Nuevamente el informe de las Cortes de Navarra de 1795 nos proporciona datos importantes: "En la instrucción dada por las Cortes de 1743 y 44, se encargó el mismo pensamiento, el cual se extendió a solicitar con Fuenterrabía su incorporación como que sin ella quedarían los comerciantes navarros poco menos que a merced del Consulado y Provincia de Guipúzcoa, que con sobreimpuestos en los géneros o bajo pretexto de necesidades públicas, pudiera enervar el tráfico nuestro. Y no siendo Fuenterrabía de este Reyno, se originarían competencias de jurisdicción y se avocarían las causas de nuestros negociantes en apelación a la Chancillería de Valladolid, clásicos inconvenientes que todos se vencían segregada Fuenterrabía de Guipúzcoa. La Ylma. Diputación trató con la mayor circunspección de este punto con la ciudad de Fuenterrabía, y llana ésta en constituirse miembro de Navarra, consultó aquella en 1747 al obispo de Casia y a don Juan Gregorio Muniain, Gobernador entonces de esta plaza.El primero, nada sustancial dificultó, y el segundo, sólo el que hallaba tropiezo en la razón de Estado, porque sujetearíamos (dado el caso apetecido) nuestro interés al arbitrio de la Francia, siempre que estableciese aduanas sobre las márgenes a que se extiende su dominio, y franquearían los Pirineos a las tropas de aquel Soberano. Retrájose por el dictamen de Muniáin la Diputación de aquel encargo, que lo dieron por evacuado las Cortes en el año 1757". En 1754 "la ciudad de Fuenterrabía, con los lugares de su partido y jurisdicción, que son las universidades de Irún y Lezo y lugar de Pasajes de su banda" dio poder a los licenciados D. Juan de Arriaga y D. Miguel Antonio de Casadevante para gestionar en Madrid y ante la Diputación navarra su reincorporación a Navarra. Como contrapartida solicitaba asiento en Cortes con voz y voto y seguir manteniendo su superioridad militar, civil y económica sobre sus subordinados.