Villes

Hondarribia (version de 2003)

Como se hace referencia al hablar de sus puertos y como puede el lector comprobar en el apartado histórico de este artículo, Hondarribia se construye económicamente como un puerto situado en un punto estratégico entre tres comunidades económicas diferentes: Aquitania, Gipuzkoa y Navarra. Amén de su actividad comercial también en la pesquera fue importante Hondarribia, en especial en la pesca de la ballena. En el s. XVIII una Memoria editada en Bretaña dice, aludiendo al auge de la pesca de la sardina, que "un pescador de Fuenterrabia inventó a principios del siglo XVIII una especie de red y un estilo de maniobras que permitían una pesca abundante".

Siglos XIX al XX. Al comenzar el siglo XIX la principal ocupación del vecindario es el comercio y la pesca, en el mar y en el Bidasoa, donde se obtiene gran cantidad de salmones de excelente calidad. El puerto es de poco fondo, por lo que no acoge más que lanchas de pesca y algunos pataches. Otros navíos mayores fondean a veces al resguardo del Cabo Higuer. Se cosecha abundante manzana, pero insuficiente trigo, maíz y habas. El lino se producía para los telares locales. Ciento veinte años más tarde la agricultura ha progresado, habiéndose ganado para ella terreno de marismas. Se recogen maíz, manzana y forrajes. Unos trescientos pescadores se dedican al atún, anchoa y sardina en vapores y traineras. Se construyen vapores pesqueros y aparejos, en especial anzuelos. Hay fábricas de escabeches y salazones. El turismo está en franco desarrollo, pasando de 1.500 los veraneantes. Pero el gran comercio desaparece debido a la supresión de la lonja al caer el régimen foral, a la pequeñez del puerto en relación a las grandes naves, a la lejanía del ferrocarril y a la elección de Irún en el eje Madrid-Hendaya.

El turismo en los años 20. Aurora Lezcano, veterana veraneante en la ciudad hoy superconcurrida, nos recordó en la prensa la encantadora Fuenterrabia que ella conociera de niña: "Al fin llegábamos. Mi padre había escrito al jardinero francés -monsieur Dominique- que pusiera los geranios de la terraza "touts en rouge viv du méme ton", y allí estaban dándonos la bienvenida en la alegre casita frente al mar. Eramos entonces veinte o treinta familias las que veraneábamos allí y el pueblo marinero tenía unos seis mil habitantes, casi todos pescadores. Francisco de Sagarzazu, hombre inteligente y artista, era el alcalde de la dictadura, y lo hacía muy bien y la hermoseaba de día en día y Fuenterrabía conservaba sus casitas graciosas de pescadores, sus viejas calles del XII al XVIII arriba en la ciudad vieja y su medio derruido castillo de Carlos V y abajo, en la Marina y la playa, pequeños chalets y casitas de veraneantes muy sencillas, de estilo vasco y algunas de estilo francés por influencia de las vecinas playas. En el malecón miraban al mar los pescadores viejos, cosían las redes las mujeres y los veraneantes jóvenes hacíamos excursiones de bocadillo y gaseosa por las tardes y por las mañanas gozábamos de la playa y el baño de mar. Había unos bañeros -Urbano y Perico- muy famosos, que nos cuidaban en el agua y nos enseñaban a nadar. Uno aún vive. La gente mayor jugaba a las cartas o pasaba en los coches a Biarritz y San Juan de Luz a merendar y hacer tiendas. Las señoras iban con sombrero y guantes y los señores también muy vestidos. Había un "tennis" donde mi padre me enseñaba a practicar antes del baño matinal y donde jugaban reñidos partidos M. Borotra, Asís Alonso, los hermanos Linares, Pepa Chávarri, Lily Alvarez. Los chicos asistíamos a estos partidos fascinados. También había alguna "ghimkana" automovilística. Era una vida muy tranquila. Los jóvenes no teníamos coches, ni motos -no ya los de doce años pero ni aun los mayores- y lo más unas "bicis" para ir de excursión al Faro o a Guadalupe o camino de Navarra. Eramos bastante felices. Algún día mis padres me llevaban a Biarritz, lo que me aburría espantosamente a pesar de las meriendas en "Dodin" y que solían comprarme un traje de 100 francos antiguos en "Biarritz Bonheur", que tal como estaba la peseta en la dictadura, equivalía a 10 pesetas. Los chicos llevábamos en Fuenterrabía alpargatas durante todo el verano y sólo los días de paseo a Francia, en que nos obligaban a ponernos sombrero, íbamos cómodos (...) Para tomar algo sólo había delante de la playa "La Muela" que aún subsiste, donde se reunían los mayores elegantes hacia la una de la tarde, y en el pueblo "Olegario" la mejor fonda de entonces -hoy Hotel Jáuregui-. Se comía muy bien allí. Luego empezaron el Hotel Concha y el Francia. No había más. Entonces un "pollo" muy cotizado por las niñas casaderas, era Javier Valera -Javier Villasinda- marqués de Bogaraya, joven diplomático de ojos verdes que venía de un puesto de Chile y tocaba el "ukelele". Era nieto de dos grandes escritores: de D. Juan Valera y bisnieto del duque de Ribas. Era un hombre callado que de vez en cuando decía un chiste con gracia, pero como era guapo y marqués se le hizo esta canción con música del tango de moda: "Buenos Aires la Reina del Plata":

"Bogaraya es el pollo de moda
de las chicas de Fuenterrabía
escuchar la canción
que se canta todo el día...
Por las mañanas en "Olegario",
pasamos todas a contemplar,
y de lejos admirar
al niño guapo del barrio...
Bogaraya tras tu marquesado
te las llevas aunque sea a nado
y si a Varsovia te vas
se van corriendo detrás."


Ivan Quirós, hijo del marqués de Quirós, muy joven, seguido de su perro, navega en su barquilla de vela por el encrespado Cantábrico. Habla el vascuence y es amigo de los pescadores. Años después me enseñaría a remar y a navegar a vela." Ref. "Diario Vasco", 20-IX-1967.

Economía actual. En nuestros días sigue dándose un modo de producción mixto al que hay que añadir el auge espectacular del turismo que ya despuntaba con fuerza antes de la guerra. Los cultivos atlánticos -maíz, manzano, patata, alubia, huerta- se ven sobrepasados por los forrajeros. La ganadería es predominantemente vacuna: cerca del millar y medio de cabezas, entre las cuales hay destacadas piezas de raza pirenaica. El lanar, muy importante en otros tiempos, ha casi desaparecido. La superficie agraria suma alrededor de 2.184,80 Has. distribuidas así: Forestal: 1.418,80 Has.; Labrada, 193,20; No labrada: 444,70; Hortalizas: 19,00; Barbechos y ras trojos: 3,90; Improductivo: 105, 20.Según el censo agrario de 1962 hay en este Ayuntamiento 411 explotaciones agrícolas, una de ellas mínima, 23 de menos de 0,1 Has, 171 de 0,1 a 1 Has, 168 de 1 a 5 Has, 40 de 5 a 20 Has., 7 de 20 a 100 Has., y 1 de 100 a más Has. El régimen de tenencia es el siguiente: Propiedad: 912; Arrendamiento: 252; Aparcería: 5, Otros: 1.281. Desde el punto de vista comercial, Fuenterrabía pertenece al área comercial de San Sebastián, subárea de Irún y cuenta con 100 licencias comerciales propias ( 1963). Una característica peculiar son sus tiendas de antigüedades y galerías de arte.

Flota pesquera. En el año 1979 se contó con 61 embarcaciones artesanales dotadas de 275 marineros y 26 barcos de superficie con un personal embarcado de 302 componentes. La pesca desembarcada fue de 4.930,3 Tm. por un valor de 627,3 millones. Destaca la pesca del bonito y atún. En cuanto a la pesca artesanal, basada principalmente en la merluza, ha sido la que ha experimentado una mayor contracción de todas las efectuadas en la zona, debido a las draconianas limitaciones impuestas por las autoridades francesas en la explotación del caladero conocido como Fosa de Capbreton. En el período 1978-1979 se reduce así de 592.900 a 317.000 kg. el volumen de capturas. La célebre guardacostas francesa "Ancelle" apresa, el 6 de julio de 1979, 38 embarcaciones ondarribitarras que en juicio celebrado en Bayona en el octubre siguiente son absueltas.Habiendo recurrido el sindicato pesquero de San Juan de Luz, el Tribunal de apelación de Pau vuelve a absolver a los guipuzcoanos en marzo de 1980. Sin embargo la aplicación de la ley francesa de las 188 millas pone en peligro los derechos, basados en la tradición, de los de Fuenterrabía, ya que los caladeros bordean la línea divisoria y las autoridades administrativas francesas desafían las resoluciones de las judiciales de la misma nacionalidad.

Censo industrial (1975). Hay un total de 139 empresas, de las cuales 11 están dedicadas a la alimentación, 3 de textil, 21 de madera y corcho, 2 de química, 62 de construcción, 27 de metal.

Presupuesto municipal. 1964: 8 millones; 1965: 8,4 millones; 1966: 9,2 millones; 1967: 10 millones; 1968: 11,8 millones, 1969: 13,2 millones. Patrimonio municipal (1968). Activo: Inmuebles urbanos: 12 millones; Inmuebles rústicos: 21,3 millones; Artístico-histórico: 2 millones; Vehículos y semovientes: 0,5 millones; Mobiliario: 0,5 millones. Pasivo: Cargas y empréstitos: 3,5 millones; Aumento en el ejercicio: 0,1 millones; Amortización en ejercicio: 0,3 millones.