Villes

Hondarribia (version de 2003)

Hondarribia durante el franquismo III.El desarrollo urbano de la posguerra (1941-1959).En 1941 se produce el regreso del ex alcalde de la Dictadura, Francisco Sagarzazu a la Alcaldía, en la que permanecerá hasta 1958. El hecho más destacable de la vuelta de Sagarzazu es que se retomaron los viejos planes urbanísticos de la Sociedad Progreso de Fuenterrabía. Tal como relata Eunate Beperet (Beperet, 2000), pocas fechas antes de volver a ocupar la presidencia del consistorio, Sagarzazu consulta con José Múgica, abogado de la “Sociedad Inmobiliaria Vascongada”, sobre la situación de los terrenos municipales del “Puntal de España”. Múgica le aconseja que presente al pleno una propuesta que permita “desmontar suavemente y sin ruido todo el tinglado que se montó durante la República a golpe y platillo”, es decir que se regrese a la situación de 1930 (Beperet, 2002: 158). Múgica aconseja a Sagarzazu que rescinda los contratos municipales con la Sociedad (venta de terrenos en la falda del Jaizkibel y en el Puntal).

Una vez que Sagarzazu se ha hecho con el control del municipio y ha resuelto la cuestión de la “Sociedad Progreso de Fuenterrabía”, que el 5 de febrero de 1942 ve revocados todos los acuerdos en su contra adoptados por el ayuntamiento republicano, da comienzo una importante etapa de reordenación de la ciudad que se prolongará entre 1944, fecha en la que se inaugura la Plaza del Obispo, y 1963 año en la que el alcalde Fernández de Casadevante inauguró los Murales de Beruete. El tema ha sido ampliamente estudiado por J.M. Susperregui (Susperregui, 1996) y aquí nos vamos a limitar a exponer un breve recorrido por el desarrollo urbanístico llevado a cabo entre los años 40 y 60 que contribuyeron a modificar la fisonomía de Hondarribia en el Franquismo.

Para ello, el alcalde, contará con la colaboración del arquitecto guipuzcoano Pedro Muguruza Otaño. Se da la circunstancia de que Muguruza es el arquitecto de los proyectos de la “Sociedad Progreso de Fuenterrabía” y autor, junto con el francés René Petit, del pretendido “Puente Internacional Alfonso XIII” y del proyecto del ensanche del “Puntal de España” en 1926, proyectos que fueron anulados en enero de 1931 al no haber comenzado las obras. Tras la Guerra, Muguruza fue Director General de Arquitectura y en 1945 es nombrado Comisario para la reconstrucción de Madrid, participando en la construcción del Valle de los Caídos. La colaboración entre Muguruza y Sagarzazu supone plasmar los proyectos del segundo. Por ejemplo la realización de la plaza del Obispo, inaugurada como hemos dicho en 1944, era un proyecto que Sagarzazu había presentado en 1927, o los “Murales de Beruete”, que culmina la idea, presentada en 1914, por el actual alcalde. La relación entre ambos personajes llega al extremo de que cuando, en 1947, se decide construir el espigón proyectado por el ingeniero Ramón Iribarren, el proyecto no debió ser del gusto del alcalde, quien tras una serie de diferencias con el ingeniero, recurrió nuevamente a Muguruza, pero sin que lo proyectado por él finalmente se llevase a cabo.

Desde el punto de vista urbanístico debemos destacar la construcción del barrio de pescadores de “Azken Portu”, realizado al amparo de la Ley de Casas Baratas de 1939, y que se inauguró en 1949 con la presencia del ministro de Asuntos Exteriores Alberto Martín Artajo. Sagarzazu era muy amigo de esta presencia de autoridades del Régimen en sus actos públicos. Si en 1949 es el ministro de Asuntos Exteriores el que asiste, anteriormente -en 1943- lo había sido el ministro de Educación con motivo de la inauguración de la plaza del Obispo. En 1947 se inaugura la estatua de San Juan de Dios realizada en la glorieta que enlazaba las calles A (Sabino Arana) y B (Lapurdi) del ensanche. Otro aspecto del desarrollo urbanístico que debemos mencionar es la construcción del “Parque de Madrid”, destinado a unir el Ensanche con el Casco Antiguo. Esta obra supuso una nueva controversia del Ayuntamiento con René Petit, propietario de los terrenos en los que se proyectaba el parque. Las pretensiones de Petit son consideradas excesivas por el municipio y la cuestión se solventa con la construcción de una rampa de acceso a la villa de Petit. El proyecto finalmente se inaugura en 1955.

La realización de estas obras pone de manifiesto otra de las relaciones del alcalde, en este caso con el escultor José Díaz Bueno. A este artista se deben las esculturas de la plaza del Obispo (1944), la escultura de San Juan de Dios (1947), los relieves de los “Balleneros de Terranova” (1954), el conjunto escultórico del “Parque de Madrid” (1955), y los “Murales de Beruete” (1964). Es decir que el triunvirato Sagarzazu-Díaz Bueno-Muguruza es, en gran medida, el responsable de la fisonomía urbana de Hondarribia hasta finales del siglo XX.

A la importante labor urbanística de Sagarzazu debemos otras iniciativas como es la aprobación, en 1951, del Plan de Ordenación de Fuenterrabía y el Plan de Reforma Interior del Casco, que sustituye al redactado por Gutiérrez Soto y Cánovas del Castillo en 1927 y que no era del gusto del Alcalde. Un detalle curioso es que el que sería Ministro Secretario General del Movimiento, José Luis Arrese -arquitecto de profesión- participara en varios proyectos en la villa, como la rehabilitación del Edificio Miramar y de la calle Pampinot. Igualmente, en 1948 se inauguró, finalmente, el hotel en el Castillo de Carlos V, obra que se había iniciado en 1929 pero que se encontraba paralizada desde 1941. El carácter de Sagarzazu queda recogido en una entrevista que se publicó en “La Voz de España” el siete de abril de 1943. En el transcurso de la misma, el alcalde señala que el máximo mandatario municipal debe “aunque tenga sus técnicos, ser un enamorado de la arquitectura y de la jardinería. Volcarse en el interés común, sacrificando incluso el privado”. Evidentemente Hondarribia debe a Sagarzazu gran parte de su fisonomía actual, a la que contribuyó negándose a que se instalasen industrias en el término municipal. La labor de este alcalde sigue presente en las calles de la villa y se le atribuye la imagen que está colocada en la hornacina del arco de la Cofradía de Pescadores. Diez años después de dejar la alcaldía, en septiembre de 1968, se le tributó un homenaje colocando su busto en el Salón de Plenos.

Fuentes y Bibliografía.
  • Archivo de la Presidencia del Gobierno (A.P.G.)
  • Archivo General de la Administración (A.G.A.)
  • Archivo Municipal de Hondarribia (A.M.H.)
  • Beperet Olaberri, Eunate: Incidencia de la II República en Hondarribia, Ayuntamiento de Hondarribia, Trabajo de investigación inédito.
  • Jiménez de Aberasturi, Juan Carlos: De la derrota a la esperanza. Políticas vascas durante la II Guerra Mundial (1937-1947), I.V.A.P., Oñate, 1999.
  • Morente Valero, Francisco: La Escuela y el Estado Nuevo. La depuración del Magisterio Nacional (1936-1943), Ámbito, Valladolid, 1997.
  • Portu, Florentino: Hondarribia: Notas históricas y curiosidades hasta 1969, Ayuntamiento de Hondarribia, Hondarribia, 1989.
  • Rodríguez Álvarez, Mikel: Maquis. La guerrilla vasca, 1938-1962, Ed. Txalaparta, Tafalla, 2001.
  • Sáinz de los Terreros, Ramón: Horas críticas. Cómo se desarrollo el movimiento revolucionario en las orillas del Bidasoa, Burgos, 1937.
  • Susperregui, J.M.: Crónica monumental de Fuenterrabía, Siglo XX, Ed. Luma, Donostia-San Sebastián, 1996.


  • Pedro BARRUSO BARÉS