Sailkatu gabe

EUSKARA OBJETIVO (LENGUA: HIZKERA)

SINTAXIS V.

Bipolar. Ya no se establece la correspondencia directa, indirecta y pronominal o alocutiva, sino en relación a la colectividad e individualidad del propio sujeto. Se tiene en cuenta ahora a la mutualidad de la recepción verbal o a la individualidad.

alkar iltzen dugu, "nos matamos mutuamente" y nere burua iltzen dut, "me suicido".

En el primer polo, el mutual, se hace necesaria la presencia de alkar y en el segundo, de nere burua, lit. "mi cabeza", "mí mismo", que debe consonar con la flexión en este ejemplo de primera persona: zure burua iltzen dezu, "te suicidas", gure burua iltzen dugu, "nos suicidamos". Ejemplos:

laister alkar ikusiko degu, "pronto nos veremos"; eskua eman zioten alkarri, "se dieron mutuamente la mano"; alkar laguntzen degu, "nos ayudamos mutuamente", gure buruak saldu ditugu, "nos hemos traicionado"; gure buruak ilko ditugu, "nos suicidaremos"; itandu begio bere buruari, pregúntese a si mismo".

Obsérvese que las flexiones son transitivas pero cuando alkar o elgar, que es lo mismo, se declina puede emplearse en el intransitivo.

alkarrekin joango gera, "nos iremos juntos"; zuria elgarrentzat da, "lo tuyo es para ambos".

En resumen; que todo verbo, en principio, puede referirse al objeto, al atributo o a otra persona en cuatro coordenadas que hacen para el caso tres, según el gráfico siguiente:

El cuadro de flexiones es éste:

natzai-
zatzai-
zai-
gatzaizki-
zatzaizki-te
zaizki-
naiz
zera
da
gera
zerate
dira
nauk
--
duk
gaituk
--
dituk
alkar...dut
--duzu
--du
--dugu
--duzute
--dute
 ...burua..dut
--duzu
--du
--dugu
--duzute
--dute
nau-
zaitu-
du-
gaitu-
zaitu-zte
du-te
dut
duzu
du
dugu
duzute
dute
dida-
dizu-
di-
digu-
dizute-
diote-

Estas coordenadas formal-semánticas dejan rienda libre a la imaginación y al poder creador hasta el punto de hacer expresar ideas inéditas por el solo hecho de la posibilidad de combinación.

En euskara no hay voz pasiva.-Algunos tratadistas han creído encontrar un marcado carácter pasivo en los acusativos de las proposiciones activas. Tales Müller que la enunció tempranamente, Stemf que la defendió y Schuchardt que la adaptó y perfeccionó. Este, para convencernos de esa "suprema caracterización de la lengua vasca" cita dos ejemplos:

"El herrero ha vendido el caballo" y
"El herrero ha vendido los caballos".
En castellano el sujeto "herrero" concuerda con el auxiliar verbal "ha" manteniéndolo en tercera persona del singular. En euskara la traducción de ambas proposiciones sería:

Arotzak -zaldia-saldu du
Arotzak -zaldiak- saldu ditu

En este examen paralelo de ambas frases Caro Baroja descubre que quien ejerce influencia preponderante sobre el verbo es zaldia, "el caballo" y zaldiak, "los caballos", complementos directos que serian para él el verdadero sujeto. No hay tal, porque si pluralizamos el "herrero", arotzak, tendríamos para el primer ejemplo:

arotzak zaldia saldu du
arotzek zaldia saldu dute
.
En estos ejemplos la pluralización del sujeto ha ejercido exactamente la misma influencia en el auxiliar verbal que anteriormente la pluralización del complemento. Hagamos la prueba de pluralizar ambos:

arotzEx-zaldiAK-saldu diruZTE
"los herreros han vendido los caballos"
Ambos han influido exactamente igual en el verbo porque en euskara los componentes de la flexión concuerdan con todos los elementos importantes, tanto del sujeto como de los complementos. En castellano ocurre exactamente lo mismo. Don Quijote pregunta a Sancho: "¿Y tienes LA?" (la carta). Y si se tratara de varias cartas, ¿cómo hubiera preguntado el famoso caballero? "¿Y tienes LAS?" ¿En qué se diferencian "tienes LA" y Du y "tienes LAS" y DITu? Esquemáticamente, en nada. La -k activa, aplicada a través del articulo -a es, en euskara, el polo opuesto al pasivismo. Decir ni, "yo", es simplemente nombrar a la primera persona, pero decir nik es ya ponerla en actitud espectante para actuar. El verbo vasco es una reunión donde concurren representantes de todas las fuerzas vivas de la oración. Ahí, ocupando el lugar preciso que les corresponde según su importancia y valor, existen representaciones del sujeto, distintas según la persona de que se trata y el rol paciente, o activo; del objeto, en sus dos valores singular o plural, del complemento dativo, de los predicados; de los modos de ser de la acción misma; y hasta de la persona que escucha atendiendo su género y el grado de intimidad con quien habla. Una meticulosa representación de las partes según su número, su valor y su rango, preside esta asamblea lingüística alrededor del suceso verbal. Diríamos que el régimen es popular y aristocrático a la vez por cuanto atiende en su seno hasta el tratamiento cordial, indeterminado y respetuoso entre el que habla y el que escucha que son los dos elementos esenciales del habla. Veamos un ejemplo:

Nik gizonei berriak biar esango dizkiotet
"Yo mañana diré a los hombres las verdades".
Elementos y valores representados: 1. Ni-, 2. -k, 3. gizon, 4. e-, 5. -i, 6. -berri, 7 -ak, 8. biar.

Reunión verbal: esango _di- _z- _ki-_ot_e-_t / 8 6 7 5 3-4 1-2 Esta forma de hablar es indeterminada (en este caso) en cuanto al trato social que se debe a quien escucha.