Sailkatu gabe

EUSKARA OBJETIVO (LENGUA: HIZKERA)

Semántica.

Así como la morfología ha estudiado los morfemas en sí mismos y en sus asociaciones, del mismo modo la semántica va a estudiar los significados y sus asociaciones entre sí. El morfema se define por su significante en relación al significado que es su cara semántica. Ahora con el semantema ocurre algo similar, considerando el significado, el concepto, pero sin perder de vista el significante, porque la asociación de ambos es tan esencial que, al enunciar al uno, se evoca inmediatamete al otro. Son las dos caras de una misma moneda. Si al pronunciar una palabra se evoca inmediatamente su significado entre personas que saben la lengua, también al pensar un concepto cualquiera, surge inmediatamente en nuestra conciencia la palabra correspondiente. Si analizamos conceptos como gizon, "hombre"; gizatasun, "hombría de bien"; gizona, "el hombre"; gizonaren, "del hombre", observamos inmediatamente que se trata siempre del concepto "hombre" más ciertos incrementos significativos que derivan ese significado hacia una abstracción, una determinación, posesión, etc. Si examinamos un momento que buru, "cabeza", significa también "cima", "jefe", "espiga", "comienzo", "cabo", "remate", "personalidad", "cabecera", "lugar principal", nos encontramos con el fenómeno de diversos sentidos para una misma palabra, diversas acepciones, válidas según el empleo que se haga de ellas. El fenómeno contrario ocurre con ipiñi, ezarri, jarri, "poner", o sea, un significado expresado por más de un significante. Examinado así todo el léxico, nos encontraremos con sentidos concretos, abstractos, comunes, propios, específicos, generales, colectivos, singulares y plurales, definidos e indefinidos, en un aparente caos que parece imposible reducir a un orden dado. El eminente lingüista Sapir llega a decir que "el lenguaje, desde muchos puntos de vista, es tan irracional y tan terco en sus clasificaciones como lo seria un espíritu que procediera en esa forma". El lenguaje necesita tener un agujero completamente exclusivo para cada pichón, y no tolera a las aves vagabundas (p. 116). Más adelante (p. 126) añade que "tenemos que renunciar a una clasificación bien ordenada de categorías". Sin embargo, sugiere un esquema de cuatro categorías. Sapir parte del supuesto de clasificar los conceptos, pero entendemos que debe ser a la inversa, arrancar el esquema al vocabulario mismo, y no prejuzgar tan alegremente de la irracionalidad del lenguaje. Nuestro hallazgo de coordenadas de voz en el euskara, al contrario, ofrece una fórmula filosófica preciosa. En la semántica del léxico nos limitamos a estudiar el sentido de cada una de las palabras en el seno de un sistema que es preciso desvelar mediante nuestra observación desde los distintos puntos de vista. Desde el sustantivo, desde su temática, podemos observar cómo unas palabras designan personas, cosas, aspectos, cualidades, como Imanol, "Manuel"; Erriberri, "Olite"; Euskaltzaindia, "Academia de la Lengua Vasca"; etxe, "casa"; iturri, "fuente"; gaizto, "malo"; luze, "largo"; beltz, "negro". Observamos otras palabras que representan a las anteriores como ni, "yo"; ori, "eso"; nor, "quién". A nada que espiguemos un poco en lo que hablamos podremos señalar otras palabras que designan nexos, relaciones, como eta, "y", -aren, "de", u operaciones, como egin, "hacer"; zait, "se me ha". Y si tomáramos todas las palabras de un diccionario podríamos clasificarlas según esa temática y estudiarlas bajo ese "punto de vista". En cambio, si nos limitamos a observarlas bajo el punto de vista de la disposición de sus significados podremos descubrir verdaderas estructuras de orden como la que ofrece abere, "animal"; respecto a txakur, "perro", y esta palabra respecto a atal-txakur, "perro faldero"; ate-xakur, perro casero; arrato-txakur, "perro ratonero"; artzaiñora, "perro mastín"; azeri-txakur "perro raposero"; dobatxakur, "perro dobo"; eiza-txakur, "perro sabueso"; karlin, "perro carlín"; xarlango, "perro galgo", urtxakur, "perro de lanas", etc. La pirámide variedad-nombre común-nombre genérico salta a la vista, pero todavía falta la unidad única si cada perro casero, p. ej., recibe su nombre, Txiki, Otso, Aitor, Troski, Patxi, etc. Quiere decir todo esto que bajo el mundo temático yace un mundo dispositivo en el que las palabras viven ordenadas, coordinadas, subordinadas, organizándose y adoptando funcionalidades precisas. Y, sin olvidarnos que estamos inmersos en este momento en el mundo puramente semántico podemos enfocar nuestra visión sobre el reparto de los significados en el léxico disponible. Los significantes son como vasos en los que hemos de distribuir un caudal de semantemas mucho mayor en número que aquéllos. El número de significantes hechos es limitado, aunque el sistema morfológico nos brinde medios de multiplicarlo. Pero, en realidad, el significado se ha repartido, de tal modo, que un solo significante pueda funcionar con varios significados (acepciones), o viceversa, que varios significantes comporten un mismo significado o extremadamente parecido (sinónimos). No hacemos con estas observaciones sino abrir un resquicio por el que se entrevean las tres perspectivas esenciales.