Sailkatu gabe

EUSKARA OBJETIVO (LENGUA: HIZKERA)

De lo específico a lo genérico.

Si consultamos en el diccionario la palabra sagar, 'manzana', nos sorprenderá la cantidad de nombres existentes para sus distintas variedades: abalei, una variedad muy blanca; abapuru, 'manzana oblonga'; aldapatx, la negra y dulce; altxasagar, las que se conservan; altzondo, agria y tierna; arbisagar, la última que madura; astosagar, una muy grande; aziloka, otra grande y tempranera; balantzategi, jauda blanca; baratzesagar, la de huerta; sagartxo, manzana silvestre; bolinsagar, manzana tempranera; boskantoi, manzana de forma poliédrica; burdintxa, manzana duradera y ácida; y, así, hasta medio centenar de especies y variedades que la nomenclatura popular ha distinguido según sus propiedades y usos. Esta riqueza de nombres específicos populares contrasta con el nombre 'común' sagar, 'manzana' y todavía éste como variedad de otro más 'genérico' igeli, 'fruta'. Y lo mismo ocurre con nombres para designar montajes semánticos similares: (véase tabla). Su formato es la pirámide con base variada y múltiple, entrepiso de nombres 'comunes' y cima de nombres 'genéricos'. (véase tabla). Algunos autores divulgaron la idea de que el euskara no dispone de conceptos generales, p. ej., Unamuno y Baroja. Llegaron a decir que no existía la palabra 'animal' en nuestra lengua, pues, según ellos, se echaba mano a un erderismo como animalia, lo que prueba que el concepto, por lo menos, existía. La palabra euskérica es abere, aunque se use preferentemente para el animal grande, tal y como suele ocurrir en el castellano hablado, como en aquel anuncio de ventas de 'el Mercurio', de Chile, que se titulaba: 'aves, animales y pájaros'. Ignoramos cuál es el origen del mito en cuestión, de que el euskara no tiene palabras genéricas suficientes. Otro autor, Gallop, haciéndose eco del célebre profesor, nos dice que en euskara no existe el concepto 'color', y ¿qué será, pues, la palabra kolore, aunque su significante sea de origen latino? ¿Es que acaso no estamos hablando del concepto y no del significante? Lo prestado en este caso es la etiqueta filológica, no el concepto, que existió nativo, ya que entra en composición en la palabra margul, 'descolorido'. Que margo es 'color', lo demuestra el hecho de que el sufijo -ul, signifique 'desposesión', como en ul-du, 'despojar'; orri-ul, 'deshojado'; mut-ul 'muchacho' (motza-txo, 'el rapado'); y, sobre todo, margul-du, 'palidecer', o sea, 'perder el poco color'. Precisamente, hubiera sido inconcebible que un pueblo y una lengua, cuyas raíces tienen en el paleolítico superior, la época del color, del dibujo y de la pintura, no poseyera el concepto 'color', además de los específicos gorri, 'rojo'; urdin, azul; arri, 'gris'; ori, 'amarillo'; zuri, 'blanco'; beltz, 'negro'. Otra cosa es la historia etimológica de estas ideas genéricas arrancando de una concreta, como bele, 'cuervo', para beltz (akit. belex); urdin, de ur, 'agua', y de ahí, su confusionismo con el verde; y margo, de margu, 'mora', lo que indicaría que el 'morado' sirvió de apoyatura para el concepto 'color'. Del mismo modo, no faltó quien, altamente conceptuado, asegurara también que el euskara no ha poseído el concepto 'árbol', a pesar de zugatz, zugaitz, corriente y moliente, pero el error garrafal es querer pedir al euskara símiles con una lengua analítica en la que los conceptos se expresan, casi siempre, por palabras independientes. En euskara es uso común el sufijo -ondo y en los dialectos orientales -atze, -azi, 'árbol', genérico, empleado para expresar los nombres específicos:

sagar-ondo, sagar-azi 'manzano' lit. 'árbol de manzanas'
1       2       1      2 2             1

. La voz arbola, escandalosa en el Gernikako Arbola, 'El Arbol de Gernika', es una interferencia del castellano, no préstamo de palabra, sino suplantación de significante, de montaje fónico. En euskara arcaico se pueden ver abe, aretx, ezkur, con ese significado, como en el refranero, ezkur berereango, zia, 'del mismo árbol, la cuña'; zozpolak dirudi bere egurra, ta egurrak, bere ezkurra', 'la astilla se parece a la leña, y la leña al árbol'. Y en roncalés actual ha persistido la voz atze, 'árbol': atze andiak daude kalako oxanean: lerratzeak, izaiatzeak, axtigarratzeak, unratzeak, etxagurratzeak, ezpelatzeak. 'árboles grandes hay en tal bosque: pinos, abetos, avellanos, nogales, bojes'.