Sailkatu gabe

EUSKARA OBJETIVO (LENGUA: HIZKERA)

Sistemas familiares.
(véase imagen). Los paradigmas flexionales son de este mismo orden asociativo. En el habla real no existen como tales. Existe cada flexión aislada de las demás. Un paradigma es una asociación pero de tipo más complicado si cabe. Veamos:(véase imagen). Hemos de advertir que la característica de estos sistemas familiares de palabras es que son numéricamente grandes y exteriormente conservan, junto a la filiación semántica, la misma raíz formal. Por ejemplo, la familia de gogo, "espíritu", se ve representada en el diccionario Azkue, por 61 vocablos de variada riqueza semántica, significativa: "lo magnánimo", "lo memorable", "lo alegre", "el pensamiento", "la memoria", la "observación", el "deseo", la "ocurrencia", la "dureza", el "fervor", el "gusto", la "meditación", la "voluntad", la "atención", el "cuidado". Y como una de las palabras, gogor, "duro", crea familia nueva, lateralmente surge ésta, con otras fuentes de ideas relacionadas ahora, con la "dureza", la "solidez", la "crueldad", la "severidad", "terquedad", pero conservando todas ellas la raíz gogor-. Hemos presenciado el caso de una familia que se independiza ramificando a la que le dio vida. Este proceso puede seguir alejando a las palabras de su punto originario, hasta llegar a perderse el rastro de todo vestigio semántico y morfológico que recuerde la raíz primitiva. La flexión ziñan, "eras", ha perdido el recuerdo de su origen morfológico -za-, que conserva todavía en sus formas indirectas como zintzaizkion, "eras a él", pero persiste el sentido "ser". Este fenómeno no es exclusivo del euskara. Sucede en cualquier lengua: el francés actual dice "il e(st)", conservando el recuerdo originario en la palabra escrita y no conservándolo en la oral. Es el mismo caso de ura da(za), "el es", pero en vasco, se perdió el rasgo recordatorio tanto en la forma escrita como en la hablada. Las familias semánticas, sinónimos, homónimos, opuestos, pueden no tener de común la base temática y morfológica, pero si un rasgo común hecho de idea. Así como en los ejemplos anteriores en etxe-, gogo-, salían, etxegain, gogoeta, ahora, de una idea fundamental común, salen las ideas matizadas, diferenciadas o asociadas por contraste. Zuri, "blanco" y beltz, "negro", o bien, jaun, "señor" y jabe, "dueño", o, etorri, "venir", y xin, "venir"; biurtu, "volver" e itzuli, "volver". De estas familias proliferadoras, vía morfológica, vía semántica, o por ambas combinadas, salen términos en propiedad y términos en sentido figurado. Así, de ARRI (piedra), verdadero y "propio" sentido de la palabra, salen estas otras:

arri-tu, "admirarse", lit. petrificarse (de asombro)
arri-garri, "admirable", lit. petrificable
arri-men, "extrañeza", lit. petrificación
arri-bizi, "eco", lit. piedra viva
arri-adar, "pedrisco", "granizo" (por semejanza a la piedra)
arriko, "juego de tabas" (por ser en su origen de piedra)
arrizko, "canica" (por ser antes de piedra)
arreska, "parduzco".

Otro camino es la confusión de raíz por coincidencia fonológica en algunos de los vocablos:

DeARRI, "piedra"
arregi, "lugar pedregoso"
arreraunsi, "pedrisco"
DeARTU, "tomar", "recibir"
arrera, "acogida"
arretondo, "acogida"
De AR, "macho"
arreske, "animal hembra en celo"     ar, "gusano"
De AR-, "oveja"
arkume, "cordero"
artzai, "pastor"
De ARRE, "repetición"
arrabiztu, "resucitar"
arraseme, "nieto"

No faltan tampoco familias de palabras desgajadas en tiempos remotos de una comunidad primitiva:
De ARRI, "piedra", salió, según se cree, ar-gi, "luz", de donde el actual parecido de las siguientes:
ar-gintza, "canteria"
argintzto, "alba"
argipen, "interpretación"
ar-gin, "cantero"
argitu, "iluminar"
argitsu, "preclaro"
El diccionario de P. Lhande es precisamente excelente, porque, además del caudal de voces, verdaderamente rico, las expone, separando los términos que constituyen una familia, de aquellos que, a pesar de su apariencia morfológica, son ajenos. Otras familias semánticas son las que residen en la oposición de contrarios. La escala ahora se establece desde un punto cero hacia un concepto positivo y desde ese mismo cero hacia un concepto contrario o negativo en relación a aquél:(véase imagen). Todo valor positivo reclama automáticamente su correspondiente contrario, y viceversa, pero, como se ve en los ejemplos anteriores, rara vez guardan relaciones etimológicas.