Sailkatu gabe

EUSKARA OBJETIVO (LENGUA: HIZKERA)

Integración verbal I.

Reservamos este nombre para una especie de palabra, la flexión verbal, integrada por diversos representantes de la frase alrededor de un tema central. De esta índole son d-ida-zu, da-kar-zu-t, na-bil, etc. en las que el núcleo verbal es -i-, -kar- y -bil-, respectivamente, con las ideas de "haber", "traer" y "andar", en cada caso. Estas palabras tan complejas no se emplean como pequeños bloques que se reciben hechos de la tradición oral, sino que sus elementos son intercambiables. Así, de d-i-, "haberlo", se hace d-i-zki-, "haberlos", y de éstos dizu-, "habertelo", y dizkizu-, "habértelos", o bien, dizut, "habértelo yo" o "yo te lo he", dizkizut, "habértelos yo" o "yo te los he". En algunas flexiones no se trata de una sucesión lineal de representantes, sino que se intercala un infijo como en du, "lo he" y d-it-u (ditu), "los he", o bien un potencial -ke-, como en deza-ke-, "lo puedo haber". Finalmente diremos que, además de esa incorporación de un afijo en el interior de la flexión, recibe también ésta sufijos y prefijos como ba(dakit), (dakida)n, (dakida)la, "ya lo sé", en el primer caso, y "que lo sé", relativo y copulativo respectivamente. La flexión se convierte, así, en una junta de representantes de todos los elementos esenciales de la oración, sujeto, objeto, paciente, tema, persona que escucha, dativo; expresando, además, número, potencialidad, modo e incluso género de la persona que atiende.

Flexión verbal. Núcleos verbales. En euskara, como en toda lengua. toda flexión posee un "núcleo verbal" acompañado de pronombres y otros elementos. Ocurre, en nuestro caso, que el gran verbo auxiliar, "izan" posee un flexionario no solamente inmenso por el número de flexiones posibles, sino por la extremada complejidad de las mismas. Estas flexiones, a causa de un uso muchas veces milenario, se encuentran, a menudo, sumamente contraídas, gastadas y, lo que es peor, conteniendo elementos ya fosilizados y sin valor semántico preciso. El núcleo verbal es fácil de reconocer en los verbos independientes. Examinemos varios cualesquiera: da-RAMA-t (de e-RAMA-n), da-TOR (de e-TORR-i), da-GO (de e-GOn), da-KI-te (de ja-KI-n), da-KUS-t (de i-KUS-i)... Esta claridad no existe en las flexiones del verbo IZAN que también ofrece el mismo formato i-ZA-n. Hay flexiones auxiliares en las que puede reconocerse el núcleo intacto como en nint-ZA-n, "era", hint-ZA-n, "eras", ZA-n, "era" (él). Apenas hemos citado tres flexiones y ya tocamos un punto litigioso. Se discute si za de "zan" es el núcleo verbal o es el pronombre personal. Sigamos Si nos fijamos en nai-Z, "soy", parece que el núcleo fuera solamente -z, pero no falta quien afirme que aquí es -iz-, descomponiéndose la flexión en na-iz. No obstante, el verdadero problema radica en que en gran número de casos las flexiones no contienen, aparentemente por lo menos, ese núcleo y sí otros elementos que es preciso esclarecer. En algunos casos conservan el núcleo -za-, en otros se ven vestigios suyos, pero en muchos, quizá los más, no aparece por parte alguna. Por este motivo, algunos autores han pensado en la intromisión en el flexionario de izan de conjugaciones de otros verbos. Así, por ejemplo, una rica serie de flexiones, a pesar de conservar un núcleo idéntico, como en de-ZA-dan, na-ZA-n, zait-ZA-n se considera flexionario de un hipotético verbo eZA-n, de cuya existencia no se tienen noticias históricas ni orales. (1). Así, por ejemplo, toda la rica serie en -u-, como d-U-t, n-Uen, d-U, zend-U en, se atribuye a la conjugación del verbo e-DU-ki, o del UKA-n, ambos, existentes en el habla corriente no sólo con sus infinitivos, sino con sus flexionarios completos: da-UKA-t, da-UKA-tu, ne-UKA-n, etc. También se ha pensado en el verbo e-DU-n, de donde vendría e-D U ki y no e-D UK-i. Existe otra rica serie, la vizcaína, en -US-, como en de-USt, de-US-ku, o en otra variante, -UTS-, como en de-UTS-o, na-UTS-agu. Aquí se hace intervenir al verbo e-UTS-i o, bien, considerar a -ts- como un elemento indicador de dativo. Y hasta la serie que se nos aparece como una normal conjugación de i-ZA-n, como en nat-ZA-lo, gat-ZA-izkizu, es objeto de discusiones. Y no digamos nada de aquéllas ya alejadas morfológicamente de un tipo normal de conjugación como d-i-t, d-i-gu, donde puede ver alguien al verbo e-gi-n, o i-n, "hacer", pero significando siempre "haber". Nos quedan todavía dos grupos más de flexiones desahuciadas: las del tipo na-DI-n, "sea" (yo), de-DI-n, "sea" (él); nen-DI-n, etc. Aquí aparece en escena el verbo fantasma eDI-n, e-IDI-n y hasta el e-KIDI-n. Este problema que estamos planteando no puede resolverse sin un minucioso cotejo de todas las variedades conocidas de flexiones en todos y cada uno de los dialectos del euskara. Ese cotejo nos darla por resultado una clara separación de los diversos componentes de cada complejo flexional. Nuestra opinión personal postula una conjugación única del verbo izan, especializada en una rama para la idea "ser" y otra, para la idea "haber". El flexionario verbal parece haber perdido el núcleo -za- en muchas de sus flexiones, conservándose en otras de ambas ramas indiscriminadamente. El núcleo -s-, -ts- vizcaíno no dejaría de ser un vestigio suyo, que se conserva en los casos de dativo. Se ha tratado meticulosamente este tema en "El enigma del verbo vasco", en la revista "Batasuna", de Santiago de Chile.

Pronombres.-El genio del euskara exige que todo valor semántico tenga su significante en el compuesto flexional. Si un elemento morfológico pierde su carga semántica se convierte en un ingrediente fósil. A la inversa, si desaparece un elemento morfológico y no el semántico, éste se incorpora a otro que, desde ese momento, lleva en si una doble representación, persona y tiempo, por ejemplo. Examinando el plan a que obedece el juego de elementos en la conjugación distinguimos varios grupos y subgrupos, que separamos para mayor comodidad y claridad.
1. Agentes. Su serie sería esta:

-T: y sus variantes dialectales -D, -R.
-K, -N: segun sea hombre o mujer quien escuche: du-K, du-N. Representa al agente ik, "tu".
-(-): carencia oral de pronombre que caracteriza a la tercera persona agente, como en du-. Representa al agente ark, "el".
-GU: Es idéntico al agente a quien representa, gu, "nosotros": du-GU,
-ZU: Es idéntico al agente a quien representa, zu, "vos": du-ZU.
-ZUTE: Representa al agente zuek, "vosotros": de-ZUTE.
(-)TE: Representa al agente aiek, "ellos" pluralizando con -TE, -E, como en du-TE, du-E.

Todos estos pronombres exigen al sujeto el ir acompañado de la -K activa, signo de agente: ni-K, i-K, ar-K, gu-K, zuK, zue-K, aye-K. Existen otros agentes que no son sufijos, sino prefijos de los que hablaremos en su debido lugar.
2. Pacientes. Se conocen estos que siguen:

N-: que representa a NI, "yo", como en N-aiz,N-ator, N-adin.
H-: o sus variantes (-), Y-, como pueden verse enH-aiz, Y-aiz, Y-az. Representan a HI, i, YI,"tu".
D-: que representa a ura, "el", "ello", "lo", "se",como en D-a, D-ator, D-ira.
Son muy interesantes, por los problemas quesuscitan, las variantes z-, L- y hasta la carencia de representante morfológico, como en Z-eto-rren, L-itzake, -eben.
G-: representa a gu, "nosotros": G-oa-Z, G-ato-Z,G-ara-Z.
Z-: representa a zu, "vos": Z-oa-Z, Z-ato-Z, Z-ara-Z.
Z-TE: simple pluralizacion del anterior, se refiere a zuek, "vosotros", Z-ara-TE, Z-ina-TE-n.
D-: pluralizada, como en D-au-DE, D-ira-DE, representa a aiek, "aquellos".
3. Recipientes. Cuando interviene una persona en dativo, "a ti", zuri, "a vos", se emplean los mismos pronombres enumerados en la serie de agentes, pero intercalados. Para incrustar -t, -r, -k, -n se añade una vocal de ligadura que le una a la consonante siguiente. Ejemplos: di-DA-tu, zi-TA-zu, di-KA-t, di-NA-t. En este último caso ha llegado a perderse el elemento morfológico -k-, "tú varón", asumiendo este valor semántico la pobre vocal de ligadura -a-, que no valía nada y ahora pasa a ser un representante del pronombre, como en el caso de di-A-t, en lugar de la forma originaria di-Ka-t. En los demás casos es regular la intercalación: di-ZU t-, di-GU-zu, etc. Pero en la tercera persona el caso cambia por aparecer un elemento nuevo: -o-, -a-" en singular, y ote-, para el plural. Se formarían flexiones como éstas: diO-tu, di-OTE-t. En el caso di-o- el pronombre -o- se puede considerar como intercalado entre di- y el signo de tercera persona, la carencia (-).
4. Objetivos. Llamamos asi a aquellos pronombres que objetivizan a sus representantes:

N-: en todos los dialectos, como en N-au, N-induen, N-azan.
H-: o carencia de fonema, como en H-au, H-induen,o bien y- como Y-ai.
D: común a todo el idioma. Vease, D-u, D-au,D-ezan. Para otros tiempos y modos existen Z-, L-, y la carencia (-). Ejemplos: z -uan, L-uke, -eban. Que la d- de zenDuen es la referencia al objeto lo demuestra el hecho de ir precisamente en ese lugar el pluralizador -it- como en zenlTuen.
G-: como en G-aitu, G-aitzan, G-aunaz.
z-: según los dialectos, como en Z-aitu, Z-auguz.
Z-TE : pluralizacion del anterior, como en Z-aituZTE.
D-: como en los ejemplos D-ituzu, D-itzan, D-itu.
5. Alocutivos. Se trata de otro grupo de pronombres con valor semántico, indicando confianza, cordialidad o respeto, pero en relación al que escucha. Es una referencia de atención a éste, siempre segunda persona, hombre (-K-) o mujer (-cv-), o indeterminadamente (Zu).

-K: "Tu, varon": di-KA-t, equivaldria a dut, pero conteniendo esa alusión a la persona a quien nos dirigimos.
-N: "Tu mujer": di-NA-T, equivaldría al mismo dut, pero con alusión a la mujer que nos escucha.
-ZU: "vos": di-ZU-t, equivale tambien a dut y nau-ZU, a nau.

Para decir, "yo lo he", diremos nik dut, pero también podemos decir: dikat, diñat o dizut, si lo estimamos apropiado al grado de confianza que exista entre nosotros, que hablamos, y el que nos escucha. El euskara para distinguir el uso alocutivo del uso en propiedad ha sabido aprovecharse de pequeños cambios fónicos: di-K (alocutivo) y du-K (en propiedad), di-N (alocutivo) y du-N (en propiedad), dik, din, dizu, equivalen a du, "lo tiene", en tanto que duk, dun y duzu, significan, "lo tienes", tú hombre, tú mujer, vos.

Tipos de flexiones.-
1. Las formas más simples poseen un núcleo verbal y, a lo sumo, un pronombre expresamente adherido a él, bien anterior o posteriormente. Pueden servir' de modelos, zan , "era ". y du, "lo ha". En zan se reconoce inmediatamente el núcleo -za- de iZAn. La tercera persona está expresada por la carencia de significante, -zan. La -n final no hace al caso porque se trata de un signo secundario de tiempo y modo. En cambio, en du, junto al núcleo actual -U-, aparece un pronombre objetivo d- y posteriormente la carencia (-) que es el signo de tercera persona: du-. Si a esta combinación mínima se le añaden los pronombres personales pertinentes, nos encontramos con todo el flexionario verbal euskérico. Pero éste, que es el procedimiento seguido por la lengua para crear estas síntesis, no debe ser el camino a seguir para llegar a conocerlas en su integridad. Se impone el análisis de las flexiones, tal como existen ya en la lengua vasca.
2. Si examinamos cualquier serie de flexiones verbales vascas nos encontramos con dos procedimientos, uno de posposición y otro de preposición, o bien un tercero, mixto. En duT, duK, du-, duGU, duZU, duTE, se ve claramente la genealogía de toda la serie que no sería otra que ésta:(véase tabla). La -z final es el pluralizador de los pronombres respectivos. Por el choque -rz- se pierde -r- sin que afecte a la inteligibilidad. El pronombre d- de la primera serie puede pluralizarse. De ese modo d-, "lo", se convierte en dit-, "los", con solo añadirle ese pluralizador -it- que se convirte en infijo. Con este nuevo personaje en medio tenemos esta nueva serie:(véase tabla). Su fórmula sería xXx: ejemplo: naRABILzu, gaRABILzuz, etc. xXx.
3. Otro tipo de combinación se produce si entra en juego un nuevo pronombre, y en dativo, que se expresa mediante la partícula -ki-: Sea la forma más regular dakio (dio, en guipuzcoano), "se le ha". El núcleo verbal está eludido y se sobrentiende. La vocal de ligadura -a- asume sus veces.(véase tabla). Su fórmula sería xX:x, en sigular y xX:xx, para el plural. Estas fórmulas no agotan ni con mucho las combinaciones ofrecidas por las síntesis verbales euskéricas, pero pueden tomarse como típicas, siendo las demás meras variantes.