Sailkatu gabe

EUSKARA OBJETIVO (LENGUA: HIZKERA)

Integración verbal II.

Elementos de la flexión verbal: resumen.-Vamos a pasar revista a los elementos que pasan a integrar el cuerpo de la flexión verbal. Los nuevos elementos incorporados contribuyen a la unidad pluralista de la palabra así constituida. Estos elementos son partículas, generalmente infijadas, expresando el número, caso, modo, tratamiento-género, y tiempo. Número: -TE y sus variantes fonéticas -re, -de, -e, -i. Así, de -zu, "vos", se hace zuTE, zuE, zel, ziE (según los dialectos) - "vosotros". Las flexiones dezu, dio, gera, se pluralizan en dezuTE, dioTE, geraDE. -Z. Si pluraliza a un paciente va al final: Dago y DagoZ. También con objetivos: Dot y DodaZ (t = d). -r. Sigue casi siempre a i o u, formando -it-, -ut-, -itu-, -utucomo en zaiTut, gaiTuzu, diTugu, gaiTzan. -ZTE. Se le ve raramente en algunos casos muy locales: DieZTEt por DiTut. -TZI. Es una transformación de -zki-en -tzi-, cumpliendo el mismo fin. DaramaTZI es equivalente a DaramaZKI. Caso: Las partículas que distinguen el rol de los pronombres se encuentran fosilizadas, desgastadas o desaparecidas. En este último caso, el orden de colocación o el contexto de la palabra, les suple en su finalidad. -DI. Indicador de pasión. Sus variantes -idi-, -i-, como en naIz, aIz, dira. A veces -d-, de -di-, está representada por t- como en naTzaio, o convertido -di- en -it- como en nalT zaio. También zalzkit se ve en ocasiones zaUzkit, lo que nos darla una nueva variante -U-. -KL Indicador de dativos: variantes o residuos suyos son: -KU-, -u-, -I-, -K-, como en zaizKIzu, daKot, delt, daUt. En dit, es -i-, a su vez, núcleo verbal y dativo. -TSI. Esta variante vizcaína es una transformación de -zaki-. Las flexiones leuskeKlzu, leuskeKlt, lo confirman. Son evidentes contracciones de leusakekizu, leusakekit. Por otra parte -s-, de deust (en singular) nos prohibe identificarla con el pluralizador -z-: deust = *deuz(a)t. En la flexión daraut, la elisión de (ki) hace que asuma su papel el núcleo -ra- (*-za-). -U-. Indicador de objeto. Su única variante es -i-, ambas pluralizadas en -it, -ut. Es elemento fósil y a punto de desaparecer. En la frase ikusi naUzu zuk, "vos me habéis visto", n- representa a ni, "yo", que se convierte en el objeto visto mediante el indicador -U-, "a mí", elemento que asume también el papel de núcleo por falta de éste, pues en lugar de *nauzazu la realidad nos da naUzu. De este tipo son, naU-, haU, galtU, zaltu, gUtu, etc. -IA. Indicador alocutivo. Entra en escena la señal de que interviene un pronombre personal a título de persona que escucha solamente. Así, de nago, "estoy", se hace nIAgok, "estoy"; nIAgozu. El indicador -IA- anula cualquier pretensión de -k y -zu, finales, a tener otro valor que el de personas que escuchan. Modo: (-). La simple flexión, sin ningún aditamiento especial, expresa el modo indicativo: dut, naiz, nintzan, dakart, "lo he", "soy", "era", "lo traigo". -KE. Condicional. Etorriko nintzaKE, "yo vendría". -DI-. Potencial. Está fosilizado actualmente. Ejemplos suyos son las flexiones daiDI, naiDI, daiDIt. En otras como leikidion, nakidik aparecen traspuestos el indicador ki- y el potencial -di. -xa. Y, a veces, -DI-. Conjetural. No se trata de un futuro, sino del simple caso de que "pueda ser", como se expresa en dezaKEt, naiKE. -TE. Posibilidad. No confundir con -te, pluralizador. En el sentido de lo posible y lo imposible. Beleak ikuz daiTE, ez zuriz daiTE = "el cuervo puede lavarse, no blanquearse". -N. Subjuntivo. De nator, "vengo", natorren, "para que venga yo"; de daukat, daukadan, "para que yo lo tenga". B-. El cambio de d- en b- indica, algunas veces, al imperativo: dator y betor, "vengo" y "véngase". Otras veces se acorta la palabra como en nadin y nain, "que yo sea". También se suprime la -n final del subjuntivo: gaitez, "seamos", de gaitezen, "para que seamos". -RA. Impositivo. Su variante -Ro- aparece en algunas ocasiones. Da a la palabra ahínco, insistencia, imposición. Axular emplea esta frase: Galdegin zeRAukan, "le preguntó" y luego, esta otra: ihardetsi zion, "le contestó". De no existir esta diferencia modal zeraukan y zion debieran ser una misma flexión. Alocución: Tratamiento y género de la persona que escucha, no de la que habla. O sea, la relación que media, de género y posición social entre el que habla y el que escucha. Es una -k cuando es varón y una -n cuando es mujer, pero en tratamiento de tuteo. Cuando la relación es de respeto, se emplea el pronombre zu, "vos", y en los demás casos no se emplea distintivo especial. Y es lógico que hablando de vos no se puedan emplear los modos subjuntivo e imperativo por la contracción lógica de ordenar nada a un superior. Tratamiento indeterminado: naiz, "soy"; de tú, a varón, nauk; de tú, a mujer, naun; de vos, nauzu, y siempre significando lisa y llanamente "soy". Tiempo: A veces la vocal de ligadura -A- (nAiz), asume el valor de presente y la -E- de nEntorren, el de pasado. Pero es pura apariencia. La verdadera diferencia entre las flexiones presentes y pasadas reside a veces en -n- de neNtorren, "venia yo"; niNtzan, "era yo"; geNduen, "lo había yo". Cuando no existe esa -n- es porque se ha perdido como en nuen, evidente residuo de niNduen. El futuro se empleó antiguamente mediante -TE-, -KE-: duKEt, "lo habré", eldu daTE, "llegará".

Modos. Vamos a dar una síntesis del verbo auxiliar vasco teniendo en cuenta la actitud adoptada por el sujeto limitándose a enunciar lo que dice pura y simplemente, modo indicativo, ni naiz, "yo soy"; nik dut, "yo lo he"; bien desiderativamente o por lo menos en un "para qué" sobrentendido, modo subjuntivo, ikusi nezan, "para que (yo) lo vea"; izan nadin, "para que (yo) sea"; bien imponiéndose y mandando, modo imperativo, ar zazu, "toma"; joan zaitez, "vete"; condicionando la acción de algún modo, modo condicional, etorriko nintzake, "(yo) vendría"; eramango nuke, "(yo) lo llevaría"; bien en plan de costumbre, modo consuetudinario, etortzen nintzan, "(yo) solía venir", etc. Otras veces se trata de incorporar a las flexiones, ya hechas, partículas modales que matizan la actitud del sujeto con respecto a la acción. Si tomamos como modelo la flexión verbal dezazun, "para que lo hayas", vemos que aparece una -n final que le da un preciso significado semántico de modo y caso que no tendría en una hipotética regular dezazu. Pero si le queremos dar sentido conjetural, el afijo de este sentido -ke- lo intercalamos haciendo dezaKEzu y eliminando la -n final. Lo mismo ocurriría con otra flexión como ninduzun que hace ninduKEzu, o bien anteponiendo un prefijo como en badakizu, "si lo sabes". Según los ejemplos citados los tres casos serían típicos:

- Integrando la flexión indisolublemente: dezazuN, "para que lo hayas".
- Soldándose al cuerpo de la flexión: BAdakizu, "si lo sabes".
- Incrustándose en su interior: dezaKEzu: "lo puedes haber".

Se da el caso de que el afijo conjetural -ke- aparezca como final de flexión, pero es debido a que el representante de tercera persona es cero. Asi, en dezaKE, "lo puede haber" (él), ha de interpretarse morfológicamente por dezaKE-, en la que (-) representa a esa tercera persona, lo mismo que en dezaKEt, dezaKEzu, etc. Todavía la flexión verbal vasca admite la compañía de morfemas más o menos independientes pero que, conjuntamente con ella, ocasionan fórmulas muy interesantes para integrar el enunciado del discurso, en el que se dan ya coordinaciones y subordinaciones de palabras entre sí. Vamos a citar solamente tres formas típicas de acompañamiento como naiz-eta, "siendo" (yo) y en presente de indicativo ote-daki, bide-daki, oi-daki, "acaso lo sabe", "parece que lo sabe", "suele saber", y, finalmente, otras como bait-daki-n, bait-zera-n, "puesto que lo sabe", "puesto que eres", con una combinación de dos morfemas bait- y -n que se complementan muy bien, dando mucha prestancia a la flexión.

Tiempos. Ligados a los modos se encuentran los tiempos del verbo, la expresión del momento en que tiene lugar la acción verbal. El sistema de formas verbales que expresen un mismo momento, con solo variaciones de persona y número, constituyen un tiempo verbal, según se aluda al presente, al pasado o al futuro o sus combinaciones que son muy ricas en euskara. Y como la categoría de tiempo se halla indisolublemente ligada a la de modo, de ahí que, como en otras lenguas, se hable también en euskara de presente de indicativo, de subjuntivo, etc. En euskara hay riqueza de tiempos.

Presente. La acción se realiza en el momento en que se habla, pero con matices:
- La acción se halla en ejecución: esaten dut, "yo digo"; or dago, "ahí está".
- La acción se presenta en un momento dado de su desarrollo en un presente momentáneo: gaberdi da, "es medianoche".
- La acción se halla en pleno desenvolvimiento: errota badabil, "el molino funciona".
- La acción puede expresarse fuera de la noción del tiempo como verdad en principio: gero dionak, bego dio, "quien dice más tarde, dice jamás".
- La acción se refiere en presente, si, pero refiriéndose a una operación habitual que todavía no ha llegado: oieratekoan otoiz egiten dut, "oro antes de acostarme."
- La acción en presente se refiere a un momento que todavía no ha llegado pero que entra dentro de un presente más amplio: bereala nijoa, "enseguida voy."

Pasado. La acción se realiza en un momento anterior al que se habla: edaten nuen, "yo comía"; etorri nintzan, "yo vine", gaberdi zan, "era medianoche"; errota bazabilan, "el molino funcionaba". oieratekoan otoiz egiten zuen, "oraba antes de acostarse". Hasta aquí el imperfecto temporal. La acción que sucede en un pasado próximo se expresa perifrásticamente así: gaur egin dut, "lo he hecho hoy", o sea, en un momento pasado del hoy presente, y del mismo modo etorri naiz, "he venido"; jan dezu, "has comido". El pasado lejano o pluscuamperfecto implica la anterioridad indefinida de un pasado sobre otro: laister etorri zan, "rápido vino" en lugar de laister zetorren, "rápido venía". También en formas supercompuestas: kusi izan dut, "yo hube venido".

Futuro. Cuando la acción ha de tener lugar en un momento posterior al que se habla se expresa en euskara en genitivo: etorriko, "de venir" o etorriren, "de venir"; egingo, eginen, "de hacer". Ambas formas se corresponden a la locativa -ko para los dialectos occidentales y a la posesiva -en para los orientales y centrales. Etorriko naiz, "vendré"; egingo dezu, "lo harás". En realidad lo que se dice es, "he de venir", "lo has de hacer". La expresión plena de la idea la dará el acompañamiento de otros términos o sufijos, expresando deseo, ruego, invitación, o simplemente conjetura: Jauna, ene otoitza onartuko dezu, "Señor, acogeréis mi oración". Los verbos con conjugación sintética o propia no tienen futuro morfológico porque se sirven del presente: biar dator, "mañana viene", cómo solemos decir en castellano calcando al vasco. El futuro del pasado: esaten nuen etorriko zala, "yo decía que vendría".

CONJUGACIÓN TRANSITIVA
Ref. I. López-Mendizabal
INDICATIVO
Pasado próximo: yo lo he llevado = eraman det,
tú lo has llevado = eraman dezu, etc.
Pasado remoto: yo lo llevé = eraman nuen, etc.
Pluscuamperfecto: yo lo había llevado
= eraman izan nuen, etc.
Futuro imperfecto: yo lo llevaré = eramango det, etc.
Conjetural próximo: yo lo habré llevado
= eraman izango det, etc.
De las flexiones objetivo-pronominales ponemos
solamente las que indican el objeto singular.

yo se lo traigo (un objeto solo). Para obtener las flexiones que indiquen pluralidad de objetos, indicamos una regla sencillísima: se introduce el infijo zki después de la sílaba di inicial en las flexiones de presente; de diot se lo traigo, diz kiot se los traigo; de digu él nos lo trae, dizkigu él nos los trae; y en las flexiones de pretérito después de las sílabas ni, zi, giñi y ziñi: de nizuten yo os lo llevaba, nizkizuten yo os lo llevaba. (véase tabla).