Sailkatu gabe

EUSKARA OBJETIVO (LENGUA: HIZKERA)

Alfabeto.
Los fonemas en si mismos.
Los fonemas vascos son las cinco vocales a, e, i, o, u (también ü), casi iguales a las del castellano; las consonantes oclusivas sordas ( p. t. k.) y sonoras (b. d. g.), sibilantes (s, z) y las africadas (ts, tz), chicheantes (x = ch francesa, tx = ch española); rr fuerte y r suave; la liosa h aspirada en los dialectos nórdicos y parásita en los meridionales; otras como m, n, l y las geminadas ñ, II y tt, y, finalmente, las raras j y f. No existen v ni w. Llama la atención la repulsa a la r inicial y a los grupos br, bl, kl, kr, que se ven casi exclusivamente en dialecto roncalés (sablia por sabela, obro por oboro, beigra por begira, dra por dira, etc.). Las palabras de origen extraño iniciadas por r cambian en otras iniciadas por e- o a- como rota y errota, "molino"; rosa y arrosa, "rosa"; razón y arrazoi, rector y erretore, etc. La h se halla en un proceso histórico muy largo de desaparición como puede observarse por los documentos medievales donde abundan las h aspiradas o parasitarias. Hoy, en un alarde de falta de sentido práctico y de valor moral de saber y poder rectificar un error de tal magnitud y daño, se ha jugado irresponsablemente con la h polucionando (frase de Oteiza) el idioma con la única letra-chimenea y muda. Todos ellos pueden servir para diferenciar el sentido en un significante dado, como aRto, "maíz" y aSto, "asno"; Nai, "querer", y Gai, "material"; gaztA, "queso" y gaztE, "joven"; Bero, "caliente" y Gero, "luego"; kaRRika, "calle" y kaLika, "juego de la vilorta"; Su, "fuego" y Zu, "vos"; iRi, "villa" y iBi, "vado". También la carencia de fonema puede asumir el papel de fonema cero, como en -izar, "estrella" y Lizar, "fresno"; Gau, "noche" y -au, "éste"; -ar, "gusano" y Zar, "viejo"; -eta, "y", y Meta, "montón". Otras veces no se trata de la diferenciación de signos o palabras entre sí, sino de sentido de una misma frase pero mediante el añadido, no de un fonema simple, sino de una entonación significativa como etxetik dator, "viene de casa" y etxetik dator!. En euskara no juega el tono interrogativo por sí solo el papel fonológico porque interviene un elemento nuevo, la partícula al que precede a la flexión verbal en unos dialectos y -a, en otros. Hay fonemas simples que se constituyen en signo diferencial completo como i, "tú"; diptongos, como oi, "suele"; au, "éste"; monosílabos, como ke, "humo"; bai, "sí"; ez, "no". Los de más fonemas son ya corrientes y masivos en el léxico euskérico. Cada palabra tiene, pues, uno o más fonemas gracias a los cuales se distinguen los signos entre si, pero la identidad completa del signo la da el rasgo completo, el significante, con sus rasgos comunes a otros y los diferenciales. Entre atzo, "ayer", y atso, "anciana", evidentemente hay dos fonemas s y z que distinguen un signo del otro, pero también los otros elementos dan identidad al bloque atzo y al atso, pues -z- y -s-, no significan nada, ni en oposición, ni separados. Entre palabras como etorri, "venir" e iturri, "fuente", aparece un elemento nuevo, y es el parecido, el poco contraste en la diferenciación. Otras veces el fonetismo del idioma ocasiona duplicidad de fonemas con el mismo valor diferenciador, edan y eran, "beber"; oilo y olla, "pollo"; kabi y abi, "nido"; euki y eduki, "tener", azal y kazal, "corteza". Lo fonológico es mental, no físico, y no se corresponde forzosamente con lo fonético, que es sonido. Una frase fonológica se corresponde con cientos de repeticiones de frases fonéticamente diferentes, según quien las pronuncie, aun en el caso de corresponderse cada fonema con una versión sonora, pero una de las muchas que podría tener ese mismo fonema. Pero la función del fonema no solamente es diferenciadora de significación, sino también punto de apoyo a ese elemento diferencial dando consistencia constitutiva al signo completo o palabra.

Fonemas y significantes.
No se da ningún significante con solo un fonema, salvo i, "tú". Los demás resultan de combinaciones de dos o más. Así, p. ej., en da, "es"; en gu, "nosotros"; en zu, "vos"; o en il, "morir". Se dan tres fonemas como bat "uno"; bai, "si", o aur "criatura". Todos ellos, como unidades simples y sin separaciones interiores de ninguna índole. Pero muchas veces se dan casos como ene, "mío"; ire, "tuyo"; igo, "subir", en los que la imagen fonológica descubre dos subunidades, e-ne, i-re, i-go, imágenes de la sílaba hablada. Con el aumento del número de fonemas se obtienen significantes más largos, como emakume, "mujer"; gizon, "hombre"; erori, "caer". Nos encontramos, así, con todo el vocabulario, pero no con todos los significantes. Los hasta ahora obtenidos son homogéneos en su interioridad sin más fisuras que las silábicas.

Fonemas y bloques.
En la cadena mai au emakumearentzat da eta mai ori, gizonarentzat, descubrimos, por de pronto, varias de las unidades autónomas anteriores, mal, emakume, da, eta, ori y gizon. Ahora se presentan dos de ellas con el añadido -arentzat. Pero en otras ocasiones podremos encontrar emakumea, gizona, que es el mismo de -a-rentzat, que juega un rol propio y se independiza o se asocia según convenga: maia-a, gizon-a, emakume-a. Del mismo modo, encontraríamos on-tzat, "por bueno"; nere-tzat; "para mí". El bloque emakumearentzat, o el gizonarentzat se descompone entonces en, gizon-a-r-en-tzat, emakume-a-r-en-tzat. Solamente el fonema -r- sirve a muchos señores, pues lo vemos en casos similares precisamente sirviendo de nexo de unión y de separación a la vez, cuando hay contacto entre vocales:

-a-r-ik,

-r
-a-r-en,

-r

Estas uniones de un significante principal con otros accesorios, en un solo eslabón, separado de los demás por silencios y puntuaciones, es lo que llamamos bloque fonológico: emakumearentzat: emakume-a-r-en-tzat. El problema fonológico que aquí se plantea es el de las reuniones de unos y otros accesorios según las exigencias del habla. Ahora cabe distinguir en estas reuniones la de un fonema final de palabra o accesorio con fonema inicial de otro accesorio. Estas uniones traen consigo desdobles silábicos. Tomemos lan, "trabajo"; jaun, "señor"; gi/zon, "hombre"; zai/gu, "nos es"; goiz, "mañana". Al añadirles accesorios diversos, sus sílabas se redistribuyen.

lan... la/na/ren; jaun... jau/nak, jau/na/re/nak.
gizon... giz/zo/nen/tzat; goiz...goi/ze/ko/a, goi/za.

Este reajuste silábico, como se ha visto, se verifica también en los accesorios: -ren, -re/na, re/nak.