Después de la Restauración comienza a perfilarse en Bilbao una poderosísima clase social de financieros y grandes empresarios a una escala nueva. Unas veces proceden de empresas familiares tradicionales y otras del pueblo mismo, como los Urquijo. Cuando surge el movimiento nacionalista vasco en Bilbao solamente un naviero poderoso, Ramón de la Sota, se adhiere a él por amor al país. Bilbao se convierte en un campo de furiosa lucha a tres frentes: los capitalistas y grandes empresarios, el proletariado anarquista y marxista y el movimiento nacionalista vasco. Aquí en Bilbao se formaron verdaderas dinastías de capitalistas entre 1900 y 1936. Se cita por ejemplo a Chávarri, los Ybarra y los Echevarría, que unieron sus intereses metalúrgicos hacia 1900. Es también conocido el paso de ciertas empresas familiares a sociedades anónimas con el fin de adquirir facilidades crediticias. Encajando a los financieros bilbainos y otros vascos de menor cuantía en el contexto capitalista estatal, han llegado a representar la respetable cifra del 30 % de la inversión total.