Villes

Bilbao. Historia (version de 1974)

Socialismo y UGT.

El Partido Socialista Obrero Español (P.S.O.E.) fue fundado el 2 de mayo de 1879 en Madrid. P. Iglesias, su fundador, fue el verdadero promotor del socialismo desde su cargo de secretario del partido. Envió a Bilbao al toledano Facundo Perezagua para que propagara las nuevas ideas entre la masa obrera de la ría y dirigiera la agitación socialista. La ideología importada a la comarca de Bilbao era netamente marxista y de directa influencia francesa. En 1886 se había fundado en Barcelona la Unión General de Trabajadores, U.G.T., que Perezagua iba a trasplantar en Vizcaya. En 1885 se fundaba en Bilbao la Sociedad Tipográfica y de oficios similares, en 1888 la Sociedad de Obreros Canteros y en 1890 la Sociedad de Moldeadores y Cargadores de Muelle. Las huelgas de 1890 y 1892 dieron al naciente partido y sindical españoles la más firme masa de militantes. Estas huelgas fueron las más importantes de toda la península. En el ambiente político de la villa se consideraban las huelgas y agitaciones obreras como asunto de orden público. En consecuencia los arreglos salariales se llegaron a negociar con el capitán general responsable del estado de sitio declarado cuando la huelga revestía caracteres de gravedad. Los trabajadores de la ría bilbaina, inmigrados como eran, no contaban con el respaldo de familiares del país que les acogieran durante los conflictos y tenían que someterse por fuerza. Entre los obreros también los intereses de unos y otros eran contradictorios ya que había trabajadores temporeros y fijos. La intromisión del odio religioso en la problemática obrera fue un mal servicio prestado por el socialismo a los obreros inmigrantes residentes en un país hostil. Las exigencias de la clase proletaria eran por lo demás absolutamente justas y muy comedidas. Se trataba de abolir las tiendas y dormitorios de las compañías y la solución del trabajo ocasional o temporero. La posición de las minas en las montañas y márgenes de la ría, aisladas de Bilbao ciudad, daba lugar al negociado de tiendas y dormitorios en manos de capataces insaciables y crueles. Ya desde 1900 comenzaron las minas a unirse y relacionarse con pueblos y ciudades, quedando en segundo lugar el problema de almacenes y alojamientos. En 1893 apareció La lucha de clases. En 1896 comienza el socialismo a tomar parte activa en la política fundando la Agrupación Socialista. El Partido Socialista Español dedicó sus empeños más firmes a la conquista del proletario bilbaino. Por este motivo celebró en la Villa el Segundo Congreso Socialista Español del 29 al 31 de agosto de 1890, al que acudieron quince delegados. Tomaron el acuerdo de celebrar todos los años el día 1 de mayo una manifestación reclamando de los poderes públicos una legislación protectora del trabajo y el usar el voto como arma de combate. Este planteamiento militar de los problemas fue y sigue siendo consustancial al socialismo marxista. Todos los primeros de mayo se celebraban manifestaciones obreras encabezadas por Perezagua. Con motivo de la huelga de 1903 los señores Sanz Escartín, Salíllas y Puyol, redactaron un informe que dejaba ver las condiciones pésimas de vida del minero industrial y cargadores del puerto. La prensa del socialismo bilbaino fue «La lucha de clases», donde escribían Tomás Meabe y Valentín Hernández. Otros dos agitadores, Juan Recondo y Felipe Merodio, con Perezagua, llevaban el peso del movimiento de rebelión obrera contra el mal trato capitalista. El socialismo marxista se extendió desde Bilbao a los pueblos de la ría y de ahí a las poblaciones mineras. En Sestao se fundó en 1892 la Sociedad de Obreros Caldereros; en Begoña, en 1896, la Agrupación Socialista; en Baracaldo, en 1898, la Sociedad de obreros empleados de Altos Hornos; en Sopuerta, en 1894, el Centro Obrero; en Musques, en 1887, la Agrupación Socialista; en San Salvador del Valle, en 1898, otra Agrupación. similar; en La Arboleda, en 1903, la Sociedad de obreros mineros, y en Erandio, en 1902, la Sociedad de obreros mecánicos, ajustadores y torneros. Toda esta organización socialista era una parte importante de la U.G.T. española con residencia central en Madrid. Desde Bilbao una racha de misioneros socialistas se trasladó a Asturias, con un proletariado alfabetizado, ya que sabían leer más del 80 % y contaban con algunos elementos simpatizantes en la propia Universidad, que Bilbao no poseía. La U.G.T., de penetración lenta pero segura, y de pensamiento metódico y frío, tuvo que enfrentarse con los elementos anarquistas y los sindicatos católicos. Tanto socialistas como anarquistas no penetraron en el campo vizcaino ni entre la masa obrera autóctona en general. Después de la crisis socialista de 1906 el partido hubo de afrontar la situación creada por los políticos reformistas burgueses, como Cambó y Alba, en 1917.