La masa obrera bilbaina es inseparable de la que trabaja en los pueblos de la ría y a la que se agrega, a los efectos de los conflictos sociales, la de la región minera. En 1887 había en Bilbao 12.981 obreros vizcainos contra 9.776 alógenos; en Sestao, 1988 contra 1096; en Baracaldo, 2.593 vizcainos 1.988 que no lo eran; en San Salvador del Valle, 892 contra 2.543; en Santurce, 1514, contra 1.429, y solamente en Portugalete había una mayoría del país, 894, contra 662. En toda Vizcaya contaba la masa obrera 55·336 trabajadores. En 1930 Baracaldo había llegado a tener 30.000 habitantes a partir de 384 que tenía en 1857. Bilbao y la ría pasaron, de 20.000 habitantes en 1875 a 220.000 en 1932. El patrón capitalista bilbaino prefería la mano de obra importada porque se contentaba con jornales menores y los capataces tenían un cliente para sus alojamientos en los barracones y consumo en sus cantinas. Un informe de 1904 dice: «el obrero ambulante está dispuesto a contentarse con menos y como no tiene casa, ingresa en los alojamientos de los capataces, razón por la cual éstos le consideran más por el beneficio que les produce, que el que por tener hogar y familia no pueden reportarles, bajo este aspecto ganancia alguna».