Jurisdicción.
Continuaba la rivalidad, tradicional ya, de la Villa y las localidades limítrofes. Abierta el año 1500 la contienda acerca de cuáles fuesen los propios términos y jurisdicción de la villa, resolvió el pleito el Corregidor Cueto, declarando los límites de Bilbao a unos linderos que casi coincidían con el perímetro de sus murallas. Las partes quedaron insatisfechas. Bilbao ganó posteriormente algunas ejecutorias favorables. Ajustó Concordias de precaria duración con los pueblos rivales: Abando, Deusto, Begoña y Portugalete. Las demás anteiglesias de Vizcaya miraban recelosamente la prepotencia cada día mayor de Bilbao. La villa continuó siempre siendo miembro de la república foral vizcaina.