Sailkatu gabe

EUSKARA OBJETIVO (HABLA: HIZKETA)

Exposición.

Ir diciendo lo que queremos decir describiendo las cosas y los hechos tal cual nosotros los conocemos, aclarando conceptos, explicando el sentido de lo que decimos para una cabal interpretación de parte del oyente. Se usan los complementos de nombre y de verbo, los incisos aclaratorios, y todos y cada uno de los recursos del habla, incluyendo las comparaciones y las imágenes. En la exposición oral, pues, se entrecruzan elementos descriptivos, comparativos y explicativos. Los elementos descriptivos presuponen una observación de la realidad y un ceñirse a la misma. El que cuenta algo se sirve de su propia observación y del testimonio ajeno en el valor de lo que cabe. Por eso distingue el euskaldun entre da, "es" y omen da, "dícese que es". En el describir intervienen asimismo; una cierta preparación en el tema, una cierta elaboración y una cierta intuición. La comparación, completa y aclara lo dicho por vía descriptiva. En el habla euskaldun se compara preferentemente con seres de la naturaleza y con fenómenos naturales. La comparación es confrontación y aquilatamiento unas veces, semejanza explicativa, otras. El comparar hechos congéneres se complica con la comparación de hechos de distinta índole por vía figurativa. La descripción y la comparación sirven de apoyatura a la explicación que da ya razón de lo que se cuenta o comenta. A veces suele consistir en el habla de dar satisfacción a alguien de dichos o hechos que pudieron haberse tomado por ofensa o despectivos, tratando de llevar la convicción de que en el supuesto agravio no hubo intencionalidad. En el habla se trata siempre de explicaciones concretas y casuísticas, aunque puedan sistematizarse debidamente.

Descripción.-Un buen ejemplo de euskara descriptivo lo tenemos en la novela Garoa "El Helecho", de Domingo de Aguirre. El lenguaje es entonces rico de matices, aspectos, cualidades y detalles de todo orden. Con esta descripción minuciosa contrasta, p. ej., la de la novela Juanixio, elíptica, de rasgos esenciales, a veces de caricatura.
Ura zan gizona, ura!
Zazpi oin ta erdi bai luze, makalzugatza bezain zuzen,
pagorik lodiena baizen zabal, arte gogorra bezela trinko,
gorosti ezearen antzera zimel.
Orrela zan Joanes nik ezagutu nuenean
.

"¡Aquél era hombre, aquél!
Siete pies y medio de largo, tan recto como un chopo era ancho como la más gruesa haya, macizo como la dura encina, flexible como el fresco acebo. Así era Joanes cuando yo le conocí".
Observamos cómo la descripción aparece entrelazada con la comparación que no es, en esencia, sino pura imagen. Contrasta con esta descriptiva física la animada de Irazusta y que hemos repetido en varias partes por ser muy concisa:

Burukotea, burun, burukotean, perralla, perrallan, zapik, an dator Auxtiña:
"El rodete, en cabeza, en el rodete, la herrada, en la herrada, lienzo, ahí viene Auxtiña".
La descripción de los hechos también hace uso de los mismos recursos narrativos enumerativos o combinados:

Ala gertatu zan. Bat batetan goibeldu zan ta andik pixka batera, turmoi batzuek jo ondoren, izugarrizko ebi ta kazkabarrak tximistakin batean erori ziran.
"Así sucedió. Repentinamente el cielo se oscureció, y de allí al poco tiempo, después de unos truenos, cayeron espantosas cantidades de lluvia y granizo mezclados con rayos."
A veces se filosofa dando significado a la vida:

Udara, osasuna da, gizona: ta negua, eriotza. Goiz-goiz jeki ta eguzkiaren ateratzea ikustea baño gauza ederragorik bai al da? Gero egun luze, legor, argitsu aik ez dute iñoiz berdiñik.
"El verano es salud, hombre; y el invierno, muerte. ¿Hay cosa más hermosa que levantarse muy temprano y ver salir el sol? Luego aquellos días largos, secos, luminosos, no tienen par jamás."

Comparación: Al sentido figurado de las palabras se corresponde el sentido figurado que damos a la proposición por comparación con otra, por alegoría, por dar a entender lo contrario que se dice, por antítesis, por silenciar aquello de que se habla, por enumerar las cualidades de algo en lugar de nombrarlo lisa y llanamente, contraste de sentidos contrarios, exageraciones y eufemismos. Lafitte nos da algunos ejemplos concretos: orai biotza urtua daukatlgatza urean bezala, "ahora tengo el corazón fundido, como la sal en el agua"; lili bat ikusi dut baratze batean/desiratzen bainuke nere sahetsean/lorea eztu galtzen, udan eta neguan haren parerik ez da óertze bat munduan!, ``he visto una flor en un jardín; yo la quería a mi lado; no se pierde ni en invierno ni en verano: no hay otra en el mundo"; atoz onera, itsusia!, "¡ven aquí, feo!" (haciendo entender todo lo contrario, "lindo"); iguzki danean, zoin den eder itzala!, "¡cuando hace sol, qué bella la sombra!"; laterri guzia odolean itoa zan, "toda la nación estaba ahogada en sangre". Estos recursos figurativos y comparativos dan prestancia literaria al habla cuando es difícil expresar los matices de lo que se quiere decir. La frase roncalesa bigotz biarriak era tzar tzak, "espabílate", significa literalmente "despeja las orejas del corazón". El símil comparativo no es físico porque el corazón no tiene orejas como la cabeza, pero las orejas oyen y las palabras llegan al corazón: "afina, pues, el oído, y afina, por tanto, la sensibilidad del corazón". Todo esto se dice por ese artificio de tan pocas palabras y de una manera tan convincente.

Explicación.-Cómo se explica describiendo y comparando lingüísticamente es tarea de observar cómo inciden ambas y la utilización de incisos, aclaraciones, repeticiones e incluso redundancias. Se usa de la figura retórica y del sentido figurado de la palabra y de otros artificios comparativos, pero, así, sin más averiguaciones. Eso ya no incumbe al lingüista. Averiguar el porqué del isomorfismo, qué cosas aparentemente dispares lo ofrecen no es ya cosa de lengua, sino de otras disciplinas científicas. Uno de esos tipos de comparación es la parábola. Pero la explicación en el lenguaje oral corriente no persigue fines científicos, sino que es un medio para la consecución de aquello que el hablante se propone. Por eso analiza y ordena adecuadamente aquello que dice y va a decir. A veces el oyente está en condiciones de inferioridad respecto al conocimiento de aquello de que se está hablando y requiere entonces el asunto una explicación más desarrollada. El relato, entonces, implica explicar apoyándose en la descripción y la comparación. Observada el habla popular enseguida se advierte que desborda prácticamente a la pura lógica mediante comparaciones de fenómenos muy alejados por su naturaleza como es el caso evangélico del grano de mostaza y el reino de los cielos, y es que el lenguaje es vida y la lógica es un juego de esquemas inexpresivo, frío y limitado. Esta no es sino el juego del pensamiento humano. El euskara, sobre todo, posee rasgos intelectuales que reflejan el cosmos como puede verse en el primero y segundo volumen de mi "Introducción a la problemática vasca" y esas estructuras inconscientes se reflejan luego en metáforas, parábolas e imágenes, ya conscientes, más abundantes de lo que parece a primera vista. Y es que, frecuentemente, utilizamos curiosas analogías con raíz filosófica en un isomorfismo esencial.