Sailkatu gabe

EUSKARA OBJETIVO (HABLA: HIZKETA)

Vocales.
Con las cinco vocales a, e, i, o, u, comunes al castellano llega a conocer el euskara sus nasalizaciones á, é, i, ó, ü, propias de los reducidos dialectos suletino y roncalés y una ü sencilla y otra nasalizada ü del dialecto suletino, el más oriental de todos. Según se considere el modo de emitirlas o de recibirlas, de articularlas o de oírlas, pueden clasificarse de una u otra forma. Según la articulación vocal, la más abierta es la a, después e, o y las más cerradas i, u. En realidad no son en vasco ni muy abiertas ni muy cerradas. (véase imagen). Pero, por su naturaleza, pueden agruparse en tres series:

Simples: a, e, i, o, u.
Incorporadas: á, ó, ü.
Nasalizadas: á, é, i, ó, ü, ü.

Consonantes.
La gama de sonidos consonantes es numerosa. Algunas como f, j, h, son escasas y otras, como v, inexistentes. Un superficial examen nos hace ver la distinción entre consonantes como b, ts, ñ. L a primera es totalmente simple como puedan ser s, d, n, en las palabras oso, edan. En cambio tz, ts, son una especie de diptongo consonántico patente en atzo, otso. Otras ñ, ll« tt, etc., se emplean en palabras como ñaute, ollo, atta, siempre doble versión de sus equivalentes inaute, oilo, aita. En su química hay una vocal combinada con una consonante. El nuevo producto ya no es ninguno de los componentes pero predominando el consonante. Este resultado ha conducido insensiblemente al mismo tipo de agrupación que se hizo con las vocales:

Simples: b, d, g; p, t, k; s, z; l, m, n; rr, y; f, h.
Incorporadas: ts, tz, ds, dz, rr.
Palatalizadas: tt, x, ll, ñ, tx, dx.

Clasificación de nuestros sonidos articulados según el grado de abertura de la boca: Máxima abertura:(véase tabla).
Estas consonantes comprenden:

Oclusivas sordas: p. t. k. (ipar, "norte"; ate, "pato"; ikur, "signo").
Oclusivas sonoras: b. d. g. (ibar, "valle"; idor, "seco"; igaro, "pasar").
Nasales: m. n. ñ. (emakume, "mujer"; enara, "golondrina"; iñoiz, "alguna gez").
Labiales: b. m. f. p. (biga, "dos"; amar, "diez"; alfer, "perezoso"; napar, "navarro").
Sibilantes: s. z. x. (baso, "bosque"; aza, "berza"; goxo, "delicioso").
Vibrantes: r. rr. (garo, "helecho"; erre, "quemado").
Laterales: l. ll. (ele, "palabra"; ollo, "gallina").
Aspiradas: h. (zahar, "viejo").
Palatalizadas: tt. ñ. x. ll. dd. tx. (ttipi, "pequeño"; miña, "el dolor"; gaxo, "enfermo"; ille, "pelo"; ddunddu, "azul"; etxe, "casa").

Grupos.
Veamos varios vocablos: mai, aza, zu, txori, trinko. En mai, m- se pronuncia con la ayuda de una vocal en la cual se apoya. En aza y zu ocurre lo mismo. Ya en txori el compuesto t-x logra comportarse como sonido simple apoyándose en o, a pesar de ser compuesto. En cambio en trinko, t se pronuncia apoyándose en otra consonante, r y ésta, en i. Tampoco se apoya en vocal alguna t en deust. Otras veces se producen grupos consonánticos como -zk-, st-, -rt-, -nd- cuya presencia en la lengua depende del sistema fónico de la misma, o bien vocálico, como -ai-, -eu (mai, deust). Las series que siguen se agrupan así: tz-, ts-, tx-, ds-, dx- (atzo, "ayer"; otso, "lobo"; etxe, "casa"; odso, "lobo"). También terminando, como ots, "ruido"; beatz, "dedo". Los dialectos orientales, suletino y, sobre todo, el roncalés, usan grupos consonánticos contrariando la regla general euskérica que los deshace cuando toma prestadas palabras a otra lengua. Contraen, p. ej., oboro en obro, zarei en zrei, dira en dra, gara en gra. Los grupos consonánticos así formados son escasísimos y excepcionales. Son frecuentes y normales:
>-rt-, -rd-, -rk-, -rg-, -rb-, -rz-, -rl-, -rm-, -rn-, -rj-, -rf , -rp(urte, erdera, orko, ergela, urzo, erle, orma, erne, marfuka, lurpe), -zt-, -zk-, -zp-, -zl-, -zm-, -zn- (uzta, ezka, ezpel, idazle, ezmen), -nt-, -np-, -nl-, -nd-, -ng-, -nb-, -ns-, -nz-, -nj-, (ontasuna, menpeko, onlako, indar, ango, lanbo, anzo, manjola), -lt-, -ld-, -lk-, -lg-, -lb-, -lz-, -lf-, -lp-, -ltx-, -ltz-, -lx-, -Itx-, -ls- (iltari, alde, ilko, ilgora, albo, ilzale, alfer, iltze, eltxe, odolstatu), -st-, -sk-, -sp-, -sn- (asto, oski, espain, esne).

De estas series de grupos consonánticos, los más corrientes en euskara, aunque algunos de los citados sean escasos y quizá de origen extraño, podemos ir extrayendo los más castizos y genuinos mediante su investigación en el diccionario y en las adiciones de sufijos.

Acento.
El acento tónico vasco es poco perceptible. Al oír hablar da la impresión de que todas las sílabas se pronuncian con igual intensidad. Pero sí que existe el acento tónico. Lo que sucede es que se nota poco y que, además, varía conforme el ritmo del habla. Las palabras de más de dos sílabas sufren una ligera acentuación en la última vocal aunque se haga otra pequeña inflexión de voz en la primera. Al decir larunbata, "sábado", parece como si se pronunciara larunbata, y así ikusi, ódolá. De todos modos, es dificilísimo determinar el lugar o lugares del acento en las palabras aisladas. Pero en los dialectos orientales y centrales se percibe mejor el acento. El acento tónico vasco es, desde luego, más llano que el del castellano y es más rítmico que silábico y determinado por el contexto. Por eso, a partir de una sílaba dada, todas las demás, una sí y otra no, llevan o pueden recibir el acento tónico. Y al considerar a la frase ocurre otro tanto pero a escala frase, que la primera vocal de la misma y la última se destacan por pronunciarse un poco más destacadas: járriko al dezú? Algunas veces el acento juega un rol morfológico: osaba, "tío" y "osabá, "el tío"; gizonak, "los hombres" y gizonák o gizónak, "el hombre (en activo) o la penúltima como en gaiztóak en vez de gaiztoak, o maitéak en lugar de maiteák. En las palabras de varias sílabas se suele acentuar la antepenúltima como en orréngatik, "por eso"; osásuna, "la salud". En cambio, en los dialectos orientales, suletino y roncalés, abundan los esdrújulos diciéndose zitazu en lugar de zitazu. La acentuación de frase es muy llana y rítmica pero se determina por ciertas palabras predominantes aunque no dejan de intervenir otros factores como énfasis, métrica, etc. Todo esto deja ver que el acento vasco es ciertamente rítmico más bien que silábico: bórda txiki, "borda pequeña".