Sailkatu gabe

EUSKARA OBJETIVO (HABLA: HIZKETA)

Límites.

Toda unidad tiene un fin y un comienzo. Como sonidos distintos ese fin y ese limite se concreta en el timbre. Pero si ese límite se traslada al campo de la duración, no del timbre, aparece el diptongo que, aunque dure como una vocal empieza en un timbre y termina en otro, dicho de otro modo, vocal que cambia de timbre en el curso de su emisión. La sílaba, dos o más sonidos, comienza con un sonido explosivo y termina con un implosivo: pa pe-ra, e-txe. La palabra o término, de una o más sílabas, se inicia ante un espacio de separación y termina con otro idéntico: papera, etxe.

Diptongo: Forman o no diptongo las vocales en contacto según el grado de abertura. Si la precedente es más abierta y la segunda muy cerrada el diptongo se produce en euskara: a+i, a+u, e+i, o+i (aintza, dauka, eiza, oitura). No se diptongan en el caso de ser la precedente más cerrada que la siguiente: i+o, e+o, u+e (dizkio, eon, gendue). La sílaba un poco alargada, pero sin dejar de ser una sola sílaba se produce en casos de combinarse dos vocales semejantes: baita ere, que hace baita ê.

Sílaba.- Dejemos de considerar los sonidos aisladamente, abstraídos, para observarlos y valorarlos no ya en la forma de producirse, sino en la especial manera de comportarse entre si. La palabra i, "tú", es un solo sonido y es, a la vez, sílaba y palabra. Es lo más escaso en la práctica. Lo más corriente es que los sonidos se asocien. En au da, "éste es", a, u forman una unidad silábica que podemos representar así: a-, -u = au. Parecida cosa ocurre en da: d-. -a = da. Basándonos en estas conocidas observaciones la sílaba vasca se agrupa en estos tipos que siguen:
Vocálica.-Elemental, como en a-tor, e-txe, o-tso, o-gi, i-turri. Compuesta como en los llamados diptongos, au, euki, ei-za. Semiconsonánticas como oi-tura, oi-da, ai-nitz. Estas sílabas vocálicas pueden ocupar en la palabra cualquier lugar: o-gi-a, di-o, di-a-zu.
Vocálico-consonántica.-En forma explosiva como ba-teko, la-na, ma-tsa; en forma implosiva como ar-te, as-ko, ez-ti, en-da, ur-te; o mixta: bat, dut, zait, nauk, nik, guk.
Múltiple.-Las consonantes o las vocales se duplican. En vasco no se agrupan más consonantes como en otros idiomas. A lo sumo se forman sílabas del estilo a las siguientes: aur-ten, dei-gu, sa-kail-du, zait, con duplicación de vocales. gri-ña, bost, ba-gintz, ba-nintz, deust, con duplicación de consonantes consecutivas. Se ve la tendencia del euskara a formar las sílabas con apoyo de las consonantes en las vocales, que es lo que caracteriza a la sílaba vasca en toda la gama de tipos enumerados. Desde luego es básicamente vocálica. Rehúye el amontonamiento de consonantes, de tal modo, que nunca o casi nunca pasan de discretas parejas en armoniosa secuencia. Examinado el léxico euskérico se percata uno de que faltan totalmente los grupos en -b (absuelto), -t (at-mósfera), -k (ac-tor), -d (ad-herir), -g (agnóstico), -m (ámbar), p (ap-to), f (af toso). En cambio abundan los en -z (ez-ti), -l (il-ko), -n (an-go), -r (ar-to), -s (as-to), -x (ax-kora). Faltan casi totalmente los en br, bl, kla, kra, etc. A titulo excepcional solamente se encuentran voces de este tipo y siempre se trata de contracciones: obro (oboro), gra (gara), y siempre de tipo muy localizado y dialectal. En cambio abundan más las en tr como trinko, triko, Motriko, pero hay que rebuscarlas. Pueden leerse muchas páginas euskéricas sin encontrar un solo caso -br, kl, kr, tr, bl, etc. En cambio, es muy característica y frecuente la sílaba tipo kas, gaur, goiz, gaz, kit, nik, man, zen, runtz, tzat, zen, dar,· kar, guz, pur, ber, tsal, txin, bat, etc. Estas sílabas las hemos tomado de una de las páginas de "Garoa". Pero el habla, bajo el punto de vista fonético, es una secuencia de sonidos articulados. Ahí se juntan, combinan y agrupan para formar sílabas, vocablos y bloques hablados. ¿Qué son las sílabas sino uniones de fonemas en su primera escala agrupativa? Veamos: bai, zei, goi, bat, ni, zu, nai-ko-a, gi-zo-na. El más superficial examen nos manifiesta que la silabación vasca es predominantemente vocálica. A cada vocal, por lo general, se le une solamente una consonante ante ella, después de ella o a ambos lados: bi, ik, zuk. En bai, gaur, zei, goi, deust, vemos a las vocales asociadas, una fuerte y otra débil, o una cualquiera con otra más débil, pero no fuertes ni débiles entre sí. Los grupos consonánticos también obedecen a la misma regla, las explosivas con las continuas: deust, tri-ku. Cualquier trozo vasco que tomemos nos dará una distribución silábica regularmente formada según las reglas enunciadas antes: -Bai, bai,. u-de-a da e-men i-ga-ro-tzen de-da-na, ne-re base-rri-an lan aun-di-rik ez pa-da-go. E pai-lle-tik a-si ta A-za-ro-raño. ("Garoa", p. 7). Si esto ocurre en la formación silábica elaborada en el tiempo no por eso dejan de ocurrir otros fenómenos fonéticos que afectan a la integridad de la sílaba como tal. Eso ocurre cuando se le añaden sonidos que le den más consistencia, cuando los pierde o cuando de dos sílabas se hace una o viceversa. De dute se ha originado du-e, di-e, dei. De di-za-kit, ha salido diz-kit; en R. die-zut, ha hecho, diezt. De dit, en R. se hace di-ta-ra. Aparte de estos fenómenos silábicos queda todavía otro provocado en el momento mismo en que se crean o se añaden adherencias: vocablos como lan, gi-zon, lur, naiz, desdoblan, como vimos en otro lugar, sus sílabas dándoles nueva distribución en la cadena hablada: la-nak, gf-zo-nare-nak, lu-rre-ko, nai-zen.

Términos: Las características fonéticas de la palabra euskérica son estas: Inicial: vocal o consonante sonora: ate, ukan, iturri, eman; makilla, bost, denda, gara. Cuando se adopta una palabra extraña se sonorizan sus oclusivas sordas convirtiendo p, t, k, en b- d, g.: pake/bake, "paz"; parkatu/barkatu, "perdonar"; tienda/denda, "tienda"; giristino, "cristiano". Medio: sonoros y sordos. En muchos casos esa dualidad sirve de diferenciador semántico:
urDe "cerdo", eKarri "traer", iBar "valle", urTe "año", eGarri "sed", iPar "norte".
Pero si no hay interferencia semántica el cambio se produce, y si se trata de sonora, se conserva:
temPora tienDa
denBora denDa
El interior del cuerpo de la palabra parece depender de la palabra entera. Las alternancias sorda-sonora y viceversa, interiores, parecen depender de las consonantes extremas. Otras veces no es alternancia, sino parejas sordas o sonoras como en los ejemplos que siguen:
iBiLLi, uKaTu, eKaRRi, uLerTu
1 2 2 2 2 1 1 2
eMaKuMe, ZaBaLeTa, BuKaTZeN
1 2 1 2 1 12 1 2 2 1

Final: vocal o consonante. Predominantemente vocal. El resto del vocabulario, después de los vocablos terminados en las sonoras n, r` 1, se reparte míseramente entre -z, -t, -k, -s, -tx, -ts. Solamente -tx logra ponerse a la par de -l. El final -t se explica por ciertas onomatopeyas como tarrat, por el pronombre -t, "yo", de las flexiones verbales, zait, det; o por repugnancia a terminar palabras en -d cuando se trata de voces extrañas: David = Dabit. Casi diríamos lo mismo de -k y de -z: dek ("tienes", hombre). No ocurre lo mismo con -tz, relativamente abundante: artz, ortz, otz ("oso, diente, frío"). Una vez constituido por sílabas el cuerpo de las palabras se producen accidentes fonéticos condicionados por el largo, la densidad, temple y firmeza y hasta equilibrio tónico de la palabra. El vocablo sin afijos, tema, o estos subtemas, sufren aisladamente los accidentes de este tipo. El cuerpo fonético, temático, podemos considerarlo bajo varios puntos de vista.
a) Su armazón y su resistencia.
b) Su medida interna y externa.
c) La distribución de sus elementos.
El habla como toda cosa sufre el desgaste del uso. Si previamente no se le ha dotado de defensas adecuadas, la palabra se deteriora o se desgasta, por tres modos simultáneamente: desgaste inicial, contracción con pérdida fónica interior y desgaste final: Ejemplos: I>Padurana, Molinibar, Bada. --Durana, B ol--ibar, Ba-Otras veces observamos pérdidas, desgastes exteriores solamente:
E rronkari
- R onkal i En ekotxea
- R onkal- - Nekotx-
Estas pérdidas no se realizan al azar. Hay casos y casos y sus series paralelas dejan ver las leyes a que obedecen. Dejando para quien tenga más tiempo y paciencia el ordenamiento interno de estos fenómenos, únicamente dejaremos constancia de los casos más conocidos. Sea cual fuere la causa de las contracciones y achicamientos de las palabras, estos fenómenos se observan en las voces de gran uso o excesivamente largas. Las contracciones debidas al excesivo número de elementos concentrados en una flexión verbal, por ejemplo, pertenecen a otro tipo de pérdida de sustancia donde más bien es apretujamiento que otra cosa. Compárese:
Erronkari dizaki o
- R onkal i - R onkal -con - -za k- o - -za- i o - -za- u
En el primer caso la pérdida afecta a un solo bloque o cuerpo; entre tanto en el segundo, se pierde totalmente di-, y ki se reduce a k-, a cero, e io acaba en u. Aquí nos ocuparemos de las pérdidas de sustancia de cuerpos compactos e indivisibles en otros secundarios y de uso gramatical.

Escudo.-Al usar las palabras es siempre su comienzo el que recibe el impacto del desgaste. Sin que sepamos ciertamente si es con el fin de proteger el cuerpo vivo de la palabra observamos cómo en euskara se les dota muy frecuentemente, si se trata de topónimos, de un fonema protector que las inicia a-modo de parachoques. Esto ocurre cuando se trata de palabras iniciadas por vocal, a la inversa, nacen dotados de una consonante inicial que se va deteriorando paulatinamente hasta desaparecer.
Iniciadas por A: Arakaldo y Barakaldo, Arriola y Barriola, Eloki y Beloki, Añabeitia y Dañabeitia, Arraitz y Larraitz, Alzaga y Malzaga, Alóña y Zaloña.
Iniciadas por E: Eloki y Beloki, Errondo y Berrondo, Eizama y Beizama, Eibar y Leibar, Endoza y Mendoza` Ezkiaran y Mezkiaran, Egia y Legia.
Iniciadas por I: Ipuzkoa y Gipuzkoa, Isa y Gisa, Izarra y Lizarra, Izarza y Lizarza.
Iniciadas por O: Orkaitz y Dorkaitz, Oroztegi y Goroztegi, Otano y Kotano, Olano y Solano, Olaun y Solaun, Obiaga y Zubiaga.
Iniciadas por U: Urunda y Burunda, Usunaritz y Busunaritz, Urana y Durana, Urkiondo y Murgiondo, Urbizelai y Surbizelai, Umaran y Zumaran.
En estos ejemplos hemos podido ver cómo han servido de fonemas protectores las consonantes, B, D, G, K, L, M, N S y Z. El origen de este fenómeno, de esta simultaneidad de formas, no siempre como sinónimas, puede ofrecer sus dificultades. Por ejemplo, la voz Durana equivalente a Urana puede proceder históricamente de otra voz anterior Padurana. La oscilación de D inicial, pertenecería más bien a un proceso de pérdida de substancia fónica no terminado todavía. En otros casos como el del apellido Garzeiz (actual Garcés), vemos que históricamente se suceden Arzeiz, Harzeiz, Garzeiz, lo que denuncia al parecer, un proceso de aumento de substancia fónica inverso al anterior. En este mismo caso se encuentran los demostrativos ronkaleses éste, ése aquél, kau` kori, kura, cuya serie evolutiva es au, hau, gau, kau; ori, hori, gori, kori; ura, hura, gura, kura. Y se complican las cosas cuando estas palabras, ya reforzadas, entran en composición como en este ejemplo: ala "así", que en roncalés se dice kala. La forma compuesta bezala "como" se corresponde a la ronkalesa bikala, donde vemos al refuerzo pasar al interior de una palabra. Malla.-Como protectores del interior de las palabras, del cuerpo frontal, se usan procedimientos ligativos diversos. Hemos citado antes a eon y egon (estar) como caso típico. Cuál sea el origen de este fenómeno no hace al caso. Aquí interesa por ahora el resultado, el hecho de que la palabra cambia de contextura interna. En el habla común podemos observar fenómenos de esta clase en abundancia y motivados diversamente. De oera, "a la cama", sale oyera, donde ambas vocales aparecen ligadas por el fonema y. Vemos como se intercala una g en Elorriaga, Elgorriaga. Estos fonemas epentéticos son frecuentes: Eiza y Einza, Izaga e Inzaga, Zabarregi y Salbarregi. Y no sólo en nombres propios, sino en voces del habla común: unrrazi por urrazi, "avellano". Contera.-Son infrecuentes. Casi se reducen á s y z finales. Así, de Arziniega, sale Arziniegas; de Meaga, Meagas; de Andraka, Andrakas; de Erletxe, Erletxes; de Errazuri, Errazuris; de Lurde, Lurdes. La medida externa del cuerpo de la palabra pide adiciones o contracciones según resulte pequeña o grande o desproporcionada. La razón del cambio egon/e-on, parece estar en que la segunda mitad resulta desproporcionada: e-gón, e-ón por otra parte el larguísimo proceso del euskara (milenario) hace que ya sus vocablos hayan hallado el equilibrio debido y varien poco. La docena de palabras que conservamos del siglo XII, son casi idénticas a las actuales. Esto hace que la evolución en este sentido sea lentísima, pues en el trecho histórico en que ha habido tiempo para que el latín se convierta en castellano y francés, por ejemplo, el euskara apenas ha sufrido un apreciable cambio evolutivo. Son las palabras extrañas incorporadas, las que nos pondrían de manifiesto el sentido de la medida y del equilibrio interno de los vocablos en el euskara. Si tomamos muestras, por ejemplo, de nuestros verbos infinitivos, se hecha de ver una cierta simetría y reposo de la palabra: i-ku-si, e-to-rri, e-ka-rri, bu-ka-tu, si-nis-tu eu-ki, ar-tu, el-du, sal-du, neur-tu, bi-zi, oz-tu i-gan, i-zan, u-kan, e-gin, e-san, e-rran- i-go, e-gon juan, xin, nai, bear, il, oi. Dan la impresión de que no les sobra ni falta nada. Uno de los fenómenos que parece ser de orden léxico es el de la aspiración, pues quien lo ha estudiado detenidamente, nos viene a resumir sus reglas en éstas:- no existen dos aspiraciones en una palabra. - en palabra de más de dos sílabas, la oclusiva inicial de la última sílaba no es nunca aspirada. - en posición interna es normalmente aspirada: aphez, akher, bethe. - se producirían las aspiraciones delante de acento. - no se produciría después de s, z.