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Tolosa (1998 version)

Siglo XX: industrialización. El desarrollo histórico de Tolosa, en el primer tercio del siglo XX, se caracteriza por dos elementos fundamentales; el proceso industrializador y la presencia de las organizaciones obreras. Tras el final de la Segunda Guerra Carlista la industria moderna comienza a desarrollarse en la villa del Oria. Consecuencia inmediata de esto es la aparición de las primeras organizaciones obreras, pioneras en la historia obrera de Guipúzcoa. En 1891 , como consecuencia de la victoria en la huelga minera de Vizcaya de 1890 y en las elecciones municipales de ese mismo año, que suponen la elección de los primeros concejales socialistas en el País Vasco, se crea la primitiva agrupación socialista de Tolosa, el 31 de julio de 1891 , tras un mitin de Facundo Perezagua. La conflictividad laboral se hará presente en la antigua capital foral desde los primeros años del siglo. Desde 1901 existe una Sociedad de Oficios Varios, que será reemplazada en 1902 por la definitiva Agrupación Socialista de Tolosa. Consecuencia de la organización de los trabajadores serán las reivindicaciones laborales de éstos. De esta manera en 1902 se produce la primera huelga en la factoría "La Guipuzcoana". La paz social no se volverá a ver alterada hasta 1907. Ese año el conflicto se declara en "Mustad y Cía.", pero no tendrá mayores consecuencias. Habrá que esperar hasta 1912 para asistir a la primera conmoción de tipo social en Tolosa. En el verano de dicho año, los trabajadores de la sección de "couché" de la "Papelera Española" se declaran en huelga en demanda de la desaparición del trabajo a destajo y de la implantación de un sueldo fijo. La victoria de los trabajadores en el conflicto se traduce en una considerable mejora de las condiciones de vida de los mismos, a la vez que en un considerable avance de la afiliación a las organizaciones obreras, que da origen a la publicación de un diario -"Avante"- dirigido por Enrique de Francisco. El año 1916 marca un nuevo hito en la historia de Tolosa en el siglo XX. En dicha fecha, y en protesta por la carestía que provoca el bloqueo naval inglés como consecuencia de la I Guerra Mundial, se origina un nuevo conflicto. En esta ocasión las demandas, a las que se unen los sindicatos católicos, se concretan en la solicitud de aumento de salarios, pago semanal de los mismos y· descanso dominical. El largo conflicto, de noviembre de 1916 a enero de 1917, dio origen a la creación de una cocina popular en la plaza de toros de Tolosa. Una vez finalizado el conflicto, las mujeres de la villa pidieron su mantenimiento debido a su economía. Tras el final de la guerra europea, a principios de la década de los veinte, comienza a hacerse sentir el fantasma de la crisis económica. El paro y el endurecimiento de las posturas patronales van oscureciendo el panorama de la villa. A pesar de ello, en abril de 1920, se logra la firma del "Convenio Colectivo de Trabajo", acuerdo alcanzado por Nicolás de Urgoiti -en representación de la "Papelera Española"- y Enrique de Francisco por el Sindicato Papelero de Tolosa. Fruto de este convenio es el reconocimiento -por parte de la empresa- del sindicato como interlocutor válido, el compromiso de respetar los derechos cívicos y políticos, la revisión salarial cuando el coste de la vida aumente en un 10% y el acuerdo de pagar al sindicato 10 pesetas por cada tonelada de producto elaborado. Esta cantidad se destinaría a la construcción de edificios sociales, mutualidades, creación de cooperativas y escuelas. A partir de este año otro elemento entra en juego en Tolosa, la aparición del sindicalismo anarquista, representado por el Sindicato Unico. Este pronto hace presentes otros medios de lucha obrera. En enero de 1921 es incendiada la "Papelera Beotibar", en represalia por el despido de varios obreros y la negativa del resto de secundar una huelga. A los pocos días, el presidente del sindicato anarquista tratará de asesinar en el puente de Arramele a Enrique de Francisco, en un atentado que ocasionará la muerte de un joven. La Dictadura de Primo de Rivera, entre 1923 y 1930, supondrá un período de relativa paz política y social. La actividad de las organizaciones de tipo político y obreras se reduce sensiblemente hasta el final del período dictatorial.