Cantantes

Gayarre Garjón, Sebastián Julián

De Barcelona a Nápoles para despedirse, sin saberlo, del grandioso teatro de San Carlos. Era empresario el príncipe Pignatelli y fue Gayarre quien lo salvó de la ruina.

Al finalizar febrero llegó a Madrid. El 8 de marzo debía dar la primera representación con la eminente Medea Morelli. Había llamado a J. Enciso y al Dr. Achúcarro, que llegaron desde Bilbao, a oírlo cantar, el día 9. Lo encontraron en cama. Se le había reproducido aquel extraño dolor en el pecho, surgido en Londres, después del debut en la Grande Opera de París. El Sr. Achúcarro volvió a Bilbao sin oírlo cantar, recomendándole reposo en el balneario de Alhama de Aragón. A los cinco días se sentía bien y mandó telegrafiar al empresario del Real. La reaparición fue triunfal. A la tercera representación de La Africana dijo que no se encontraba bien, que temía no poder cantar la cuarta. Animado por su fiel criado Angel y por Enciso, levantado su ánimo, canta la cuarta vez. El público no advierte su temor y angustia y triunfa como siempre. Pasado este trance se dedica a estudiar su nueva ópera, Los Pescadores de Perlas.

MEL