Cantantes

Gayarre Garjón, Sebastián Julián

Estrenó en el Real Los Pescadores de Perlas, de Bizet. En el papel de Nadir alcanzó el más estruendoso de los éxitos. Pero en medio del triunfo, de aquella euforia, Gayarre presentía su próximo fin. Día 8 de diciembre de 1889. Carta patética de Gayarre. "Esto se acabó". La mañana de este día 8 de diciembre escribía a su entrañable amigo Julio Enciso: "Yo canto esta noche la última función por ahora, y pienso descansar un mes o dos para combatir esta afección laríngea que me impide cantar con el desahogo a que estoy acostumbrado, y creo que lo conseguiré". Cantaría Los Puritanos. Empezó muy bien y se le hizo repetir el dúo con el barítono entre aplausos atronadores. Al llegar la romanza, algunos notaron algo extraño al emitir la voz. Y al acabar una nota aguda de la romanza se quebró ésta en su laringe, haciéndole enmudecer. Lleno de angustia, se llevó las manos a la frente, diciendo con profunda tristeza: "No puedo cantar" y se retiró auxiliado por las personas que estaban en la escena. Con los cuidados y medicamentos adecuados se recuperó. Continuó la representación y en el último acto cantó la romanza y dio la nota con un esfuerzo supremo, pero no con la pureza y limpidez de siempre. Ovaciones frenéticas y numerosas salidas a escena. Aquel público devoto del divino Gayarre ignoraba que lo despedía definitivamente. Pero Gayarre intuía su próximo fin. Cuando cayó por última vez el telón, exclamó con dolorido acento, arrancado de lo más profundo de su alma: "¡Esto se acabó!". Su fiel criado Ángel sabía el real estado de Julián. Observaba la profunda alteración de su espiritu, su tristeza, sus desfallecimientos. Enfermó de gripe. Sólo se libraron sus familiares de Roncal, Evarista y Gregorio. El 31 de diciembre Enciso recibía la alarma de Pepe Elorrio. "Julián grave". Desde Roma, Mariano Benlliure inquiría diariamente por su salud. Las noticias se sucedían: "Julián acabándose por momentos". "Se agotan todos los recursos". "Imposible salvación". Finalmente, en la mañana del 2 de enero Enciso recibió el telegrama: "Nuestro querido Julián ha fallecido a las cuatro y veinticinco minutos de esta madrugada, rodeado de la familia y amigos, y agotados los recursos de la ciencia". Julio Enciso, en "Memorias de Julián Gayarre", la obra clásica sobre el tenor roncalés, publica una sentida y larga carta de Pepe Elorrio con emocionantes detalles. Allí estaban su cuñada Gabriela, sus sobrinos Fermina y Valentín, su primo Gregorio y Evarista. En su agonía, en medio de aquel silencio interrumpido sólo por los sollozos, hablaba: "Ahora dirán que no se morir... ¡Esto no es el teatro!". Después quedóse muy postrado, oyéndose sólo el estertor de su agonía. El último momento estaba próximo: "¡Fernando!... ¡Fernando!" -dijo evocando a su personaje de La Favorita. Y expiró. "Unos momentos antes habíamos retirado a las pobres mujeres, locas de dolor. Yo le cerré los ojos. Gregorio le cerró la boca. Todos llorábamos arrodillados, mientras Echavarria, a la cabecera, rezaba las últimas oraciones".

MEL