Kontzeptua

Comercio (1978ko bertsioa)

La rivalidad entre Burgos y Bilbao. Bilbao comienza siendo simplemente el puerto que utilizan los mercaderes de Burgos, la gran monopolista de las lanas castellanas, para embarcar sus mercancías. Los hombres de negocios bilbaínos tienen más carácter de navieros, de transportistas, que de comerciantes. Pero pronto sus intereses comienzan a ser antagónicos con los de los burgaleses. A la mitad del siglo la pugna es abierta: los vascos en general, y los bilbaínos en particular, no quieren convivir con los castellanos en Brujas; en esta ciudad, principal puerto importador de lana castellana y hierro vizcaíno, tenían los vascos establecida una lonja de contratación desde el s. XIII. En el siglo siguiente, los marinos y mercaderes de la corona castellana comenzaron a organizarse en Brujas como «nación», en el sentido medieval del término (v. CONSULADO). En 1348 recibieron un estatuto y privilegios que los equiparaban a la Hansa. La disparidad de intereses entre comerciantes burgaleses y vascos cristalizó en una sentencia del duque Felipe el Bueno, de 1451, consagrando la formación de dos guildas separadas: la de los burgaleses, llamada «de España», y la de los vizcaínos, en la que estaban integrados también los naturales de Guipúzcoa, como lo muestra el que se citen entre los cónsules y armadores de la época los guipuzcoanos Ochoa y Sasiola, de Deva; Arteaga, Aguirre, Zumárraga, etc. Enrique IV de Castilla, en cédula de 20 de agosto de 1455, ratificó la separación de las dos comunidades. La rivalidad Castilla-puertos vascos tuvo sus consecuencias también en la Península: en 1453 Burgos asegura a Santander derechos preferentes para la exportación de la lana, en una etapa más de un tira y afloja que no cesará mientras dure el comercio lanero. En 1494 queda formado el Consulado de Burgos por un privilegio real en el que se le concede el monopolio del comercio exterior cantábrico. Al año siguiente Vizcaya pide al rey que sus fletes, así como los guipuzcoanos, se vean libres de la intervención del Prior y los Cónsules de Burgos. En 1499 se llega a un acuerdo, por el que Burgos consigue la exclusiva de fletes de lana a Flandes, Inglaterra, Nantes y la Rochela, y Bilbao la de la exportación de hierro y un tercio del fletaje lanero de Burgos. A poco nació el Consulado de Bilbao (año 1511), según el patrón Burgalés y tras vencer fuertes resistencias de la ciudad castellana.