Kontzeptua

Comercio (1978ko bertsioa)

El comercio en la costa laburdina. El sector terciario ocupa un lugar preponderante en esta parte de nuestra costa (56 % de la población activa, es decir, más de 35.000 personas) y es, relativamente, más importante que el del resto del estado francés. Su tasa de crecimiento entre 1962 y 1968 ha sido paralela (alrededor del 15% ) a lo que fue la de la totalidad de Francia. Por lo que concierne a los servicios públicos, hay que tener en cuenta que, si los efectivos resultan comparables en valor relativo a los de toda Francia, esto se debe al número relativamente más importante de empleados de colectividades locales --cuyos gastos de funcionamiento son asegurados por los presupuestos e impuesto locales-: los empleados públicos dependientes del presupuesto nacional son aquí relativamente pocos, estando la mayoría de ellos comprendidos en el cuerpo de la prefectura. En lo tocante a las empresas privadas, es difícil, con los datos que obran en nuestro poder, establecer una línea divisoria entre el artesanado, la pequeña industria, la actividad industrial de ciertos comerciantes, el comercio de distribución y los servicios: es cierto, por ejemplo, que el taller de reparación de un gran garaje, clasificado en la categoría de «otros servicios», difícilmente puede ser comparado a un salón de belleza que lo esté en la misma rama, y podría ser asimilado, por el contrario, a la industria mecánica... Un estudio profundizado debe de ser, pues, emprendido a este respecto. Por ello nos limitamos a demostrar que, contrariamente a lo que se suele creer, el comercio y los servicios tienen importancia dentro de la vida económica y a constatar que, según el origen de la clientela, las empresas del sector terciario pueden, a veces, desempeñar un papel comparable al de la industria. Ahora bien, si su actividad consiste en distribuir bienes y servicios a una clientela local, es evidente que tanto comercio como servicios aportan a esta región un enriquecimiento que no pasa de ser modesto aunque no despreciable. Pero si las empresas venden a una clientela que reside fuera de la costa laburdina, su margen bruto es alimentado por fondos exteriores a la región, lo cual contribuye al enriquecimiento: hay una oferta de empleo mayor para los oriundos, los bancos locales aseguran su movimiento financiero, las colectividades locales perciben impuestos, las empresas locales construyen, etc. En cierto número importante de ramas existen comercios mayoristas y minoristas cuyo poder de atracción traspasa con creces la frontera franco-española. En lo que concierne a los mayoristas, si bien es cierto que la situación un tanto excéntrica del País Vasco Norte se presta mal a la difusión de los productos franceses debido a la incidencia de los transportes, ésta debería de favorecer, por el contrario, a todo comercio de importación-exportación con la península ibérica; en este campo parece presentarse cierto porvenir. Dentro de la misma tesitura hay que tener en cuenta que el puerto de Bayona permite el desarrollo de un sector terciario productivo: transactores, fletadores, corredores, aseguradores, etc. Ocurre otro tanto con ciertos servicios de calidad debidos, sobre todo, a las profesiones liberales -médicos, veterinarios, abogados- que contribuyen a atraer capitales exteriores en provecho de la economía local. La clientela exterior puede, por otra parte, ser importante si los precios, la calidad de las mercancías, su presentación o incluso su tipo de distribución -grandes almacenes o supermercados, por ejemplo- atraen a consumidores cada vez en mayor cuantía. Una reciente encuesta de mercado muestra que el poder de atracción de las tiendas de Bayona se ejerce por un 20-40 % de compras hasta Hossegor y 1-20 % hasta Dax y Soustons. Por otra parte ya se sabe que las localidades costeras de Laburdi son el polo de atracción natural del interior del país hasta Saint-Palais (Baja Navarra). Esta atracción al N. y E. aprovecha principalmente a Bayona, sobre todo en el Ramo del vestido, el mueble, joyería y automóvil. La zona S. de la costa, comprendido Biarritz, se beneficia ya de la proximidad del País Vasco peninsular. La influencia de esta clientela merece ser destacada. Es difícil evaluar su importancia, ya que tanto los regímenes administrativos de desgravación como los de tasa de impuestos, han cambiado tan a menudo que apenas sirven a estos efectos. En 1971 la Cámara de Comercio de Bayona realizó un sondeo entre numerosos comerciantes de la costa, que dio por resultado la importancia de la clientela del lado izquierdo del Bidasoa, que aseguraba un porcentaje nada despreciable de la cifra de negocios de ciertos comercios, particularmente en el sector de la indumentaria de lujo, mientras resulta insignificante en otros sectores. Los grandes almacenes, en general las grandes superficies, poco desarrolladas aún en el S. del país, ejercen una atracción cierta sobre esta clientela. Podría formularse la objeción de que lo que venden los comerciantes de la costa laburdina a los consumidores del exterior, predominantemente del otro lado de la frontera, es compensado por lo que se procuran los consumidores locales fuera de su región y en San Sebastián: no puede negarse, en efecto, que existe una compensación e incluso probablemente un equilibrio en estos intercambios; pero, como nadie puede impedir a las gentes de la costa laburdina el que hagan su aprovisionamiento fuera, la vida económica local se vacía desequilibrada y perturbada si los comerciantes laburdinos no atrajeran clientela exterior. Por ello puede decirse que el sector terciario desempeña un papel activo en la vida económica: contribuye a retener capitales que siempre tienen la posibilidad de ser gastados fuera y puede atraer a la región a los ajenos. Desde este punto de vista, algunas empresas comerciales de la región, debido a su amplio radio de acción, podrían ser asimiladas casi a verdaderas industrias. Así pues, mientras existan las fronteras, los intercambios entre uno y otro lado, no sólo son inevitables sino que resultan altamente beneficiosos para el comercio de la zona. Hay que reconocer que este comercio tiene que adaptarse a las circunstancias actuales, que son cambiantes -la predilección de la clientela peninsular se centra en productos que varían sin cesar, hay que enfrentarse con problemas de coyuntura político-temporal (tasa de cambio), etc.- pero, en general, por el momento resulta beneficioso. Lo cual no obsta para que, en el espíritu de muchos, la actividad más importante y productiva del sector terciario sea el turismo. La venta de bienes y de servicios a una clientela turística extranjera a la región puede ser, efectivamente, asimilada a una actividad industrial temporera. Ref. Chambre de Commerce et d'Industrie de Bayonne: Rapport sur la situation économique daos la région de Bayonne, Fasc. n.° 2. La zona côtiére. Bayonne, 1971, pp. 46-47.