Concept

Industrialización (1985 version)

La metalurgia guipuzcoana. La rama industrial de mayor arraigo en Guipúzcoa -la producción férrica en su forma tradicional- tardó en desaparecer, y antes de la liquidación definitiva de las ferrerías se dieron intentos de modernizar este sector como consecuencia de las iniciativas vizcaínas, como la construcción del horno de Ibaeta en 1855 al carbón vegetal y de "Fundición y Hierro Batido" de Beasain en 1861 con técnicas modernas, la "Fábrica de Hierro" de Vera-Ibaeta en 1877 y "San Pedro" de Elgóibar con dos hornos altos. Guipúzcoa no podía asemejarse a Vizcaya, puesto que carecía de materias primas; sin embargo, la fuerza de la tradición, la existencia de una potente siderurgia controlada fundamentalmente por Vizcaya y la acción estimulante de la demanda de otras actividades fabriles de la provincia, influyeron en el desarrollo de la industria de los productos de hierro, sobre todo en el último cuarto de siglo a partir de la aplicación de la electricidad como energía, que permite la renovación en el proceso de fabricación. Las realizaciones en el sector metalúrgico de transformación fueron importantes: en 1864 se remoza la antigua Fábrica de Armas de Placencia, punto de partida del sector armero en el valle del Deba. A fin de siglo Eibar, una vez electrificada su industria, se coloca a la cabeza del sector armero irradiando su influencia a Guernica, Durango, Amorebieta y Marquina. Otra empresa importante fue la "Maquinista Guipuzcoana" de Beasain fundada en 1894 como sucesora de la siderurgia "Fundiciones y Afinación de Hierro Batido". En 1905 tres pequeñas empresas de cerrajería emplazadas en Mondragón-Arechavaleta se asocian para constituir la "Unión Cerrajera". A partir de 1890 ya ha arraigado la producción armera (Eibar, Placencia), de maquinaria, ferretería, herramientas, cerrajería, tornillería y viven un periodo de prosperidad, superando incluso al papel y al textil y compitiendo con la industria alemana y sueca. A principios del siglo XX, Guipúzcoa contaba con 27 fundiciones, 130 armerías, 37 talleres de construcción de maquinaria y 26 ferreterías. Además de las fábricas de papel y textil contaba con 9 fábricas de cemento y 6 químicas de fabricación de perfumes, almidón y tintes.