Concept

Industrialización (1985 version)

País Vasco continental. Al otro lado del Bidasoa la industrialización ha venido produciéndose en un proceso discontinuo en el tiempo, poco generalizable ya que afecta únicamente a la zona litoral y de débiles resultados en su conjunto. Carente de los elementos básicos para generar actividades fabriles y, sobre todo, a falta de una iniciativa local, el País Vasco continental ha vivido al margen del desarrollo industrial, y la emigración de mano de obra, con el consiguiente deterioro demográfico por envejecimiento de la población, ha sido la nota característica del pasado más reciente. A estas alturas de la década el sector secundario alcanza al 30 % de la población activa con la particularidad de que un tercio de los mismos comprende el subsector de la construcción. En el interior, sólo dos centros fabriles de tradición artesanal han logrado subsistir como tales: Mauleón y Hasparren. En ambos casos se trata de una industria del calzado que en la actualidad presenta un futuro incierto por la competencia de productos extranjeros. Esta penuria industrial se atenúa parcialmente con el mantenimiento de pequeñas fábricas de materiales de construcción o por la aparición de alguna empresa del subsector de la alimentación como la "Boncolac", de derivados lácteos, radicada en Bonloc, cerca de Hasparren. Pero en general, la ganadería, que constituye una de las principales actividades económicas de la zona, no ha sido capaz de generar industria y hasta bien recientemente la producción lechera salía del País para abastecer las fábricas de Roquefort. En contraste, el Laburdi litoral ofrece un panorama más positivo, como resultado de una industrialización reciente. Del siglo XIX databa la gran empresa de Forjas del Adour, cuyo cierre en 1964 se inscribe dentro del plan de reconversión que en cierta medida ha tratado de iniciar un despegue industrial. Al finalizar la I Guerra Mundial y por razones de tipo estratégico (en un intento de alejar al máximo determinadas líneas de producción de la frontera nororiental) se había creado un importante centro de construcciones aeronáuticas -Marcel Dassault-Bréguet- en Anglet, y cuatro años antes la empresa "Fundiciones y Talleres Mousserolles", en Bayona. De entonces procede también la empresa "Manufactura de armas de los Pirineos Atlánticos", dedicada a la fabricación de armas de fuego. Sin embargo el conjunto no logró configurar una comarca industrial de las características de las ya desarrolladas al otro lado de la frontera. En torno a San Juan de Luz y Ciboure se crearon una serie de firmas dedicadas a conservas de pescado, mas su crecimiento ha estado limitado por la insuficiencia del puerto que no permite acoger barcos de gran tonelaje y una buena parte del pescado manipulado debe ser suministrado desde el Mediterráneo por rutas interiores o desde el puerto de Bayona. Este es también la vía de llegada de las materias primas para una serie de empresas surgidas en las tres últimas décadas, en torno a la desembocadura del Adour, en la aglomeración bayonesa. Las principales se inscriben en el subsector químico: Socadour (Sociedad química del Adour), Satec (Sociedad atlántica de abonos químicos) y Fertiladour, o metalúrgico como Turbomeca dedicada a la construcción de motores aeronáuticos. En general se trata de industrias altamente tecnificadas y, a pesar del volumen de facturación, no representan elevadas cifras de empleo. (Turbomeca, con ser la segunda empresa de la zona apenas sobrepasa los 1.500 puestos de trabajo). La electrónica se halla representada por la "Sociedad Anónima de Telecomunicación" y "Laboratorios Télérad" y junto a éstas subsisten una serie de talleres y pequeñas manufacturas de piezas de loza, calzado, materiales sintéticos, etc. La diversificación viene determinada por la propia infraestructura y, a falta de materias primas concretas o de tradición en un sector determinado, el puerto y una mano de obra poco especializada se convierten en los principales factores de polarización industrial. El más reciente esfuerzo industrializador, impulsado de manera preferente por organismos como la Cámara de Comercio e industria de Bayona, ha cuajado en la creación de varios polígonos industriales en torno a Hendaya y Behobia, que albergan a pequeñas empresas de actividades como alimentación o metalurgia de transformación. En conjunto, y a pesar de la vitalidad del área litoral, el País Vasco continental no ha logrado superar la debilidad industrial y se presenta como una zona marginada del desarrollo general del Estado francés.

Iosune URZAINQUI MIQUELEIZ