Concept

Industrialización (1985 version)

La próspera postguerra. Al acabar la guerra se produjo una pequeña crisis debida a la recuperación de las partes beligerantes. Posteriormente y hasta 1929 la prosperidad continuó en el País Vasco, coincidente con la ola de crecimiento internacional, y con la política del Estado que en esta época dio directrices proteccionistas, inició tímidamente el nacionalismo técnico e impulsó las obras públicas, modernizando carreteras y ferrocarriles, y favoreció especialmente la ampliación y desarrollo de la siderurgia. En Vizcaya, hay que destacar la creación en 1918 de la "Sociedad Española de Construcción Babcok y Wilcox, C. A.", con participacíón de la Babcok inglesa, que en su etapa inicial se dedicó a la fabricación de calderas, tubos y material ferroviario, y en 1929 de la "General Eléctrica Española" que inaugura la fabricación de material eléctrico, y que con el tiempo será la primera del ramo. Durante la segunda década del siglo y conforme se desarrolla la siderurgia asturiana, la vizcaína sufrirá un pequeño ralentí. Sin embargo el año 1929 será el cénit de la industria pesada de preguerra en la ría, siendo la primera zona productora de acero, railes, cables, hojalata, planchas de construcción naval, grúas, vagones, piezas de maquinaria, etc. La metalurgia de transformación que proliferó en la ría y en el Duranguesado no poseyó la vibración de la guipuzcoana. En esta provincia, el boom fue general, originando una diversificación manufacturera sectorial y geográfica. Los papeleros llegan a constituirse en armadores de buques para importar pasta escandinava y los textiles salieron momentáneamente de su postración. El proceso expansivo fue más intenso y surgieron una serie de realizaciones metalúrgicas y líderes industriales de gran empuje. En el valle del Urola, la iniciativa recayó en Legazpia con la figura de Patricio Echeverría que en la primera década había iniciado ya la fabricación de utillaje agrícola asociado a un extranjero y varios vizcaínos. En 1924, Sarralde creó la primera fundición al horno eléctrico en Zumárraga y en 1930 los Orbegozo establecen en esta villa una fábrica metalúrgica con 60 obreros. También en estos años y a través de unos astilleros en Pasajes surge la figura de Luzuriaga cuya empresa tendrá posteriormente un desarrollo espectacular. En Irún el alemán Vollmer, funda en la tercera década una fábrica de hojas de afeitar y cubertería inoxidable que iniciará el despegue industrial de la villa. Entre Irún y San Sebastián irán surgiendo otras actividades no metalúrgicas, abonos en Lezo, "Pysbe" y "Meipi" y astilleros Luzuriaga en Pasajes, "Esmalterías Guipuzcoanas" y talleres de material eléctrico en Renteria, establecimiento de Michelín en Lasarte y fundiciones Luzuriaga en Hernani, que va configurando una comarca de alta densidad y diversificación industrial. En 1930, Rentería es el único núcleo industrial plenamente consolidado con especialidades diversas: Papelera Española con 380 obreros, tres fábricas textiles con 395 obreros, dos de alimentación con 216 obreros, Real Cía. asturiana de Minas con 221, Electrotécnica con 159 empleados, Esmaltería con 242... en total casi 2.000 obreros, con lo que se erige en uno de los primeros núcleos industriales de la provincia. En estas mismas fechas, la metalurgia guipuzcoana está sólidamente establecida. Existen pocas fábricas de relativo peso como la CAF de Beasain y la "Unión Cerrajera" de Mondragón y Vergara que fabrica ferretería, estufas, camas, planchas y material agrícola. Entre ambas cuentan con 2.000 empleados y existen además numerosos talleres independientes o auxiliares de los anteriores. Las industrias de mayor volumen se distribuyen por el Deva -Eibar, Mondragón, Vergara-, Urola -Zumárraga, Legazpia-, Oria -Beasain, Tolosa-, y comarca urbana de San Sebastián. El textil sufría entonces la fatiga y estancamiento general de toda la rama en España.