Concept

Industrialización (1985 version)

IV etapa, 1973-82. La crisis que se desató con el alza en los precios del petróleo, puso de manifiesto la existencia de profundas deficiencias estructurales en la economía española. Esta se había quedado al margen de las importantes modificaciones que a nivel mundial se estaban produciendo en la estructura industrial, tanto en los cambios de la demanda como en las expectativas de producción de determinados sectores como consecuencia del aumento del precio de la energía, de algunas materias primas y de la competencia ejercida por los países de reciente industrialización. En otros países, se había iniciado ya una política de trasvase de recursos humanos y de capital de sectores en crisis y sin expectativas hacia aquellos campos con unos niveles de tecnología y productividad tales que pudieran ser competitivos a escala mundial. La economía española ha venido sufriendo desde 1973 las consecuencias de esta crisis en forma de déficit comercial y público, inflación y paro. Desde la subida al poder del PSOE, se están llevando a cabo medidas de reconversión interna de algunos sectores y de promoción en el sentido de asignar recursos a los más dinámicos. El País Vasco, dada su naturaleza y estructura industrial, ha padecido desde el año 1973 una fuerte crisis cuyos síntomas son los expedientes de crisis, cierre de numerosas empresas, inflación y paro. Desde 1982 los siguientes sectores se encuentran sujetos a medidas de reconversión: siderurgia integral, aceros comunes y especiales, semitransformados de cobre, construcción naval, electrodomésticos en línea blanca y componentes eléctricos. El proceso de desarrollo industrial del País Vasco peninsular desde 1941 hasta nuestros días ha dibujado un paisaje industrial diferente en ambas vertientes de la divisoria de aguas. Al sur de ésta en las provincias de Alava y Navarra, dadas las características naturales de estos territorios y la forma en que se llevó a cabo el paso a la etapa actual, se han configurado unas zonas industriales puntuales localizadas en polígonos en torno a las capitales, fenómeno que originará macrocefalias provinciales, y a cabeceras comarcales, que coexisten con las zonas rurales sin apenas interferencias entre ambas. Alava sufrió la "succión" y concentración urbana industrial en torno a Vitoria -especializada en el sector metalúrgico- y son pocos y dispersos los centros que pueden calificarse de urbanos en el resto de la provincia: valles cantábricos -Llodio y Amurrio-, en los ejes de las carreteras que unen Bilbao con Vitoria y ésta con el valle del Deva, donde se crearon focos de desarrollo de actividades relacionadas con las empresas siderúrgicas del norte. En Navarra, la concentración urbano-industrial está repartida entre la capital (metalurgia, química y alimentaria), valles cantábricos (siderurgia) en torno a Vera y Lesaca, villas contiguas a Guipúzcoa, la Barranca -paso natural entre Navarra y los valles interiores guipuzcoanos-, ciudades de tipo medio y cabeceras comarcales sedes de los polígonos en los que se asientan nuevas factorías o se diversifican las ya existentes como Sangüesa, Leiza, Tudela, Estella o Tafalla, y zona meridional donde se localiza la industria conservera y vinícola. En las provincias costeras, la utilización exhaustiva de ciertas zonas para la implantación industrial ha originado una congestión cuyo resultado paisajístico es la existencia de un continuum urbano industrial muy denso en algunas zonas del País como la comarca del Gran Bilbao y de San Sebastián, ejemplos de aglomeraciones urbanas con una utilización intensiva y excesiva del suelo y en ciertas partes de los valles guipuzcoanos y vizcaínos del Deva, Urola, Oria, Arratia-Nervión y Duranguesado, ejemplos de conurbaciones en forma de corredores industriales en el fondo de los valles.