Concept

Industrialización (1985 version)

El esplendor de la ría bilbaína. El hecho más importante con que culmina la etapa siderúrgica creadora fue la aparición de la "Sociedad Altos Hornos de Vizcaya" en 1902, que constituyó el primer ejemplo español de integración horizontal y vertical en la siderurgia. Absorbió una empresa de Begoña, las sociedades de Baracaldo, la fábrica de hojalata de Sestao y la acería de Basauri, a la vez que pasó a ser propietaria de cuatro minas de hierro y de un pozo de hulla asturiano. A esta última etapa del siglo XIX corresponde la aparición de una serie de empresas que van configurando a la ría como el primer centro siderometalúrgico del País, al generar la producción de hierro una metalurgia de transformación: "Alambres del Cadagua", "Talleres de Deusto", "Tubos y Forjados", "La Maquinista Bilbaína" de motores electricos, "Aurrerá", "Fábrica de clavos de Echeverría"... todas ellas de producciones pesadas derivadas del hierro y el acero. En este proceso de industrialización vizcaíno conviene destacar el papel jugado por las instituciones financieras. La creación de la Banca Vasca supuso el sostén de la industria naciente, ya que dado el tamaño de las plantas las inversiones eran muy elevadas y los hombres de empresa no podían llevarlas a cabo sin la ayuda de organizaciones crediticias. Desde el principio del proceso se dieron en Vizcaya formas de integración y cooperación entre hombres de empresa y entre éstos y la banca, fenómeno característico de la moderna siderurgia provincial. En 1867 nace de la mano de un grupo de comerciantes bilbaínos el Banco de Bilbao que inmediatamente ejercerá una función crediticia respecto a los primeros conatos fabriles avanzados. Desde 1880 inicia una política de cooperación y participación en las grandes empresas que se van construyendo: "Altos Hornos", "Papelera", "Iberduero", etc. En 1891 comienza su andadura la Bolsa de Bilbao y en 1901 nace, patrocinada por una serie de empresarios, el Banco de Vizcaya, que rápidamente absorbe a otras compañías financieras preexistentes y comienza su cooperación con plantas industriales. De esta forma se sientan las bases de una cada vez mayor participación de la Banca en la industria pesada. En la financiación de la industrialización vasca no hay que olvidar la aportación del capital repatriado con la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas en 1898 que se invierte en industria, banca, seguros, papel e hidroeléctricas fundamentalmente. La construcción naval, al igual que la siderurgia, pasó durante todo el XIX por una serie de altibajos coincidentes con el hundimiento de los métodos tradicionales y con el lento proceso de creación de una siderurgia moderna que permitiera su readaptación a las nuevas exigencias de la navegación. Hasta mediados del XIX se trabajaba todavía a la vieja usanza en los astilleros situados a lo largo de la ría. La introducción de la navegación a vapor y de los cascos de hierro planteó la reconversión que duró hasta finales de la centuria, es decir, cuando ya la siderurgia había despegado. A la inversa, las propias exigencias de la marina mercante, con un comercio cada vez más voluminoso, estimularon la producción siderúrgica. Y a finales del siglo XIX y principios del XX se crean en Vizcaya nuevos astilleros amparados por el Estado y por la recién nacida siderurgia. En 1888 se crean en Sestao los "Astilleros del Nervión" y en 1900 se funda la "Sociedad Euskalduna" de construcción y reparación de buques y posteriormente, en 1916, la "Sociedad Española de Construcción Naval" instala sus astilleros en Sestao. La ría bilbaína aglutina la mayor concentración productora nacional en este sector. Al comenzar el siglo el 39 % de la flota peninsular tendrá origen bilbaíno, elevándose al 46 % en 1910. La fundación de Navieras, "Aznar", "La Bilbaína", "Cía. Naviera Vascongada" y "Cía. Ibarra", afirma todavía más este predominio de la ría, lógico en función de sus posibilidades naturales e industriales. Otro sector que se desarrolla al amparo de la siderurgia pesada es el de la construcción de material ferroviario, raíles, locomotoras, también en la Ría, dado que paralelamente se iba creando la infraestructura ferroviaria necesaria para sustentar la industria y el comercio que crecían progresivamente. Sin embargo, los todavía altos costes siderúrgicos desvían en cierto modo la demanda hacia las importaciones. En estos años nace la fabricación de explosivos con carácter moderno, impulsando la fabricación de ácido sulfúrico. En 1896 cristaliza la "Unión Española de Explosivos", entre las que figuran la "Vasco-Asturiana" de Arrigorriaga y "Dinamita, S. A." de Galdácano; esta última crea en Luchana una planta para la fabricación de superfosfatos. A pesar de que fueron la siderurgia, la metalurgia y la construcción naval los principales sectores de producción en los primeros tiempos de la revolución industrial vizcaína, otras ramas fabriles comenzaron su andadura en esta época diversificando y enriqueciendo el panorama productivo, entre ellos las papeleras, cuyo foco principal se localizó en Guipúzcoa. Se construyeron en esta primera etapa, es decir, hasta los primeros años del siglo XX, las plantas de Cadagua y Arrigorriaga en la ría, con una dependencia hacia las pastas escandinavas en un primer momento, superada conforme aumentan las plantaciones de Pinus Insignis en la provincia. Durante los primeros años del siglo XX decrece la exportación de hierro en el comercio exterior, pero la ría bilbaína acaba de configurarse como el primer centro peninsular de la industria pesada: la mitad del acero y hierro producido sale de sus instalaciones. Se consolidan definitivamente los astilleros, talleres mecánicos y de forja, y las fábricas de material ferroviario.