Kontzeptua

Ferrocarriles (1982ko bertsioa)

Las Grandes Líneas: Miranda-Irún. En la pugna entablada por las diversas provincias para conseguir el ferrocarril salieron triunfantes Alava y Guipúzcoa: la Ley de Ferrocarriles de 1855 establecía el trazado Madrid-Irún por Miranda y Vitoria. Ese mismo año los hermanos Pereire, financieros franceses de origen judeoportugués, consiguen, junto con varios capitalistas españoles, la concesión de los tres tramos de la línea: Madrid-Valladolid, Valladolid-Burgos y Burgos-Irún. La "Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España" se constituyó el 29 de diciembre de 1858 con un capital de 370.000 reales. La construcción de la línea había comenzado tres años antes, amparada en la sociedad "Crédito Moviliario Español", columna central de un holding creado por los Pereire, y avanzaba rápidamente, única forma segura de que la voluble política no hiciera desviar los trazados de nuevo. Tanto la Diputación alavesa como la guipuzcoana, conscientes de ello, no vacilaron en conceder estímulos económicos para acelerar el ritmo de construcción. Los trabajos en Guipúzcoa comenzaron el 22 de junio de 1858. En abril de 1861 se inauguró el tramo Miranda-Olazagutia. Beasáin-San Sebastián se abrió el 1 de setiembre de 1863 y San Sebastián-Irún el 22 de octubre del mismo año. Olazagutia-Beasáin, en agosto de 1864. La inauguración general de la línea se celebró el 15 de agosto de 1864, con la asistencia personal del rey consorte D. Francisco de Asís. El ferrocarril penetra en Alava dos kms. más adelante de Miranda de Ebro; pasa por encima de la línea de Bilbao a Miranda y sigue paralelo al río Zadorra, por su margen derecha, cruzándolo para penetrar en el Condado de Treviño. Vuelve a territorio alavés por un nuevo puente sobre el Zadorra. A los 32 kms. de penetrar en la provincia, llega a Vitoria. Cruza en dirección Este la llanada alavesa, atravesando un túnel de 520 m. de longitud para llegar a Salvatierra. Sigue el llano entre la Sierra de San Adrián y Urbasa, penetrando en Navarra tras 63 kms. de recorrido por tierras alavesas. En su corto recorrido navarro, 14 kms., atraviesa Ciordia, Olazagutia y Alsasua, donde cambia su dirección hacia el Noroeste, ascendiendo hasta Otzaurte, que atraviesa, a poco de penetrar en Guipúzcoa, por un túnel de 1.158 m. de longitud. Baja por la ladera del Aitzgorri, cruzando numerosos túneles, el mayor de los cuales es el de Oazurza, de 3 kms. en línea recta. Por el Valle del Urola llega a la estación de Zumárraga; la línea cambia de dirección bruscamente, penetra en el Valle del Oria y continúa bajando por abundantes túneles y puentes, entre los que destaca el viaducto de Ormáiztegui, de 34 m. de altura, proyectado por el gabinete de Eiffel. A partir de Beasáin el perfil de la línea se aproxima más a la horizontal, dirigiéndose por el Valle del Oria hasta Tolosa y Andoain. Por el túnel de Azkonabieta, de 1 km. de longitud, pasa al Valle del Urumea y llega a San Sebastián. Abandonando la capital bordea el puerto de Pasajes, Rentería y, después de atravesar el túnel de Gaintxurizketa (489 m.) llega a Irún y pasa a Hendaya por un puente internacional sobre el Bidasoa. La distancia entre carriles, como en toda la red española, es de 1,67 m., en tanto el ancho internacional, con el que empalma en Irún-Hendaya, es de 1,45 m. Ello ha originado durante más de un siglo la necesidad ineludible de un transbordo en la frontera. La explotación de la línea estuvo llena, en los primeros años, de dificultades financieras: su construcción había costado más del doble de lo presupuestado. En 1868 hubo un convenio con acreedores y obligacionistas. Durante la guerra carlista la circulación de trenes quedó interrumpida entre Miranda y la frontera, y parte del material fijo y móvil destruido. Al terminarse la guerra la Compañía consiguió algunas indemnizaciones del Gobierno. En 1876 comenzó a sustituirse en toda la línea el carril de hierro por el de acero. Al comienzo el raíl era importado; a partir de 1883 comienza a utilizarse el fabricado en Bilbao. En la última década del siglo XIX la Compañía comienza a ser rentable. Para entonces poseía una extensa red de ferrocarriles por todo el Norte de la península. En el País Vasco se anexionó las líneas Tudela-Bilbao y Zaragoza-Pamplona en 1878.