Concept

Romanización (version de 1996)

Delimitación espacial del campo II. Vasconia o Euskal Herria histórica. Dentro de esa primitiva gran unidad de aspecto euskaroide, sólidamente asentada a un lado y otro de la cadena pirenaica y de sus prolongaciones en los montes vascos y posiblemente cántabros, habría resultado, por efecto de un multisecular proceso de diferenciación (¿y reducción?), lo que podemos llamar Vasconia o E. H. histórica, constituida básicamente por los cuatro territorios forales de la Península -Alava, Guipúzcoa, Navarra y Vizcaya- y los tres de allende el Pirineo -Baja Navarra, Laburdi y Soule-, más alguna reliquia englobada en administraciones provinciales o departamentales periféricas. Ahora bien, una Vasconia configurada y delimitada de tal guisa aflora muy tardíamente en la documentación y, desde luego, resulta de todo punto irreducible, incluso de forma mínimamente precisa, en la antigua y altomedieval, tanto porque viene a menudo subsumida total o parcialmente en etnónimos y topónimos de contenido harto general -Aquitani, Aquitania, Novempopulani, Novempopulania, Wasconia, etc. , como porque nombres de perfil más preciso-cuales los de Vascones, Autrigones, Tarbelli, Navarri, Alabenses, Pompelonenses, etc.- han podido recubrir a veces espacios geográficos que se salen del actual P. V. Y es en razón de estas consideraciones que nuestro campo de estudio se extiende aquí en términos generales -y un tanto vagos, si se quiere- a lo que llamamos área circumpirenaica occidental. Ahora bien, entendemos por tal tanto la Aquitania etnográfica de César como -al otro lado del eje pirenaico- los territorios de asentamiento de las unidades étnicas que, teniendo aproximadamente como límite S. el valle del Ebro, se suceden desde los Iaccetani y Vascones, por el E. , hasta los Autrigones inclusive, al O. Hemos dejado, empero, al margen a los Cántabros en sentido estricto, ya que las razones que fundamentarían su adscripción al mundo euskaroide -cuando menos en vísperas de la etapa colonial-parecen hoy por hoy menos convincentes. En realidad, nuestro interés se ciñe primordialmente a lo que concierne la obra colonizadora de Roma en lo que con nombres harto equívocos será conocido más tarde como E. H. o Vasconia, razón por la que siempre que ello resulta posible, los textos y los datos se espigan preferentemente entre los que hacen relación más o menos directa al mismo. Sólo que, al hacerlo, no cabía en absoluto ignorar que el E. H. de tiempos medievales y modernos es en buena medida el precipitado de procesos de diferenciación y fragmentación, que arrancan del o se agudizan durante el período colonial romano. Ello hace que, aun sin prejuzgar cuestiones como las de la adscripción étnica o del grado de mestizaje de las varias comunidades que a la llegada de Roma pueblan el área, no podamos en absoluto perder de vista esa periferia de hoy -por lo visto, no tan periférica todavía en el Medioevo- que viene a ser presumiblemente en sus rasgos peculiares el resultado tangible y la expresión palpable de lo que para ese E. H. avant la lettre fue en su obra de destrucciones y realizaciones culturales la obra colonizadora de Roma. Por eso, sin dejar de tener en el punto de mira el E. H. de tiempos medievales y modernos, nuestra consideración se extiende también a toda esa amplia área de contornos no bien definidos, en la que, como en la Aquitania cesariana, vemos moviéndose durante la Protohistoria o en los comienzos de la etapa colonial pueblos de supuesta o probada estirpe euskérica o euskaroide, en el grado de mestizaje étnico-cultural que se quiera. Piensa sencillamente el autor que no tienen mucho sentido aquí parcelaciones del área de estudio, que, de remitirse a algo, se remitirían en esencia a determinismos o condicionamientos físicos y/o político-administrativos que sólo con posterioridad se revelarán más operativos y significantes; sin olvidar, por otro lado, que tampoco faltan indicios -y harto significativos a veces- que empujan a ver el mundo pirenaico occidental de tiempos prerromanos y romanos, no como un universo fragmentado en función del eje pirenaico -según el clisé que propicia la historiografía tradicional, en atención quizá de lo que sucede después-, sino más bien como un mundo en el que el régimen de relaciones a través de la cadena o en razón de la misma puede ser fluido y hasta rico -dada la importancia del componente ganadero en la actividad económica de la zona- al amparo de prácticas de tradición secular, como las de la trashumancia o el concurso estacional a los pastos de montaña. Lo dicho orienta ya de alguna forma al lector sobre el sentido que cobran en la intención del autor voces como las de país, P. V., solar vasco histórico, etc. que, al objeto de acotar espacialmente el alcance de determinados asertos o consideraciones, se introducen a menudo en el texto de la obra. Algo por el estilo cabe decir en lo que respecta al sentido del término -etnónimo, en origen-vasco, siempre que se recurra al mismo en relación con realidades o procesos que, de resultas de la colonización romana, se producen en lo que en tiempos medievales o modernos será conocido como E. H. o P. V.En el tercero, en fin, se aborda en profundidad el análisis de los cambios que la experiencia colonial va a suponer en todos los órdenes de la vida de las comunidades que pueblan el área. Al objeto el discurso se nuclea en torno de los grandes ejes temáticos: estructura de población y poblamiento, producción, etc. Sólo que, como referencia para calibrar tanto el alcance de los cambios producidos, como el de las pervivencias del legado cultural prerromano, se introduce en la cabecera del mismo un apartado con unos breves apuntes sobre la situación del área a la llegada de los Romanos.

Bronce con inscripción latina hallado en Contrebia Belaisca (Botorrita, Zaragoza).

El senado contrebiense dirime, el 15 de mayo del 87 a. de C., un pleito sobre propiedad de terrenos por los que discurre un canal de riego, siendo las partes enfrentadas los alavonenses de la ciudad vascona de Alaun y los salluienses de la ciudad de Salduie, y los vendedores del terreno los sosinestarzos. La transcripción del texto es la siguiente:

SENATUS. CONTREBIENSIS. QVELTVM. ADER VNT. IVDICES. SVNTO. SELPARR(ET. AG)RVM. QVEM. SALLVIENSES AB(. S)OSINFSTANEIS. EMERVNT. RIVIFACIENDI. AQVAIVE. DVCENDAE. CAVSA. QVA. DE. RE. AGITVR. SOSINESTANOS IVRE. SVQ. SALLVIENSIBVS. VENDIDISSE. INVITEIS. ALLAVONENSIB VS. TVM. SELITA. PARRET. E. IVDICES. IVDICENT EVM. AGRVM. QVA. DE. RE. AGITVR. SOSINESTANOS. SALLVIENSIBVS. IVRE. SVO(. )VENDIDISSE(. )SEI NON. PARR(E)T. IVDICENT. IVR(E). SVO. NON. VENDBJISSE.
EIDEM. QVELSVPRA. SCRIPIELSVNT. IVDICES. SVNTO. SEI. SOSINE(ST)ANA. CEIVITAS(. )ESSET. TVMQVA(. )SALLVIENSES NOVI5SVME. PVBLICE. DEPALA(R)VNT. QVA. DE. RE(. )AGITVR. SEI. INTRA. EOS. PALOS. SALLVIENSIS. RIVOM. PER. AGRVM PUBLICVM. SOSINESTANORVM. IVRE. SVO. FACERE. LICERE(T). AVT. SEI. PER. AGRVM. PREIVATVM. SOSINESTANORVM QVA. RIVOM. FIERI. OPORTERET. RIVOMI VRE. SVO. SALLVI(ENS)IBVS(-)FACERE. LICERET. DVM. QVANTI(. )IS. AGER. AESTVMATV(S)
ESSEfQVA(. )RIVOS. DVCERETVR. SALLVIENSIS. PEQVNIAM. SOLVERENT. TVM. SELITA(. P)ARRET. EELIVDICES. IUDICENT.
SALLVIENSIBVS(. )RIVOM. IVRE. SVO. FACERE. LICER(E). SEI. NON. PARRET. IVDICENT. IVRE. SVO. FACERE. NON. LICERE SELIVDICARENT. SALLVIENSIBVS. RIVOM. FACERE. LICERE. TVM. QVOS. MAGISTRATVS. CONTREBIENSIS. QVINQVE EXSENATV. SVO. DEDERIT. LORVM(. )ARBITRATV. PRO. AGRO. PREIVATO. Q(V)A. RIVOS. DVCLTVR(. )SALLVIENSES PVBLICE. PEQVNIAM(. )SOLVONTO. IVDICIVM. ADDEIXIT. C. VALERIVS. C. F. FLACCVS. IMPERATOR
SENTENT(IA)M. (DEIXERVNT. QVOD. IVDICIVM. NOSTRVM. EST. QVA. DE. RE. AGITVR. SECVNDVM. SALLVIENSES. IVDICAMVS. QVOM. EA. RES
IVD(IC)ATAS(T. MAG)IS(T)RATVS. CONTREBIENSES. HEISCE. FVERVNT. LVBBVS. VRDINOCVM. LETONDONIS. F. PRAETOR. LESSO. SIRSCVM
LVBBLF. (MA)GISTRATVS. BABBVS. BOLGONDISCVM. ABLONIS. F. MAGISTRATVS. SEGILVS. ANNICVM. LVBBLF. MAGISTRATVS
(--)ATV(----)VLOVICVM(. )VXENTLF. MAGISTRATVS. AHLO. TINDILICVM. LVBBLF. MAGISTRATVS. CAVSSAM. SALLVI (ENSIVM)
DEFE(ND)IT(---)ASSIVS. (-)EIHAR. F. SALLVIENSIS. CAVSSAM. ALLAVONENSIVM. DEFENDIT. TVRIBAS. TEITABAS. F (ALLAVO)N(EN)S(IS. )ACTVM. CONTREBIAE BALAISCAE. EIDIBVS. MAIEIS. L. CORNEL. IO. CN. OCTAVIO. CONSVLIBV(S)

Intervienen en el juicio: Lubbo, de los Urdinos, hijo de Letondo, pretor (de Contrebia). Lesso, de los Sirisos, hijo de Lubbo, magistrado. Babbo, de los Bolgondisos, hijo de Ablón, magistrado. Sigilo, de los Annios, hijo de Lubbo, magistrado. -ATO, de los -ulovios, hijo de Uxentio, magistrado. Ablón, de los Tindilios, hijo de Lubbo, magistrado. La causa de los saluienses la defendió -ASSIO, hijo de -EIHAR, saluiense. La causa de los alavonenses la defendió Turibas, hijo de Teitabas, alavonense.
Ref. Guillermo Fatás Cabeza, Bronces de Contrebia, en "Revista de Arqueología", año 2, n.° 12. Fot. Museo de Zaragoza; Cortesía M. Ibáñez.