Sailkatu gabe

EUSKARA OBJETIVO (LENGUAJE: HIZKUNTZA)

Animación. Las facultades de fonación y de ideación no son suficientes para una cabal comunicación de ideas, emociones y deseos a otro: El habla debe ser eficaz, y, para ello, aparece un elemento nuevo que es el anímico, la emoción, el deseo, la súplica, la atención, todo como una sobrecarga intencionada y dirigida. La ideación conduce al diálogo a secas, neutro e intelectual, pero la animación no. Ahora en vez de diálogo hay persuasión, discusión. El habla se torna en caliente o fría. Se busca la operatividad de aquélla. En euskara, la palabra gogo, "alma", "mente", tiene además otras acepciones muy interesantes y que son: "deseo", "apetito", "voluntad", "intención". Si gogo, "alma", es fuente de gogoeta, "pensamiento", de gogaide, "correligionario", (de las mismas ideas) lo es también de gogaerazi, "hacer tomar una resolución". Gogoa eraman es "llamar la atención", gogoa berotu "animarse", gogoa azkatu "afectarse", gogo izan "querer" y gogo onez "de buen grado". La frase se "anima" de intención, de afecto, de deseo, o de emoción, mediante inflexiones de la voz, acento, situación, silencios, repeticiones, insistencia y mil medios de los que dispone todo idioma. En euskara se recurre, p. ej., a la palatalización para cargar de expresividad familiar la palabra dirigida a los niños o la dicha en plan de ternura y amistad. Colabora a esta intencionalidad el uso de gestos y de mímica.

La facultad de animación, el lenguaje como facultad estilística, reside en estados psíquicos que irrumpen en el habla. Ahora el pensamiento se expresa íntegro, se hace personal, subjetivo, incluso arrancando expresividad al propio sonido. La interjección y la onomatopeya entran de lleno en el léxico expresivo, pero en la frase, neutra de por si, el sujeto se las compone para darle carga anímica en un sentido o en otro con vistas a la eficacia persuasiva, afectiva o imperativa, en quien la oye y escucha. Un simple diálogo se convierte en discusión "acalorada" o en coloquio "emotivo". Aun en la lengua escrita se trasladan los estados anímicos del autor mediante recursos estilísticos adecuados. Lo interesante es saber que el euskara, como lenguaje, como facultad de expresividad, la tiene bien desarrollada, pero quizá pueda decirse más en un tono menor que otra cosa. En el poema "Euskaldunak", p. ej., que a más de uno parecería neutro, se aprecia una suave animación, colectiva, de conjunto, en la que se mueven las personas con su psicología personal en lo que hacen y también en lo que dicen. De él dice Ibar: "Ya a partir de sus primeras estrofas, el eskaldun siente sumergirse en el mundo de sus pensamientos, afectos y emociones habituales. Todo le habla allí al espíritu y al sentido con la suavidad envolvente de las evocaciones íntimas. Desde el teatro material de la acción discurre hasta las más sutiles y fugaces vibraciones del alma de los personajes, todo lo produce la cálida sensación de lo conocido y experimentado.