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América

Cronistas y otros hombres de letras del siglo XVI. La aportación vasca en este aspecto es también de importancia. Durante toda esta centuria, y aun a fines de la anterior, hemos visto la acción vasca en América, preponderantemente orienda a la organización de las nuevas tierras. La vemos en las primeras alcaldías y audiencias, en la agricultura y comercio, pero sobre todo en la creación de flotas mercantes que consolidaron las comunicaciones. Esta acción vasca no podía faltar en la cartografía ni en la crónica fiel de lo que allí ocurría. La ciencia de Lacosa nos da el primer mapa de América. La clara visión organizadora de Fray Juan de Zumárraga la primera imprenta y la primera empresa editorial. De acuerdo con el impresor Juan Cromberger, de Sevilla, Zumárraga embarcó una imprenta tasada en 100.000 maravedises. Llegó a Méjico en 1539 con Geovannio Paoli o Juan Pablos, dependiente del impresor.

La imprenta se instaló en la Casa de las Campanas, domicilio del obispo Zumárraga. Una hija de Paoli se casó con el vasco Pedro de Ocharte y ya tenemos el primer editor vasco de América. La cronología de las impresiones sigue este orden: pie de imprenta de Cromberger hasta 1545; de Juan Pablos hasta 1561; de Pedro de Ocharte, desde la muerte de su suegro, en 1561, hasta 1595. Llevan pie de imprenta de Ocharte por lo menos 21 obras (veáse Boletín Americano de Estudios Vascos, n.º 59. La imprenta mejicana y los vascos, por Andrés María de Irujo). La presencia vasca en Relaciones, Crónicas, Historias Generales, etc., empieza desde los albores de esta clase de literatura relativa al Nuevo Mundo. Muchas de ellas permanecieron ignoradas en archivos y bibliotecas. Con la implantación de la imprenta por Fray Juan de Zumárraga en su propio domicilio, aparecen las primeras publicaciones. Las dos primeras escritas por el mismo Zumárraga.

En 1539, Breve y más compendiosa doctrina cristiana en lengua mexicana y castellana, que contiene las cosas más necesarias... Año 1544: Doctrina breve muy provechosa de las cosas que pertenecen a la fe católica y a nuestra cristiandad en estilo llano para común inteligencia. Entre 1539 y 1548 aparecen impresos en México libros " por mandato y a costa" de Zumárraga (Irujo). El primer cronista vasco de Indias es, sin duda, el alavés Pascual de Andagoya. Su famosa Relación de los sucesos de Pedrarias Dávila, debió empezarla entre 1509 y 1510. Francisco Cervantes de Salazar -1514-1575- contemporáneo de Cortés, a quien conoció, escribió Crónica de Nueva España. Vio con sus propio ojos a los conquistadores, observó la grandeza de la ciudad de México y las cosas americanas. Comtemporáneo suyo fue Eugenio de Salazar que, en su Epístola, describe el paisaje mejicano y da noticias de México. Sebastián de Cubieta (Zubieta), de San Sebastián, firma la Carta de los primeros consquistadores al emperador, en favor de Cortés. Documento excepcional para conocer los nombres de aquéllos. Desde 1514 a 1615, dándonos un prudente margen, pues las fechas en que se escribieron estas producciones caen dentro del siglo XVI, hemos anotado lo más saliente. Agustín de Zárate -1555- escribió su Historia del descubrimiento y conquista del Perú y fue testigo de la rebelión de Gonzalo Pizarro. Anderson, en su Historia de la Literatura hispanoamericana, lo presenta como el mejor cronista bajo el punto de vista literario en 1526-1615?, el peruano Felipe Guaman Poma de Ayala, escribió su Nueva Crónica, aunque no fue descubierta hasta tiempos modernos.

La expedición de Ursúa y Lope de Aguirre produce abundante literatura. Las Cartas de Lope de Aguirre a Felipe II, al Provincial de Santo Domingo fray Francisco de Montesinos y al gobernador Pablo Collado, son célebres por su contenido y su estilo. Existen otras cartas dirigidas a las ciudades de Valencia y Barquisimeto, a los huidos con Pedro de Monguia y los textos de algunas de sus arengas. Hoy día son conocidas las Relaciones de esta expedición, de Pedro de Monguía, de Gonzalo de Zúñiga y otras cuyos autores no llevan apellido vasco. En 1562, el licenciado Echegoyan, presidente de la audiencia de Santo Domingo escribe una interesante carta a Felipe II sobre la armada que se levantaba contra Lope de Aguirre. A mediados de siglo, Alonso de Ercilla y Zúñiga escribió La Araucana, poema épico que describe la guerra de la Tetrarquia araucana contra el invasor.

"La Araucana surgió en la evolución del género épico como un ejemplar de rara pluma. Fue la primera obra en que el poeta aparece como autor de la epopeya que describe; por lo tanto, fue la primera obra que confirió dignidad épica a acontecimientos todavía en curso; fue la primera obra de real calidad poética que versó sobre América; también fue la primera obra en que el autor, cogido en medio de un conflicto entre ideales de verdad e ideales de poesía, se lamenta de la pobreza del tema indio y de la monotonía del tema guerrero y nos revela el íntimo proceso de su creación artística"

(Anderson).

En Méjico, Hernán González de Eslava escribe obras teatrales de ambiente criollo: Entremés entre dos rufianes y otras. Este teatro criollo es interesante para los filólogos, por el medio lingüístico americano que presenta. Por esta época, Juan Mendoza escribe Guerras de Chile. Pedro Sarmiento de Gamboa debió escribir su Historia de los Incas hacia 1572, en tiempos del virrey Francisco de Toledo. No enjuiciando la finalidad de la obra -justificación de la conquista- es una de las mejores y más ricas en datos acerca del antiguo imperio. Las obras de fray Martín de Morúa: Historia, genealogía de los Reyes del Perú, sus hechos, costumbres, trajes y manera de gobierno y Relación de las fábulas y ritos de los Incas, del P. Arriaga, entran en la misma temática. A fines del siglo XVI se producen: la Taxa de Gamboa, estatuto que pretende redimir al indio del servicio personal, promulgada por Martín Ruiz de Gamboa, gobernador de Chile.

Mateo Rosas de Oquendo, viajero infatigable de la Argentina a Méjico, escribió su Sátira a las cosas que pasan en el Perú, año de 1598. El chileno Pedro de Oña publica su Arauco domado que pretende ser una réplica de la Araucana. Juan de Miramontes Zuazola publica su obra Armas Antárticas. Marcela de Lezcano escribe su Relaciones de la vida de las cautivas españolas entre los indios, tras haber sido rescatada de su cautiverio entre los mapuches. Debemos citar también a Fernando Colón Arana, hijo natural del almirante Cristóbal Colón. Había estado en América con su padre en el cuarto viaje descubridor. En 1509 volvió con su hermano Diego, que había sido nombrado gobernador de la Española. Pero volvió pronto para seguir los pleitos de su padre contra la corona. Escribió varias obras, la principal fue Historia del Almirante don Cristóbal Colón. Fernando Colón Arana fue un ilustre bibliófilo; su biblioteca registra 15.000 volúmenes. Después de su muerte ésta pasó al cabildo catedralicio de Sevilla. A esta valiosa biblioteca se le conoce con el nombre de Biblioteca Colombina.