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América

Diego de Velasco, gobernador de Cuba, por consejo de Amador de Láriz, contador del rey, nombra a Hernán Cortés como jefe de la expedición para la conquista de Méjico. La partida se efectúa el 18 de febrero de 1519. Llevaba bajo su mando 600 hombres y la primera villa fundada en territorio del actual Méjico fue Villa Rica de la Veracruz. Al organizar el ayuntamiento eligió para alguacil mayor a Juan Ochoa de Elexalde, de Salinas de Léniz. En este ejército expedicionario iban los capitanes Cristóbal y Martín de Gamboa, el durangués Andrés de Monjarraz, el cabo Amador de Láriz (ya citado) y el encargado de la artillería capitán Francisco de Orozco. Antonio Solís en su Historia de la Conquista de Méjico cita a "Martín López, vizcaíno de nación, que iba como cabo principal".

Era habilísimo constructor de embarcaciones y fue principal en la conquista de la ciudad de Méjico. La primera entrada de Hernán Cortés a la ciudad de Méjico fue el 8 de noviembre de 1519. El emperador azteca, Moctezuma, le hizo un gran recibimiento, desplegando ante él y sus soldados todo el esplendor de la corte, dando a Hernán Cortés y sus hombres un espléndido alojamiento. Los expedicionarios tuvieron ocasión de ver los palacios reales, el zoológico del emperador, los templos, los mercados, toda la riqueza y el arte de la gran urbe. Y también las defensas de la ciudad que sus habitantes creían inexpugnable por su excepcional situación en el lago, defendida por una inmensa flota de piraguas o canoas.

El tesoro que, como acto de vasallaje al rey de España entregó Moctezuma ascendía a 600.000 pesos reducidos a barras de oro, aparte las primorosas joyas y otras obras de arte diversas. Cortés, ante la llegada de Narváez, enviado de Velázquez para combatirle, abandona la capital, dejando una pequeña guarnición al mando de Alvarado. Se apodera de Narváez por sorpresa e incorpora la tropa a sus fuerzas. Vuelve de nuevo a Méjico, ahora al frente de 1.000 españoles y 2.000 tlascaltecas aliados. La táctica de Cortés de ayudar a los enemigos de la hegemonía azteca estaba dando sus frutos. Encuentra la ciudad en plena efervescencia guerrera. Moctezuma que guardan los españoles como rehén, es impotente.

El poco tacto de Alvarado había provocado las hostilidades contra los invasores. El pueblo se rebela contra Moctezuma cuando aparece con los españoles en una terraza intentando pacificarlos. Herido en la cabeza por las pedradas y flechazos de la multitud muere, dejando paso a Cuauhtémoc que ya había sido elegido jefe por los descontentos. Hernán Cortés intenta someter la ciudad pero fracasa ante la defensa mejicana que se efectúa casa por casa, desde las terrazas y desde los canales. En estas luchas callejeras mueren Amador de Láriz y un soldado llamado Lazcano. El mismo Hernán Cortés es salvado por Cristóbal de Olea. El 30 de junio de 1520 se decide la evacuación de la ciudad. Es la Noche Triste en que los expedicionarios pierden de 600 a 800 hombres y varios miles de indios aliados. Se rehace en Otumba donde obtiene una gran victoria junto con sus aliados tlascaltecas.

Pronto madura su plan para la conquista definitiva y Cortés va sometiendo una tras otra las ciudades que rodeas a la capital. Para que su plan pueda realizarse tiene con él a ese famoso Martín López, "vizcaíno de nación", habilísimo constructor de embarcaciones que prepara en Tlascala las piezas de trece bergantines, que trasladan a hombros de 8.000 indios hasta las orillas del lago. La imponente caravana iba protegida por 200 españoles y varias compañías tlascaltecas. La pericia de Martín López se manifiesta ahora en Tezcuco, donde en veinte días puso en marcha la complicada tarea de armar los bergantines e ir echándolos al agua. Cada uno fue equipado con 25 españoles, combatientes, doce remeros y un cañón. Esta fuerza, por su movilidad que le permitía controlar el lago, fue decisiva. El sitio de la ciudad duró 93 días. Y fue tomada sin rendición el día 13 de agosto de 1521, cayendo prisionero Cuauhtémoc o Guatimozin.

Según V. Lascurain en Bol. Amer. E.V., fueron también a Méjico en los primeros años: Gregorio de Monjarras; Martín Ruiz de Monjarraz, que murió en combate, de Durango; el ya citado capitán Andrés de Monjarraz, sobrino del anterior, encargado por Cortés de la vigilancia de Moctezuma cuando era prisionero de los españoles; Juan de Montano, de Portugalete, alférez de Pedro de Alvarado en el sitio de Méjico; Diego de Motrico, marino y Alonso de Motrico que también llegó con Cortés; Francisco Martín, vizcaíno que llegó con Narváez; capitán Diego de Ordás, leonés, originario de las Encartaciones; Diego de Orduña, de cargos públicos; Francisco de Orduña, "el viejo", originario de Vizcaya, conquistador, regidor de la villa de Tepeaca en 1520, secretario de Cortés, secretario del Cabildo de la ciudad de Méjico en 1524; Juan de Orozco llegado con Narváez; Diego de Olarte, llegado con Cortés, que se hizo fraile, dedicándose a la evangelización; Juan de Ochoa, que llegó en la expedición de Garay; Gonzalo Ochoa, paje de Cortés, hombre rico que al terminar la conquista estuvo al cuidado de los bienes de Cortés; Martín de San Juan, de Irún, maestre de navío llegado con Garay; Andrés y Diego de Sopuerta, venidos con Cortés; Juan de Susmiaga, llegado con Narváez; Juan de San Sebastián y Pedro de Urbieta, llegados ambos con Cortés; Antón de Torrate o Torraeta y Gonzalo de Urriola, con Narváez; Juan de Ugarte, de Llodio, que llegó en las primeras expediciones; Juan Ruiz de Viana, navarro; Pedro Vizcaíno, de Bilbao y Miguel de Veraza, que llegaron a Méjico con Cortés; Juan de Zamudio, llegado con Cortés, fue señor de Piaxtla y más tarde apoderado de Cortés, en Panamá; Juan de Zubia, de Oñate, que llegó con Narváez, estuvo, como la mayoría de los enumerados en la conquista de la ciudad de Méjico y en otras expediciones. La lista sería interminable y no cabría en esta síntesis; se completa en los epígrafes siguientes relativos a la conquista de otras partes del actual Méjico.