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MONTAÑISMO

Montañismo es la especialidad deportiva que consiste en la ascensión a las cumbres de los montes. El montañismo propiamente dicho, confundido muchas veces con el alpinismo, abarca facetas no sólo deportivas sino también culturales, turísticas; etc., tales como la escalada, el camping, la espeleología, etc. El origen del montañismo se remonta al inicio de la vida misma del hombre, cuando éste empieza a dejar las cavernas para buscarse el sustento y poder sobrevivir. La caza, y más tarde el pastoreo, son los dos quehaceres primitivos que obligan al hombre a atravesar los valles y ascender a las montañas, ejerciendo así un montañismo que, si bien no puede ser conceptuado como hoy se le conoce, sí fue precursor de lo que más tarde iba a ser considerado deporte vivificador del espíritu y vigorizador del cuerpo. Durante muchos siglos, el tránsito por las montañas fue paso obligado de peregrinos y caminantes que, en las zonas abruptas sobre todo, veían muchas veces obstaculizados sus caminos. Aymeric Picaud, romero de Santiago de Compostela en el siglo XII, describió al País Vasco como un lugar tenebroso lleno de bosques cerrados y montes escarpados. Hasta cerca del año 1800, las altas montañas estaban consideradas como zonas inaccesibles pobladas de seres míticos sagrados. El hombre ha rehuido escalar las altas cimas hasta bien entrado el siglo XVIII. Cuando el joven Saussure llega a Chamonix en julio de 1760 con el deseo de alcanzar la cumbre más alta de los Alpes, el Mont Blanc, se encuentra con que ningún nativo quiere acompañarle. El Mont Mallet y Mont Maudit recuerdan aún hoy con sus nombres el temor supersticioso que tanto tiempo mantuvo a la gente alejada de las montañas. Será 26 años más tarde, el 8 de agosto de 1786, cuando Balmat y Packard conquistan por primera vez el techo de Europa situado en los Alpes: de esta manera nació el alpinismo.