Reactivación. Con la fuerte industrialización desarrollada en el País Vasco durante la década de los años sesenta que genera una riqueza a muchos niveles, puede decirse que el montañismo vasco inicia una andadura nueva que ya no se parará hasta culminar la gran gesta de la conquista del Everest. El grupo de hombres y mujeres que ha formado en su derredor Pedrotxo Otegui y la gran humanidad de éste logra granjearse las simpatías y la colaboración de todas las sociedades montañeras vascas, haciendo que el montañismo en Euskadi alcance unas cotas hasta entonces insospechadas. Se organiza la «Primera Marcha de Orientación», el «Primer Campamento Regional de Montaña», y lo que es más plausible, el «Primer Congreso Vasco-Navarro de Montañismo». En el año 1962, la Delegación Vasco-Navarra de Montañismo pasa a ser Federación Vasco-Navarra por acuerdo del Consejo Directivo de la Federación Española de Montañismo, aunque cinco años más tarde esta Federación invalida a aquélla.