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MONTAÑISMO

El alpinismo femenino. Las mujeres vascas en el alpinismo.

La bilbaina Raimunda Royo será la pionera en la finalización del concurso de Cien Montañas, en el año 1930. Asimismo, ese mismo año 40 mujeres participan en las actividades montañeras que organiza el Club Deportivo Alavés. Tras la guerra, ya en 1948, destacaremos la participación de la navarra Paquita Barcos en excursiones organizadas por el Club Deportivo Navarra, y, en ese ambiente excursionista y sin grandes exigencias técnicas, la de la irundarra Julita Etxenike en el Naranjo de Bulnes (1951). Mas tarde, en 1955, la travesía por el Pirineo central (con ocho cumbres de 3.000 metros) de las vizcainas Maritxu Bilbao y Angelita Olano. En la práctica del alpinismo de dificultad encontramos a la donostiarra Loli López Goñi que escaló, en 1963, el "couloir de Gaube" en el macizo del Vignemale. La navarra Pili Ganuza, en 1991, sube al Aconcagua con su marido Gregorio Ariz y sus hijas, y, en 1992, asciende un ochomil en el Himalaya: el Cho Oyu. Junto a la guipuzcoana Amaia Aranzabal se convirtió en las primera mujer vasca sobre la cumbre de un ochomil.

Otras nombres reseñar son Belén Eguzkiza, Yolanda Martín y especialmente la escaladora navarra Miriam García, muerta en el Himalaya indio en 1990, que fue la gran precursora del big wall femenino español, con una vida totalmente dedicada al montañismo.

Posteriormente, Edurne Pasaban será la primera mujer montañera vasca en hollar la cima del mundo y tercera mujer del Estado español en lograrlo. Convertida en una triple ochomilista, sus ascensiones a las grandes cumbres del Himalaya son al Everest (8.848 metros, 23 mayo 2001), con 28 años; al Makalu (8.463 metros, 16 mayo 2002) y al Cho Oyu (8.201 metros, 5 octubre 2002).