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MONTAÑISMO

Finales del siglo XX, II. En el vecino G-II, un grupo guipuzcoano lograba hacer cumbre el 23 de julio de 2001: Tomás Laso, Haritz Amezaga, Koldo Ruiz, Alberto Gil (segundo ochomil) y Txetxu Lete (tercer ochomil).

Asimismo, en las montañas del Baltoro cuatro expediciones vascas buscaban también sus objetivos en grandes paredes. Los Sáenz de Urabain y Vieira buscaban montañas en Hunza; Telletxea, Blas y los Mutiloa partían al espolón Suroeste del Spansar Brakk; los navarros Alberto Urtasun y Patricia Vizcarret escalarían en las paredes del K-7.

En otras montañas del Himalaya los escaladores navarros Fermín Izko y Rubén Aramendia, intentaban con la dura cara norte del Jannu. Rubén Aramendia perdió la vida meses más tarde, el 26 de diciembre de 2001, en la parte argentina de la Patagonia.

Otros grandes escaladores este año tienen una excelente actividad: Iker Pou se atrevió a escalar en la vía Action Directe un ''9a'' sólo reservado para los mejores escaladores en roca. Su hermano Eneko Pou descendió el corredor de la Fourche y la vía normal del Midi d'Ossau. Y, mientras Josune Bereziartu se dedicó sin pausa a seguir encadenando vías de alta graduación en roca, la escaladora Leire Aguirre se reafirmó en la competición, haciéndose con todos los títulos estatales.

La montañera Edurne Pasaban coronaba el 16 de mayo 2002 el Makalu con Carlos Pauner, después de haber ascendido al Everest el año anterior y cierra el año coronando la cima del Cho Oyu (5 octubre 2002). Es decir, dos ascensiones ochomilistas en 2002, convirtiéndose en la única mujer del Estado con tres grandes cimas.

El objetivo de hollar el Cho Oyu (cima de 8.021 metros) fue cumplido también por otros tres montañeros vascos, en la que fue una jornada completa para el montañismo vasco, ya que junto con la tolosarra Edurne Pasaban también lo coronó el guipuzcoano José Ramón Agirre Marrón y, en otra expedición diferente, los alaveses Juanito Oiarzabal y Juan Vallejo, éstos guiando a los alpinistas canarios Javier y Diego y varios sherpas que alcanzaron también la cima. Con la miel en los labios se quedaron los compañeros de expedición de Pasaban: Raquel Pérez, Guillermo Barbier, Jesús Agirre y Fernando González.

Tras esta nueva cima, que para Oiarzabal suponía su decimosexto ochomil y para Vallejo el quinto, a Oiarzabal sólo le restaban dos para igualar la histórica marca de Reinold Messner. De cualquier modo, ya son 43 los montañeros vascos que han subido la cumbre de 8.201 metros. (Para Oiarzabal esta era la segunda vez que subía al Cho Oyu, su primera ocasión fue el 15 de mayo de 1985).

Sigue vivo el espíritu de aventura de los pioneros del montañismo vasco, como Andrés Espinosa, Sheve Peña, Andrés Bandrés y de muchos otros. Por ejemplo, después del Annapurna, Alberto Iñurrategi ha estado en Picos de Europa, en Kenia y Tanzania y para concluir la tercera serie del proyecto con E.T.B. (televisión pública vasca) denominado "Oinak Izarretan"(Pies en las estrellas), junto con Beloki, va al Cho Oyu para ascenderlo en invierno de 2002.

Iñurrategi ya sabe de las dificultades añadidas del invierno por la experiencia vivida en el intento al Manaslu efectuada en el fin del año de 1997, en la que sólo vieron de lejos la cima. Los fríos y los vientos pondrán la mayor dificultad a esta ascensión. Por su parte, Josune Bereciartu, sin duda la mejor escaladora deportiva del planeta, se hace con Bain de Sang (noviembre de 2002), un 9a de la escuela suiza de Saint Loup que supone el primer noveno grado femenino de la historia de la escalada.

Por otra parte, la historia del alpinismo vasco no se ha construido únicamente sobre escaladas alpinas de gran dificultad y aventuras heroicas en grandes altitudes, sino que aparte de las grandes gestas de nuestros alpinistas más expertos, destacamos también las actividades desarrolladas tanto por la Federación Vasca de Montaña-Euskal Mendizale Federakundea como por los clubes o sociedades de montaña y los grupos de montañeros, que organizan travesías, citas de marchadores, salidas al Pirineo, marchas de largo recorrido (de fondo) y las clásicas ascensiones a los montes de las provincias vascas de alto interés con atractivas travesías. Podríamos destacar el de más de 6.000 montañeros subiendo al Pagasarri en la XI Marcha BBK, superando todos los pronósticos de participación.

Como dato importante señalemos que desde octubre de 2002, la Federación Vasca de Montaña-Euskal Mendizale Federakundea es miembro de la U.I.A.A. (Unión Internacional de Asociaciones de Alpinismo) con todos los derechos y obligaciones. En la U.I.A.A. se representan los intereses y tratados del alpinismo internacional por parte de representantes de los estados de una buena parte del mundo.

Por último, cabe mencionar que siempre han existido montañeros que se juegan la vida en proyectos difíciles, muchas veces sin apoyo económico suficiente. Es difícil determinar cumbres, fechas, nombres de los alpinistas que han subido grandes montañas. No debemos olvidar las numerosas ascensiones y escaladas a cumbres sin tanto prestigio realizadas por personajes que no hayamos citado, o las incursiones realizadas en Alpes y Andes, haciendo cuatromiles, cincomiles y seismiles, con dedicación, entrega humilde y desinteresada, realizando una divulgación permanente y sabiendo transmitir durante generaciones un mensaje de respeto a la montaña y amor hacia el montañismo como deporte.