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Argentina

Euskal-Echea. De la inmensa labor realizada por los religiosos de origen vasco en la Argentina desde las primeras colonizaciones hasta nuestros días, por ser enorme, no podemos sino marcar algunos puntos de muestra. A los cincuenta años de la canonización de San Ignacio llegan a Buenos Aires los primeros miembros de la Compañía de Jesús. Pronto organizan la enseñanza secundaria y universitaria creando un importante foco cultural, cuna de la Universidad. En 1722 su oratorio se convirtió en parroquia. La labor de esta Orden vasca es decisiva. Dos siglos más tarde, otra Orden vasca, la de Betharram, creada por San Michel de Garikoitz para misionar entre los vascos, salta del País Vasco a la Argentina. En 1857 desembarca en la Argentina el P. Guimón, zuberotarra, originario de Barkoxe. Le acompañan en su gigantesca labor los Padres Harbustain, Sardoy y Larruy. Veinte mil vascos desparramados en las provincias centrales y sureñas son sus objetivos. Ninguno de estos misioneros había de volver a Euskal-Erria. Los betharramitas lograron construir un gran colegio gracias a la generosidad de un emigrado vasco apellidado Idiart.

El P. Arbelbide, bajonavarro, prepara en Hasparren y Mauleón nuevos misioneros que sustituirán a los primeros. Uno de ellos seria el P. Mendiondo, zuberotarra, de Libarrenx. Los benedictinos de Vitoria, los capuchinos de Navarra-Guipúzcoa, ejemplares sacerdotes que llegan a fundar parroquias, todos a una, van haciendo su labor religiosa, social y educacional. En 1899, en reunión celebrada en el Centro Laurak-Bat de Buenos Aires, se acordó la fundación de la Asociación Cultural y de Beneficencia Euskal-Echea. A esta entidad podían pertenecer los naturales de las dos Navarras, Vizcaya, Alava, Guipúzcoa, Laburdi y Zuberoa. El vasco zuberotarra, Martín Errecaborde, fue el promotor principal de esta importantísima entidad. En 1909 empezó el primer curso en el Instituto Escolar Bascongado de Euskal-Echea. El Dr. Patricio M. Jaca Otaño, en el n.°. 26 del "Boletín del Instituto Americano de Estudios Vascos", nos recuerda sus impresiones sobre el colegio. Cita a los profesores P. Laphitz, Hermano Fray Andrés de Larragueta, P. Dionisio de Echalar, P. Pío de Orikain.

En la enseñanza se incluía el idioma, la historia y la legislación vasca. El citado P. Echalar fue profesor de historia vasca y poeta. Versificó algunos episodios históricos como la batalla de Roncesvalles. Estos padres capuchinos organizaban misiones en el campo. Para la instrucción religiosa de los niños contaban con el concurso de las religiosas Servantes de Marie, de Anglet. Una comisión de señoras realizaba las labores de visitadoras sociales. En 1902, siete capuchinos vascos se hacen cargo de la recién fundada parroquia de Nueva Pompeya, entre ellos el P. Azpilcoeta. Las vicisitudes de Euskal-Echea están recogidas por Natividad Baylac en su obra Euskal-Echea y su obra a través de 50 años, Buenos Aires, 1955.

El día de San Ignacio es la fiesta general de los vascos de toda Sudamérica. Tras la gran misa, la ezpatadanza, los partidos de pelota, el banquete, bersolaris, coros y romería. Beneméritos religiosos y sacerdotes como los P. Ataun, P. Alzo, P. Gaztelu, P. Bernardino de Estella, G. Garriga, T. Yoldi, L. de Arriortúa, P. Manuel Gárate, P. Madina, P. Goicoechea, P. Riezu, P. Napal, F. Marquiegui, P. Bacaicoa e innumerables más, han realizado y realizan una enaltecedora labor. Con motivo de la canonización de San Michel de Garikoitz, hubo grandes fiestas en Buenos Aires, organizadas por la colectividad vasco-argentina. Esta lista de religiosos debería encabezarse con la de los obispos contemporáneos Mons. Esandi, Mons. Abalia, Mons. Olaizola y Mons. Astelarra. Por último, el sacerdote Iñaki de Azpiázu, en tiempos de Perón, crea el Secretariado de Ayuda a las Cárceles. En sus bodas de oro sacerdotales, además del telegrama papal, recibió carta del presidente Aramburu y felicitaciones de las personalidades más sobresalientes del mundo vasco-argentino.