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Argentina

A Chiquito de Eibar (Indalecio Sarasqueta) se debe el entronizamiento del pelotarismo moderno en la República Argentina (Peña y Goñi, La pelota y los pelotaris). Este pelotari, nacido en Durango, dominaba todas las modalidades de la pelota. Fue a Buenos Aires a fines de 1884. Allí venció al gran Paysandú, el pelotari criollo, hijo de vascos, en un memorable partido a 80 tantos, ante un público delirante. Después vence al hercúleo Vergara, que también lo había desafiado desde Montevideo y era además maestro de pelotaris. Estas dos hazañas lo convierten en el león de Buenos Aires. El mismo lleva a tierras del Plata a los hermanos Brau y les siguen el Manco de Villabona, Beloqui, Portal, Elícegui, Samperio y tantos otros. La afición bonaerense llegó a dividirse en eliceguistas y portalistas. Portal con Mardura y Elícegui con Samperio, jugaron partidos extraordinarios, en los que caían a granel monedas de oro en la cancha.

Pero el partido más sonoro de aquella época fue el de Elícegui y Samperio contra Beloqui, el Manco de Villabona y Portal, a 55 tantos. Se celebró en la Plaza Eúskara, ante un público en el que se encontraban el Presidente de la nación y varios ministros. Se desarrolló entre ininterrumpidas ovaciones, perdiendo la pareja de Elícegui y Samperio por dos tantos. Al finalizar el partido, el público invadió la cancha y llevó en andas a los renterianos, entre aclamaciones frenéticas (Peña y Goñi). No debemos olvidar a Tandilero (Pedro Echeverría), nacido en Tandil, a Goñi Porteño, a Ignacio Torrea (Tábano) y a Larralde, que jugaron también un importante papel en esta época clásica del pelotarismo de finales del siglo XIX, principio del modernismo en este deporte vasco por excelencia.