Non assigné

Gipuzkoa. Historia (version de 1984)

El problema de Guipúzcoa (1358-66).

La guerra entre Pedro I el Cruel de Castilla y su hermano Trastamara: El problema de Guipúzcoa (1358-66). En esta feroz contienda se mezclaban muchos factores. Franceses y aragoneses se situaban a favor de D. Enrique y los ingleses de Aquitania (Guyena) a favor de Pedro el Cruel, lo mismo que los navarros. Todos se alineaban según sus conveniencias y rivalidades. Carlos II "El Malo" de Navarra, en medio de esta encrucijada, no tenía más remedio que jugar la baza a base de convenios insinceros que cumpliría o no según su conveniencia. Ya en 1358 D. Pedro el Cruel enviaba cartas a Guipúzcoa y a Vizcaya para que retuvieran sus navíos en los puertos para incorporarlos a la armada que preparaba contra Aragón. En 1366 llegaba D. Enrique a Burgos escoltado por la Gran Compañía, formada de tropas extranjeras, y se proclamaba rey de Castilla. Pedro el Cruel ante eso huye a Galicia, embarca en La Coruña y se dirige a San Sebastián llevando consigo a sus hijos y tesoro, con destino a Bayona, lo que le permite entrevistarse con Carlos II de Navarra y el Príncipe de Gales. De esta entrevista sale un convenio que firman en Libourne el día 23 de setiembre de 1366. Su importancia es que se estipulaba, además de pagos en dinero, la devolución a la Corona navarra de las regiones detentadas por Castilla: Alava, Guipúzcoa y Rioja. Pero se entera de ello D. Enrique y envía urgentemente al arzobispo de Zaragoza a Santa Cruz de Campezu para entrevistarse con el rey de Navarra. También D. Enrique se comprometía hipócritamente, como D. Pedro, a la restitución de aquellas regiones, con la condición de que el navarro cerrara los puertos pirenaicos a las tropas de su hermano y a las inglesas reunidas en Guyena, fronteriza con Guipúzcoa. El astuto Carlos II urdió una comedia, larga de explicar. Simuló una emboscada cerca de Roncesvalles en la que le hicieran prisionero y que permitiera asi al Príncipe de Gales y a D. Pedro pasar camino de la Rioja sin aventurarse a hacer la expedición por tierra guipuzcoana. Los expedicionarios llegaron y destrozaron a los castellanos en Nájera el 3 de abril de 1367 y el mismo D. Enrique hubiera perecido al no salvarle la vida el alavés Ruiz Fernández de Gauna.