Lexikoa

HIERRO

La minería del hierro en el siglo XX. En 1882 comenzó a implantarse en la siderurgia europea el procedimiento Thomas, que permitía la obtención de acero a partir de minerales fosfóricos; rápidamente lo adoptaron las principales fábricas de acero de Alemania, Francia y Bélgica. La siderurgia inglesa, para la que el procedimiento Thomas no suponía ventajas económicas debido al buen precio a que obtenía el mineral vizcaíno, siguió incrementando su demanda. Durante muchos años el mineral de la Península -destacadamente el de Bilbao- constituyó la mayor parte del total importado por la siderurgia británica. Así, en 1888 Bilbao exportó mineral por valor de cincuenta millones de pesetas, de ellas 43 millones a la Gran Bretaña, 5 millones a Francia y algo más de un millón a Bélgica. Las compañías extranjeras manejaban el 90 % del mineral. La decadencia exportadora, comenzada con la centuria, fue progresiva; al agotamiento de la mina se sumó -mucho menos importante cuantitativamente- el aumento del consumo interior. Pero sólo el año 1940 el mineral aprovechado en Bilbao superó en cantidad al exportado debido, no a un aumento grande de la actividad siderúrgica local, sino a la supresión de los abastecimientos a la Gran Bretaña, en guerra con la Alemania nacionalsocialista. En plena guerra española, la Comisión Militar de Industrialización impuso precios de tasa y cupos para la producción y abastecimiento de mineral vizcaíno. En un esfuerzo para procurarse divisas, el Gobierno de Franco forzó, en 1938, la exportación al Reino Unido y a otros países hasta más de un millón de toneladas. La Cámara Minera de Vizcaya concluyó en 1939 convenios de venta con Inglaterra; rescindidos a causa de la guerra mundial, Alemania fue, durante unos pocos años, a partir de 1941, el principal receptor del hierro vizcaíno. La producción, que nunca desde 1877 había descendido del millón de toneladas, cayó hasta medio millón en 1945, recuperándose poco a poco en los años posteriores. En 1952 vuelve a sobrepasar la cota del millón de toneladas. En 1967 ascendió a 1.385.037 toneladas, de ellas 700.632 de rubio, 640.499 de carbonato calcinado y 43.906 de carbonato crudo. La exportación actual es insignificante, ya que la producción vizcaína de mineral no es ya suficiente para abastecer los hornos altos locales. Entrado el siglo, y sobre todo tras la guerra española, se han "renacionalizado" diversas compañías mineras extranjeras o, mejor dicho, sus restos. Así, en 1948 se presentaba la adquisición de la casi agotada Orconera por Altos Hornos de Vizcaya como un señalado triunfo de la economía nacional; todo muy en la línea de la ideología del momento. La sensación de expolio que produce la historia de la minería vizcaína en la época moderna queda mitigada si tenemos en cuenta que una burguesía emprendedora fue capaz de, aprovechándose mínimamente de la situación, crear una industria siderúrugica casi a nivel europeo, una flota naviera importante y moderna, una infraestructura portuaria puntera en su época, una tupida red de ferrocarriles y el embrión de un cierto "emporio financiero" a nivel peninsular. Si los bilbaínos comparan la situación en que quedó su economía tras el "saqueo" del hierro con la de zonas mineras tan ricas como Huelva, Almería o Cartagena, pueden sentirse orgullosos. Las únicas explotaciones de mineral de hierro que han revestido alguna importancia fuera de la cuenca minera vizcaína en época moderna han sido las de Irún-Lesaca. El año 1865 se intensificó la explotación de las minas de Meazuri (Irún). El mineral bajaba por un cable de acero hasta las inmediaciones de la Cascada y de allí, por un pequeño ferrocarril minero, hasta un muelle sobre el Bidasoa. Las gabarras lo transportaban luego a la estación de Hendaya. A finales de siglo se terminó el ferrocarril hasta Endarlaza. Las compañías Le Bidassoa, francesa, y Bidasoa Railway and Mines, inglesa, vendieron sus activos, en 1900, a la bilbaína Minas de Irún-Lesaca. A comienzos de siglo esta compañía producía anualmente de 30 a 40.000 toneladas de carbonato calcinado, fundamentalmente en los filones "San Enrique", de Meazuri, y "San Pablo", de Endarlaza. La explotación de Meazuri ha estado activa hasta hace pocos años.