Intento de asimilación en la zona occidental y continuación del reino en la oriental. Desde el primer momento se pusieron de manifiesto dos conductas. El castellano trata de asimilar, lisa y llanamente, la conquista a su reino. El aragonés, escrupuloso con la ley, se hace proclamar rey de Pamplona, sin introducir ninguna novedad en su estructura política. Desde luego, ambos se quedan con la parte ocupada y llegan a una especie de entendimiento por el cual la zona oriental, desde San Sebastián hasta Jaca y desde el Ebro al Pirineo, quedaba bajo el nuevo rey Sancho Ramírez. Los señoríos occidentales sufren algunos cambios: Se quita el señorío de Nájera del recién fallecido señor de Vizcaya a su titular y se asigna a García Ordóñez. La parte mayor de Bureba se entrega al importante señor de Lara, Gonzalo Salvadores, afirmando, de esta suerte, el bloque castellano. Se compensa al señor de Vizcaya, Lope Iñíquez, por la pérdida de Nájera, con los señoríos de Alava y parte de Guipúzcoa. Orbita Aznárez pierde su señorío de Guipúzcoa pero se le compensa con otro, probablemente en Castilla o Alava, que desconocemos. El señor de Alava y Marañón, don Marcelo, debió ser destituido, pues desaparece toda mención suya desde 1076.