Frontera sur. La taifa de Zaragoza. La situación de esta rica y próspera taifa musulmana de Zaragoza taponaba al reino de Pamplona por sus fronteras meridionales por la Rioja, Ribera de Navarra y orillas del Aragón. Desde occidente se ven fortificadas Autol, Quel y Arnedo en la Rioja; Sartaguda, San Esteban y Azagra en la orilla izquierda del Ebro y, luego, en el centro de Navarra, protegiendo la entrada de Funes hacia Pamplona, Peralta, Falces, Arlas y Alesués. Por la orilla de Aragón la protección recae sobre Ujué. Pero la taifa zaragozana tiene fronteras con Aragón y con Castilla colocándola en una delicada situación y en la necesidad de mantener el equilibrio con los tres reinos cristianos mediante pactos y pago de parias en monedas de oro en pago de ayudas concretas. En este tiempo las relaciones de Pamplona y Aragón eran cordiales y de entendimiento mutuo en los pactos con Muqtadir que mandaba en Zaragoza. El año 1063 los aragoneses tenían cercada a Graus, plaza importante en poder musulmán y a punto de caer en manos cristianas. En ese crítico momento Fernando I envió a su hijo con sus mejores tropas a Zaragoza. Los musulmanes, unidos a los castellanos, llegaron delante de la fortaleza, en la confluencia de los ríos Isabena y Esera, en el país de Ribagorza. La batalla se dio con resultados victoriosos para los coaligados que, no solamente levantaron el cerco cristiano, sino que mataron delante de los muros de Graus al propio Ramiro I, cuyo cadáver, desollado, llenaron de paja y colgaron de los adarves de la ciudad. Menéndez Pidal hace este comentario: «Castilla vencía en Graus a los aragoneses del Pirineo, que eran vascos romanizados, como nueve años antes había vencido en Atapuerca a los navarros, vascos sin romanizar» (Menéndez Pidal, La España del Cid, p. 146). La batalla tuvo lugar el 8 de mayo de 1063, fecha en la cual dejó Muqtadir, soberano de Zaragoza, de pagar tributo a Pamplona.