Concept

Anarquismo en Euskal Herria desde 1864 a 1939

Para entender un motín de subsistencias como el de Vitoria que puede parecer anacrónico, conviene recordar que el pan era en gran medida la base de la alimentación de los trabajadores y que, a principios del siglo XX, se consumía en torno al kilo de pan por persona y día. El conflicto estalla el 18 de junio de 1915 cuando vuelve a subir el precio de la otana de dos kilos en cinco céntimos.

Antonio Rivera describe detalladamente lo sucedido:

"A las 9.30 h. de la noche del viernes (...), mientras en la Plaza Nueva tocaba la banda de música ante gran concurrencia de publico (...), un sujeto, entre varios obreros, paseó un cartel por los arcos que decía "Abajo el pan!". Intervino la policía municipal (...). Regresaron a la plaza y exhibieron de nuevo el cartel. Un "conocido sindicalista" (...) subió al kiosko (...) arengó a los presentes y les instó a protestar hasta que se abaratase el pan. A partir de este instante, "una masa importantísima" recorrió impunemente la ciudad (...) por espacio de dos horas, apedreando los cristales de las cuatro panaderías, cerrando los cafés de la calle principal (...), y penetrando en las fábricas panaderas de donde cogieron varios sacos de harina cuyo contenido esparcieron por la calzada (...). En ningún caso se robaron otanas..."

La ciudad levítica. Vitoria, 1876-1936, p. 175.

La guardia civil, a pie y a caballo, terminó con el tumulto cuando éste daba sus últimas boqueadas. Lo interesante, concluye Rivera, es que "días más tarde, el pan volvió a su precio original sin que nadie mencionase la causa de tan repentino cambio". (Op. cit. p. 175).

El instigador de la revuelta, detenido por las autoridades, resultó ser el anarquista Galo Díez. Manuel Buenacasa en su obra El movimiento obrero español (redactada en 1926) también se refirió a este motín y, con palabras no exentas de triunfalismo, escribía que "la acción directa de las masas consigue más en unas horas que los discursos de los políticos en muchos años". (Véase op. cit. en bibliografía, p. 136). El historiador Antonio Rivera considera a Galo Díez como "el anarquista más significado en el País Vasco en toda su historia" (op. cit., en nota, p. 203), sin embargo no precisa las fechas de nacimiento y muerte. Cuando encabeza el motín de Vitoria frisa en los treinta y dos años. Nació en 1883 ó 1884 en Bilbao, fue obrero armero en Eibar, participa en giras o mítines a lo largo y ancho de Vasconia y la Rioja, organizador de un sindicato en el sector papelero de Tolosa en 1921, presente en los diferentes congresos de la CNT durante la dictadura y la República, es uno de los nombres más citados en los libros consagrados al tema. Extrañamente no coincide el retrato físico que de su persona nos han dejado dos militantes vascos.

Según el vizcaíno Horacio Martínez Prieto, era una especie de Hércules mientras que el guipuzcoano Manuel Chiapuso lo describe en setiembre de 1936: "bajo, tan ancho como alto, casi una bola, con voz de barítono". A decir verdad, Chiapuso es algo malévolo pues lo trata también de "viejo bonzo, sobrepasado por los acontecimientos" (in Los anarquistas y la guerra en Euskadi -La Comuna de San Sebastián-, p. 275). El "viejo" sindicalista tenía entonces poco más de cincuenta años. Murió en Valencia en mayo de 1938 siendo a la sazón subsecretario nacional de la CNT.