Concept

Anarquismo en Euskal Herria desde 1864 a 1939

La Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) se fundó en Londres en 1864 pero habría de pasar algún tiempo antes de que en la península se tuviera noticia de su existencia. En los dos primeros congresos -Ginebra en 1866 y Lausana en 1867- no hubo representación española. En la etapa previa el utopismo sólo logró enraizarse en ciudades dinámicas como Cádiz o Barcelona donde las doctrinas de Owen, Cabet o Fourier tenían seguidores y había además asociaciones obreras. El joven Pi i Margall tradujo y difundió las teorías de Proudhon pero fueron, sobre todo, las turbulencias políticas -caída de Isabel II y revolución de setiembre de 1868 las que crearon condiciones para que prendiese el ideal anarquista. Bakunin, a diferencia de Marx, decidió apostar por la revolución española y envió inmediatamente a Giuseppe Fanelli.

Procedente de Génova, el garibaldino italiano desembarcaba a finales de octubre de 1868 en Barcelona. Desde allí iniciaba un viaje de propaganda por Cataluña y Valencia. Llegado a Madrid en noviembre, fue en El Fomento de las Artes, entidad cultural liberal y republicana frecuentada por obreros, donde reclutaría el primer núcleo de internacionalistas. Fanelli, a pesar de expresarse en italiano, cautivaba al auditorio. A este respecto es muy elocuente el relato que nos ha dejado Anselmo Lorenzo:

"Había que verle y oírle describiendo el estado del trabajador, privado de los medios de subsistencia por falta de trabajo a causa del exceso de producción. cuando decía "Cosa horribile! spaventosa!" sentíamos escalofríos y estremecimientos de horror".

El Proletariado Militante p.41, Alianza Universidad, Madrid 1974).

Tres años después, en el momento álgido de la división entre marxistas y bakuninistas, Paul Lafargue cruzó la frontera y mantuvo actividades políticas en Huesca, San Sebastián, Madrid y Zaragoza. El yerno de Marx hablaba un perfecto castellano; sin embargo no consiguió tanto éxito como su rival anarquista. Entre la veintena de pioneros que escuchaban con devoción a Fanelli se encontraba el vitoriano Manuel Cano Martínez, pintor de profesión y primer internacionalista vasco del que tenemos noticia. Una fotografía atestigua de la constitución de este primer grupo madrileño que el 24 de enero de 1869 formalizó su adhesión a la Internacional. El núcleo de Barcelona se crearía en febrero.

En el País Vasco la implantación fue más tardía y el anarquismo no arraigó con tanta fuerza como en Cataluña, Andalucía, Valencia o Madrid. Es significativo que en el Primer Congreso de la Federación Española, celebrado en junio de 1870 en Barcelona, no hubiera ninguna representación vasca. En noviembre de ese mismo año la federación local de Bilbao contaba 34 afiliados, editaba el semanario La Voz del Trabajador y era una de las trece constituidas en España. En 1871 se señala una sección en proceso de constitución en Vitoria. En el congreso semiclandestino de Zaragoza de abril de 1872 (Segundo de la Federación Regional Española) se mencionan las secciones locales de Bilbao, Vitoria (de Oficios Varios creada por Manuel Cano) y San Sebastián (constructores de edificios). El Libre Vasco-Navarro (1871) y El Eco de los Trabajadores (mayo de 1872), órgano de la federación local donostiarra, son otros dos títulos de prensa internacionalista citados por Josep Termes y Renée Lamberet. Estos datos no deben ocultar la debilidad del movimiento obrero en Euskal Herria, poco antes de que el país se viera sumido en el conflicto carlista. Un suceso curioso muestra que los carlistas sabían orquestar actos de propaganda contra los seguidores de la Internacional. Nicolás González Marselau, conocido militante andaluz y uno de los cuatro representantes españoles en el Congreso de La Haya (setiembre de 1872), en una ceremonia celebrada en presencia de don Carlos, en Tolosa, abjuraba públicamente de sus errores pasados e ingresaba como novicio en la orden de la Trapa.