Concept

Anarquismo en Euskal Herria desde 1864 a 1939

Al comenzar el siglo XX, el fracaso de las insurrecciones anarquistas de carácter local en Andalucía, de "la propaganda por el hecho" practicada en Cataluña y de las huelgas de 1901 y 1902 (esta última tuvo cierta repercusión en las minas vizcainas) hicieron que muchos obreros se decantasen por Lerroux confiando en la acción política del líder radical. Este estado de cosas propició la desaparición de la Federación Regional Española en 1905.

En Bizkaia crecía la UGT. Desde 1890, el año de la gran huelga, los socialistas se habían implantado sólidamente y en ningún momento surgirá una fuerza capaz de arrebatar la primacía a los ugetistas. Bilbao era, en palabras de Ramiro de Maeztu, la Meca del socialismo. Contra viento y marea, un puñado de libertarios practicaba un anarquismo testimonial. Puede servir de ejemplo Vicente García, tonelero de profesión, responsable de la publicación Combate (1890-1891) que estuvo al cargo de una escuela laica en Barakaldo. Citaremos también los periódicos Nuevo Espartaco (Bilbao, 1901), El Ideal del Esclavo (Sestao, 1901-1902), o Primero de Mayo (Bilbao, 1903). De manera esporádica intervenían en algún conflicto como la huelga de inquilinos de mayo de 1905 en Barakaldo, en la que las manifestaciones de mujeres y el paro de las principales fábricas llevaron a la declaración del estado de guerra.

Por entonces hacía sus primeras armas el joven Ángel Pestaña, quien precisamente en marzo de ese mismo año sufrió su primera condena por haber participado en una campaña a favor de las ocho horas de trabajo. En Lo que aprendí en la vida, libro autobiográfico, relata su detención en Sestao, tras pronunciar una conferencia, el apaleamiento en los calabozos y el encierro en las cárceles de Balmaseda y Larrinaga.

En cuanto a Gipuzkoa, la organización del proletariado fue más tardía y, salvo en Eibar donde también dominaban los socialistas, la influencia del catolicismo frenaba la difusión de las ideas radicales. Con frecuencia los hombres que mantenían la llama no eran obreros industriales sino trabajadores de los viejos oficios, carpinteros o pintores. El panorama era más bien desolador; las propias fuentes anarquistas reconocen las dificultades de implantación y la escasa influencia ejercida en el periodo anterior a la primera guerra mundial.

En Cataluña, por el contrario, la situación era muy diferente. En 1907, la creación en Barcelona del periódico Solidaridad Obrera iniciaba el resurgir del anarcosindicalismo, y ni siquiera la represión de 1909 podrá obstaculizar su desarrollo. Según Pierre Vilar, la "Semana Trágica" servirá de lección haciendo que la clase obrera barcelonesa se aleje de la demagogia lerrouxista, de la oposición catalanista y del mito de la acción espontánea. El periodo de renovación se cierra con el congreso constitutivo de la CNT, celebrado los días 30, 31 de octubre y 1 de noviembre de 1910 en el Palacio de Bellas Artes de Barcelona. La única asociación vasca que dio su adhesión fue una sociedad de "Pintores y decoradores de Vitoria". Habrá que esperar a 1911, año que erróneamente algunos historiadores consideran como el de fundación de la CNT, para que los sindicalistas comiencen su andadura en el espacio vasconavarro.