Santuario de Arantzazu. Oñati (version de 2005)

Desde 1950 Arantzazu conoció como un vértigo de obras que se sucedían unas tras otras sin interrupción. Después de la basílica -incompleta aún en algunos detalles de decoración- se construyó el edificio destinado a frontón, salón de actos y salones de juegos para los estudiantes: este edificio se hacía necesario porque el antiguo frontón tuvo que ser derribado por exigencias de ensanche de carretera. Siguióse el ensanche y mejoramiento de la carretera, obra llevada a cabo por la Excma. Diputación de Guipúzcoa. El Ministerio de Obras Públicas realizó también una gigantesca y atrevida obra sobre el barranco para dotar al Santuario de un amplio y capaz parque de estacionamiento de automóviles, que se hacía cada vez más necesario, dada la angostura del lugar y el creciente aumento del tráfico rodado. El P. Provincial de Cantabria, Fr. Benito Mendía, emprendió en 1960 la construcción de un nuevo Colegio Seminario para futuros franciscanos, capaz de albergar 400 alumnos. Una vez terminados los estudios, dichos religiosos eran destinados, ya a Misiones -especialmente a América-, ya a los diversos conventos de la Provincia de Cantabria, o a estudios y carreras especiales. La Provincia franciscana de Cantabria tenía asignados, como parcelas de trabajo, diversos territorios de Cuba, Paraguay, Argentina, Bolivia y Japón. Baste decir que el 44 % de los religiosos de la Provincia trabajaba fuera de España, principalmente en Hispanoamérica: este dato estadístico es el mejor exponente del esfuerzo misionero que realizaba la Provincia. Los alumnos del Colegio Seráfico sumaban un total de 140, sin contar los que estudian en el Colegio Seráfico de Forua (Bizkaia). Un padre de la comunidad regentaba además la escuela para los niños y niñas de los caseríos del barrio.

Funcionaba en Arantzazu una Casa de Ejercicios Espirituales con capacidad para 40 personas. En ella se predicaban tandas de Ejercicios cerrados para toda clase de personas. Existía en Arantzazu una bien montada imprenta, en la que trabajan los religiosos legos, y una Editorial. En ella se imprimían diversas revistas -"Aránzazu", órgano del Santuario, "Misiones Franciscanas" y "San Antonio de Padua"-, hojas periódicas, calendarios y libros. Desde el año 1946 la misa solemne de los domingos y días festivos era retransmitida por Radio San Sebastián en emisión especialmente dedicada a los enfermos. En Arantzazu radicaban, además de la Hospedería-Hotel del Santuario, otras cuatro casas de huéspedes. La Hospedería estaba atendida por una comunidad de religiosas, y la Casa de Ejercicios por las llamadas "Azamis", misioneras de la Virgen de Aránzazu.

LVC