Concept

Periodismo y Medios de Comunicación en Euskal Herria

Buena parte de los acontecimientos sociales -políticos, económicos y comunicativos- están marcados por la pugna entre liberales y conservadores, que en el País Vasco se alinean en su mayoría con los carlistas, por las guerras y por la cuestión foral, que culmina en 1876 con la abolición de los fueros vascos. Surgen también en estos años los boletines oficiales de las diferentes provincias. Los boletines reflejan la ideología de los diferentes bandos: el Boletín Oficial de Vizcaya, de 1833, y el Boletín Oficial de Guipúzcoa, de 1834, son liberales, mientras que el Boletín de Navarra y Provincias Vascongadas es, como su predecesor la Gaceta de Oñate, carlista.

Durante todos los años 30 del siglo XIX surgen algunos periódicos, aún no diarios, en las tres capitales vascas. El Compilador Militar de Vizcaya es de 1835; de 1837 es El Bilbaíno, liberal fuerista, y en esos mismos años postreros de la primera guerra carlista surgen El Vascongado y El Vizcaíno Originario, ligados a las sociedades de uno u otro signo.

Parece que nadie siento la necesidad de publicar en lengua vasca en los periódicos hasta que no llega la primera guerra carlista. Entonces, el liberales de San Sebastián piden a la reina publicar una hoja bisemanal en euskara "cuyo principal objeto sea el desvanecer las falsas noticias que propalen los rebeldes, inspirar la justa confianza que se merece el maternal Gobierno de S.M. y la seguridad de las ventajas que todos los españoles deben prometerse cono el Reynado de su augusta Hija". El Gobierno da su visto bueno pero, en vez de publicar una hoja en vasco, los liberales donostiarras dan a la imprenta un periódico en castellano donde aparecen, de vez en cuando, textos en lengua vasca dirigidos al labradores de la provincia (no a los burgueses de la ciudad, público fundamental del periódico). Aquel periódico fue El Correo del Norte. Periódico político, literario y comercial.

Al menos durante la primera mitad del siglo XIX, ningún periódico producido a Álava, Guipúzcoa o Vizcaya tendrá una periodicidad diaria. Para conocer el primer diario vasco (naturalmente, escrito en castellano) hará falta esperar hasta el 1858, cuando apareció por primera vez el cotidiano Villa de Bilbao.

Una vez concluida la primera Guerra Carlista, los periódicos vascos se hicieron cada vez más numerosos. No faltaron los que, después de siete años de guerra, se decidiesen por un tono francamente festivo, como Las Folías de Vitoria, Papel lunático que saldrá cuando se le antoje a Farraca y Chambolín, en parte como respuesta a otros periódicos, como el también vitoriano El Mosaico, nacido el mismo año de 1840 y de carácter literario. En 1840 se creó El Vascongado, órgano de las elites dirigentes vizcaínas, cada vez más claramente alineadas en torno al liberalismo fuerista, que defendían a la vez las corrientes ideológicas modernas y el mantenimiento integral de los fueros vascos. El responsable del nuevo periódico fue el impresor Nicolás Delmas. El periódico apenas duró un año. Nicolás Delmas impulsó otros periódicos en Bilbao, como El Avisador Bilbaíno (1853-1854).

Probablemente uno de los periodistas vascos más importantes de este periodo es Juan Eustaquio Delmas. Nacido en Bilbao en 1820, hijo del impresor Nicolás Delmas, comenzó su carrera periodística en El Bilbaíno (1837) y El Vascongado (1840-1841). Estudió en París, en la Sorbona y, a su regreso a Bilbao, montó su propia imprenta en 1852. En dicha imprenta se editaron varios periódicos: primero, el Boletín de Comercio de Bilbao, y después el Irurac Bat, una de las cabeceras vascas más importantes de la época. Antes de morir, y tras la caída de los fueros, se alineó en la facción fuerista y contribuyó a la publicación del diario La Unión Vasco-navarra.

Uno de los periódicos más importantes de este periodo es El Vascongado, de Bilbao. Su subtítulo era Periódico mercantil, político y literario. Sus responsables eran el impresor Nicolás Delmas y Manuel Urioste de la Herrán. Se trataba de un periódico liberal moderado y fuerista. Se enfrentará ideológicamente a El Eco del Comercio, El Vizcaíno Originario y El Liberal Guipuzcoano.

También en 1840 se publica un nuevo Liberal Guipuzcoano en San Sebastián, bisemanal, progresista. Alineada con los intereses comerciales, cuenta con periodistas de plantilla (que los moderados califican de "mercenarios de la pluma"). Pronto se enfrenta a El Vascongado de Bilbao, pero, en cambio, cuenta entre sus aliados con El Vizcaíno Originario y el madrileño El Eco del Comercio.

El Vizcaíno Originario es también un periódico liberal progresista, nacido en 1841 en Bilbao,de la mano de la Sociedad Constitucional de Bilbao, creada ese mismo año para oponerse a la Sociedad Bilbaína.

En 1843, El Vizcaíno Originario dio paso a El Amigo de Vizcaya, bajo la dirección de Baldomero Olavarría. El propósito declarado del nuevo periódico era ofrecer más información económica que política, si bien se trata de una empresa ligada al constitucionalismo.

La polémica por la interpretación de los fueros sólo conocerá esporádicos puntos de acuerdo. Todos polemizan en la denominada política vascongada. En 1849 se propone la creación en Vitoria de un periódico que sea exclusivamente fuerista, sin otro tinte o color político, que se titularía Irurac-Bat. No llega a publicarse.

El Boletín de Comercio de Bilbao comenzó a publicarse en 1850. Se sabe que se publicó hasta abril de 1856. Entre las firmas más destacadas de este periódico destaca un incansable político, jurista y periodista alavés de la segunda mitad del siglo XIX: Ramón Ortiz de Zárate.

A partir de aproximadamente 1853 (ese año se publicó el Avisador Bilbaíno, periódico trimestral de tipo comercial y literario.) el periodismo bilbaíno, como corresponde en la época a su importancia comercial y demográfica dentro del conjunto de las entonces Provincias Vascongadas, comienza a destacarse del resto del periodismo vasco, tanto en cuanto al número de títulos editados, como en cuanto a la tirada y difusión de éstos.

No conviene sin embargo despreciar el potencial editor de Vitoria, que en 1865 contaba con ocho imprentas activas. Sí es cierto, en cambio, que Vitoria tardará en tener una publicación periódica de carácter eminentemente informativo: lo serán El Alavés, de 1859, El Nuevo Avisador Vitoriano de 1861, La Concordia de 1863, El Nuevo Alavés de 1864 y El Porvenir Alavés, de 1864, mientras que al fin del periodo vuelve a aparecer la prensa política con El Fuerista (1867) y La Trompeta (1868), este último republicano.

Entre 1850 y 1860, y especialmente durante el Bienio Progresista (1854-1856) tienen lugar profundas transformaciones en la estructura de los medios de comunicación. En 1857 se crean el Banco de Bilbao y la Compañía del Ferrocarril Tudela-Bilbao, con lo que la capital vizcaína conoce un impulso económico que irá in crescendo. La mejora evidente de las comunicaciones, como es obvio, redunda en beneficio de la práctica periodística y, aunque la edición de órganos de prensa continúa siendo privativa de las clases pudientes, cada vez se contará con más cabeceras y se podrá acceder a la lectura de más periódicos de otras capitales, en especial de Madrid. El ferrocarril no se afianzará en Vitoria hasta 1864, cuando pase por la capital alavesa la línea Madrid-Irún, fecha en que se establece también el Banco de Vitoria.

Irurac Bat es, probablemente, el periódico vasco más influyente de la época. Comienza a publicarse en 1852. Liberal fuerista, mantendrá agrias polémicas con Euscalduna, representante del conservadurismo neocatólico. Se trata de un periódico que ya contiene una idea unitaria del País Vasco, heredera de la Sociedad Bascongada de Amigos del País (de ahí su título). Su primer editor responsable fue Carlos de Bilbao, pero su propietario era Juan Eustaquio Delmas. Contó con la pluma de Camilo Villavaso, que tomaría la dirección del ya diario en 1864, hasta 1869.

Existió otro periódico en Bilbao, nacido en 1856: El Nervión, que ejemplifica la transición desde el liberalismo progresista, y favorable a la renovación fuerista, hacia posiciones representadas por el Partido Democrático, aunque éste no se constituirá en Bilbao hasta 1865, y también el paso paulatino de un prensa fuertemente política que ahora no renuncia a una calidad informativa y formal, de cuidada tipografía. Fue dirigido por José de Irigoyen, que luego fundaría otros periódicos en Bilbao, el Diario de Anuncios (enero-diciembre de 1864) y el Eco Bilbaíno (1865-1866), de ideología democrática.

En 1859, Irurac Bat se convierte en diario, ante la aparición del primer diario bilbaíno, el Villa de Bilbao. Este último comenzó su andadura en enero de 1858, y se mantuvo en la calle durante algo más de dos años, hasta marzo de 1860. Su responsable fue el impresor Miguel de Larumbe. Abiertamente simpatizante de la reina Isabel II, era de ideología moderada.

Tras su desaparición en marzo de 1860, toma el relevo del Villa de Bilbao al día siguiente un nuevo diario, Euscalduna. Se trata, sin embargo, de un periódico con características diferentes, menos inclinado a las cuestiones económicas y más a las políticas. En junio de 1860 deja de publicarse, y da paso a su vez, en agosto de ese año, a El Eco Vascongado, que se convierte abiertamente en un "periódico político" en 1861. La postura es ya claramente católica, antiliberal y ruralista, y es la que mantendrá el renacido Euscalduna en su segunda época, a partir de octubre de 1861. Arístides de Artiñano será la firma principal de este nuevo periodo, donde la beligerancia con Irurac Bat será constante. Pugnarán por los fueros, que para Irurac Bat son la representación del liberalismo y para Euscalduna la esencia de la tradición.

En Guipúzcoa comienzan también a ponerse en marcha algunas iniciativas de periódico informativo. La más destacada será El Guipuzcoano, que saldrá tres veces por semana entre 1861 y 1867, iniciativa ligada a la familia Baroja.

En Navarra habrá pocas publicaciones en este periodo. Según Ángel García-Sanz Marcotegui, en 1860, además del Boletín Oficial de Navarra, sólo habrá otro periódico en Pamplona, La Joven Navarra, de corte liberal, del que fue director en 1863 Joaquín Jamar, a quien posteriormente encontraremos entre los impulsores de El Aurrerá de San Sebastián, ya durante el Sexenio Democrático. En 1865, finalmente, se publicará el primer diario de Pamplona, El Progresista Navarro.

En 1867 la política vascongada recibe el apoyo del periódico La España de Madrid, fundado por Pedro de Egaña. Se le opone, cuando se presenta a Diputado General de Álava, el periódico vitoriano El Fuerista de Ramón Ortiz de Zárate, en el que también escriben Daniel de Arrese y Ricardo Becerro de Bengoa, entre otros.

Una publicación importantísima, no sólo en el panorama del periodismo vasco, sino también en el conjunto de la comunicación española, fue el Semanario Católico Vasco Navarro, publicado en Vitoria por el canónigo Vicente de Manterola entre 1866 y 1873.

La prensa republicana también tendrá sus representantes en el País Vasco. El principal de ellos es Laurac Bat, creado en 1869, a rebufo del Pacto Federal de Eibar de 23 de junio de ese año, uno de los impulsados en toda España por el Partido Republicano Federal de Pi I Margall. A Laurac Bat se le unieron otros periódicos, como el donostiarra La Justicia, bisemanal, a partir de 1871, y el también donostiarra La Igualdad. La Fraternidad, publicada entre septiembre y diciembre de 1871, era el órgano del Partido Radical de Guipúzcoa. En Vitoria aparecerán también algunas publicaciones de este signo, como El Federal Alavés y El Cantón Vasco, este último dirigido por Fermín Herrán.

De signo aún más izquierdista serán algunos tímidos intentos de publicar prensa obrera. Destaca La Voz del Trabajador, portavoz de la federación local de la AIT en Bilbao durante 1870 y 1871.

Continúa acrecentándose el número de periódicos literarios. Álava cuenta con un buen número de ellos, probablemente los más destacados de su especie dentro de la prensa vasca de la época. Merecen destacarse El Ateneo y El Mentirón. El Ateneo comenzó a publicarse en abril de 1870, y se mantuvo hasta 1884. Era el órgano del Ateneo Científico, Literario y Artístico de Vitoria.

El Ateneo se renovó en 1875, durando su segunda etapa hasta 1878; después, fue sustituido como órgano del Ateneo por la Revista de las Provincias Eúskaras de Fermín Herrán, quien había dirigido desde 1866 La Ilustración de Vitoria y su sucesor La Ilustración de Álava. Seguía la estela de La Ilustración Española y Americana y La Ilustración de Madrid, de 1869 y 1870, respectivamente.