El periodismo es, como tal, un fenómeno moderno y, sobre todo, contemporáneo. La producción profesional de informaciones de actualidad empieza con la imprenta y comienza a adquirir las características con que hoy conocemos esta actividad, que hemos dado en llamar periodismo, en el siglo XVII. Antes, no obstante, la necesidad de obtener informaciones noticiosas se saciaba de otras maneras.
La imprenta tardó en llegar al País Vasco, de hecho no lo hizo hasta bien entrado el siglo XVI. Por eso, no es extraño que, junto con los relatos orales, se conserven algunos testimonios manuscritos de una cierta actividad noticiosa.
A caballo entre lo privado y lo público está un curioso "noticiario" iniciado por el párroco de la localidad alavesa de Lanciego, Juan de Vallejo, en 1564 y continuado posteriormente hasta 1617. Se trata de "veintiún anotaciones hechas al final de las partidas de bautismo pertenecientes al año a que se refieren", algunas de ellas nacionales y otras locales, referentes a los acontecimientos más destacados de la localidad. La iniciativa fue continuada, a la muerte de Vallejo, por los sucesivos párrocos, Martín de Foronda y Martín Pérez de Viñaspre.
En lengua vasca puede mencionarse, a pesar de su título en castellano, la Ystoria de la quema de Salvatierra, que fue compuesta en verso vascongado por Juan Pérez de Lazarraga, señor de la torre de Larrea (Álava) el mismo año en que sucedió, 1564. Se trata de un relato manuscrito de indeterminada difusión, presente en un cuaderno que reúne un esbozo de novela pastoril y varias poesías en euskera de temática amorosa y laica, al parecer redactado en la juventud de este noble alavés, entre 1564 y 1567, y que fue descubierto y dado a conocer en 2004. El poema, que puede ser considerado, si se quiere, noticioso, está escrito a semejanza de las baladas narrativas sobre tema similar de los dos siglos anteriores. Las más antiguas de estas baladas narrativas que se conservan producidas en suelo vasco -y en euskera- datan de los siglos XIV y XV, en su mayoría escritos en el dialecto occidental o vizcaíno: los cantares de las batallas de Beotibar (1321), Acondia (1390), Urréjola (1388-1401) y Munguía (el cantar de Olaso, 1471); el romance de la quema de Mondragón, que relata el incendio de la villa guipuzcoana a manos de los gamboínos y la venganza perpetrada por éstos sobre los oñacinos que huían (1448); o el cantar de Bereterretche, compuesto en el extremo oriental del país, en dialecto suletino, hacia 1450, uno de los más deslumbrantes ejemplos de la literatura oral vasca, calificado a menudo de "romance noticiero".