El castillo de Estella. Una de las primeras preocupaciones de los monarcas reconquistadores fue fortificar las zonas reconquistadas. En 1024 aparece documentado un tal Semeno de Ogoaiz (¿Ordoiz?) como tenente del castillo y en el 1058 Semeno García aparece como "dominator" del mismo. En el año de 1076 el abad de Irache, Veremundo, cambia un solar edificable bajo el castillo de Lizarra, por una pieza en Oteiza que le es entregada por Sancho, abad electo de San Juan de la Peña. Así consta en doc. que obra en la Facultad de Derecho de la Universidad de Zaragoza (Libro gótico de San Juan de La Peña, f. 72rv.). En el documento viene escrito Liçarrara. Hemos de suponer que el castillo en cuestión es el que se alzó en lo alto de la denominada Peña de los Castillos puesto que sus baluartes Atalaya, Zaratambor y Belmecher aparecen mandados ya por tenentes desde 1031. Altadill se refiere a la fortaleza en estos términos: "Sobre una ingente y amplia montaña, constituida por elevada peña de gran extensión superficial y situada sobre aquella estratégica posición, con dominio tan evidente como indiscutible, sobre la vetustísima parroquia de San Pedro; denominada actualmente La Peña de los Castillos, se levanta inconmovible una férrea cruz; allí donde se alza hacia el cielo esa robusta enseña de nuestra fe, allí precisamente estuvo establecida una de las más notables fortalezas de nuestro reino y sin dudarlo la más digna de nuestra atención entre todas las de Estella. Por el lado de Occidente, o sea, por el que mira a la ciudad, es absolutamente inaccesible el castillo; al lado opuesto, menos inaccesible, flanqueado por murallas defensivas cuya configuración y trazado delatan las líneas quebradas que marcan los restos de los cimientos todavía a la vista; en ese mismo paraje, estuvo situada la más interesante parte del castillo. Una excelente revista del pasado siglo, decía, tratando de describir ese histórico punto, lo siguiente: "Dase el nombre de Peña de los Castillos a una eminencia peñascosa en cuya cumbre se alzaron en otro tiempo un fuerte castillo y un palacio real; pero hoy tan sólo se ve allí la empinada y desnuda roca que les sirvió de asiento y emplazamiento y en cuya más alta cúspide hay una cruz de hierro que viene a señalar el triste término de una grandeza. El castillo, que era una de las más famosas fortalezas de Nabarra, tenía en aquel alto inexpugnable, además de sólidas cortinas, cubos y galerías, otros fuertes avanzados". Estos fuertes o avanzadas se llamaban: Zaratambor o Zalatambor, Belmechete o Belmecher y la Atalaya. Prescindimos del denominado Zarapuz, poque no alcanzó los honores de fortaleza como en otro lugar anotaremos. Dentro de dicho recinto murado está el palacio real, que tenía su parte principal en el punto menos áspero de la montaña. La capilla real se llamaba de Santa María de Yus del Castillo y también Santa María de la Judería, en consideración a la proximidad del barrio ocupado por los judíos que tan importante población constituyeron al pie de la enorme peña (...). Dada la importancia del castillo mayor de Estella, se comprende que el mando y gobierno, es decir, la alcaidía como entonces se denominaba a esos jefes militares, estuviera confiada a personalidades de las más acreditadas y nobiliarias de Navarra. El gobernador del castillo mayor de Estella, tenía el título de señor y desempeñaba el cargo de Tenencia en honor del rey. De esos funcionarios conceptuamos el más antiguo a D. Lope Termal, al cual sustituyó D. Lope Garcés, personaje noble que acompañó al rey D. Alfonso el Batallador en 1118; desfilaron después por aquel cometido los nobles D. García López y D. Pepro Tizón a los cuales siguieron el afamado D. Rodrigo de Azagra en el año 1140. Más adelante ejerció el mencionado y honroso cargo D. Pedro Ruiz, desde el año 1158 hasta el 1182. Relevóle su hermano D. Fernando Ruiz de Azagra (...). La carta foral suscrita en Estella por el rey D. Sancho el Sabio, fechada en abril, era 1202 (año 1164), presenta como gobernando Rodric Martínez en Marañón; Petro Roiz en Estella; Gil de Lerín; Peire Guillén de Larraga; Sancho Ramírez en Leguín, Sangüesa y Funes; Jimeno de Aibar en Ronkal y Salazar; Sánchez de Ezquerra en Sta. M.ª de Ujué y en Caparroso; Martín de Leet en Peralta, Jimeno Azenaire en Tafalla, Aznar de Rada en Falces y en Valtierra, Pedro de Arazuri en Legarda, Tudela y Logroño. En la col. de doc. inéd. publicada por el Sr. Arigita, aparece también desempeñando una alcaidía en Estella, D. Jacques de Sansol, que en el mismo siglo XIII figuró con el cargo de merino de la misma ciudad aun cuando no tenemos por simultaneables ambos cometidos (...). A los ya mencionados alcaides de Estella tenemos que agregar los siguientes, con independencia de los que hemos anotado y que recibieron sus nombramientos con el título de alcaides de Belmecher: Año 1031, D. Fortuño López; 1118, D. Fernando Ruiz de Azagra (se unió entonces el barrio de Lizarra con la ciudad moderna); 1140, D. Rodrigo de Azagra; 1164 (era 1202), D. Petro Roiz de Estella; 1236; D. Johan Fleix y D. Corbarán de Lehet; 1264, D. Juan Sánchiz de Montagut; cesó entonces este señor para pasar a desempeñar alguna de las muchas alcaidías que sucesivamente le fueron asignadas; 1277, D. Pedro de Luxá, noble basko- continental; 1278, continuó el mismo señor de Luxá; 1300, el merino Garriz que, además de ambos cargos, fue alcaide de Gorriti con carácter de interino; 1334, D. Philipo de Coyunda; 1335, D. Jean Fleix; 1336, D. Raimundo de Rabastein, anteriormente merino; 1339, D. Sire Odone de Bazot; 1339, D. Juan Pedro de Tafalla. Siguieron después sin poderse precisar fechas exactas, los siguientes: D. Reginaldo de Bruynes; D. Gimeno de Orgaiz (era señor de Lizarra); un hermano de D. Pedro Sánchiz de Monteagudo y D. Sancho Orliz de San Emiliano, noble también; 1462, había sido donado al obispo D. Nicolás de Chávarri, más tarde asesinado en Tafalla por mosen Pierres de Peralta, mas no sin que antes cediera el castillo a D. Juan de Egurbide (...). Los menos importantes de los castillos afectos a la ciudad de Estella fueron los de Zarapuz y Zalatambor, hoy extinguidos, inmediatos a Noveleta, de los cuales el primero con su pequeño pueblo pertenecían al monasterio de Iratxe. Como alcaides de estos castillos que hallamos entre los libros de Comptos reales en que se registraban esos funcionarios hemos hallado los siguientes: Año 1223, Mesire Jacques de Sasamont; 1236, Mesire Jacques de Sansol; 1318 y 1319, Domino Orconi de Saint Paulo (sueldo LX libras); 1323, Mesire Jacques de Sasamont; 1329 a 1331, D. Remigio de Zuña; 1332 y 1333, D. Sancho Péritz de Lodosa; 1334, D. Miguel Péritz de Zufia; 1338 a 1341, el mismo (sueldo XV libras); 1390, D. Ramiro de Arellano; el mismo año se declara de baja en virtud de Real Ordenanza. Hallamos mandando el castillo de Zalatambor en el año 1334 a D. Filipo de Coyunda, según las cuentas del merino correspondiente y a luego de un interregno breve, vuelve a reaparecer. El índice de los alcaides de esta fortaleza que podemos ofrecer a nuestros lectores es el siguiente: Año 1265, lo gobernaba D. Johan de Saint Aubin; 1290, seguía el mismo caballero con sueldo de X libras anules; 1318, D. Jean Garcie de Stella; 1330, aparece en el mando D. Filipo de Coyunda; 1333, D. Lope Périz de Anhioa; 1333, reaparece dicho D. Filipo de Coyunda que en 1338 fue confirmado en el cargo por el gobernador interino de Nabarra; y continuó hasta 1341, relevándole más tarde D. Ramiro de Arellano, hasta acercarse el año 1390, ejerciendo entonces el cargo D. Ramiro de Arellano, con VIII libras anuales de remuneración; y en 1462, D. Juan II delegó el nombramiento de alcalde en el obispo de Pamplona, D. Nicolás de Chávarri, ignorando en quién habría recaído, por no aparecer su pago en los libros de comptos reales (...). A los alcaides antes citados tenemos que agregar por ulteriores investigaciones: En 1279, Estella, uno apellidado Salas (Euskarianas, 5.ª serie, pp. 481, 543, 552 y 556). En 1198, Estella y otros castillos cercanos, D. Corbarán de Leet, que más adelante fue alférez mayor del reino y en 1201 alcaide del castillo de Milagro. En 1191, Estella, D. Eneco Gil de Aibar, por orden de D. Sancho el Sabio. En 1193 y 1195, Estella, D. Fernando Ruiz de Azagra, con mando en los demás castillos cercanos. En 1024, Estella e inmediaciones, D. Gimeno de Orgalz. En 1321, Belmecher, D. Filipot de Coynnon. En 1321, Zalatambor, los Messires Drun de Saint Paul y Guillem de Menchivar. En 1294, Estella, gobernador general de la ciudad amurallada, el Messire Adneto de Loisio, por designación real. En 1294, Estella, el castillo principal, nombramiento real Guillen de Rabastens. En 1269, alcalde del mismo, Martín Díaz de Mirifuentes. (Ref. Altadill: Castillos medioevales de Nabarra, t. II, Zabalkundea, 1934, pp. 52-68). El 4 de noviembre de 1276 Juan Sánchez de Montagut prestó homenaje a la reina Juana por los castillos de Tudela y Estella (AGN, caja 123). La fortaleza estellesa fue demolida en 1572.